Trump amenaza con dejar morir el T-MEC o elaborar otro acuerdo
Presiona a México y Canadá con nuevos aranceles
Mirko C. Trudeau
El presidente estadounidense Donald Trump irrumpió nuevamente en la escena económica de Norteamérica con una declaración que sacudió mercados, gobiernos y sectores productivos al sugerir que el T-MEC podría dejarse morir o reinventarse desde cero. Su mensaje no fue casual ni improvisado: coincidió con el arranque formal de la audiencia pública que definirá el futuro del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.
El T-MEC fue firmado en 2018, durante el primer mandato de Donald Trump, y entró en vigor en 2020, con una vigencia prevista hasta 2036.
Trump afirmó que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se dejará expirar o se elaborará otro acuerdo. La declaración se produjo el mismo día en que dio inicio la audiencia pública previa a la revisión del tratado que está a cargo de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) y en la que participan grupos agrícolas, empresariales y políticos.
Sobre la situación del tratado, Trump respondió: “Vence en aproximadamente un año. Y lo dejaremos vencer o tal vez llegaremos a otro acuerdo con México y Canadá”. Además, el mandatario volvió a acusar a sus socios de aprovecharse de su país. “Pero mira, México y Canadá se han aprovechado de Estados Unidos como casi todas las demás naciones”, apuntó. Defendió los aranceles que ha impuesto a sus vecinos norteamericanos, asegurando que estos están ayudando a mejorar los ingresos del país y a reducir la deuda nacional estadounidense.
La revisión del acuerdo, programada para el próximo año, ya se perfilaba como un proceso tenso. Sin embargo, la advertencia directa del presidente estadounidense añadió un ingrediente de dramatismo que elevó el tono del debate desde su primer día. La posibilidad de que el pacto comercial más importante de la región llegue a su fin dejó de ser un escenario remoto para convertirse en una hipótesis real.
El mandatario señaló que el acuerdo “vence en aproximadamente un año” y que su gobierno podría permitir que expire o buscar uno nuevo. La frase resonó con fuerza en un momento en que productores agrícolas, empresarios, sindicatos y legisladores participaban en la audiencia organizada por la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos.
Asimismo, defendió aranceles a automóviles y autopartes que, afirmó, impulsaron a compañías a trasladar producción a Estados Unidos, aunque no presentó cifras que respalden ese movimiento y mantuvo su postura de que la presión fiscal genera inversión, y señaló que sin esos aranceles las empresas habrían instalado nuevas plantas en México u otros países, por lo que consideró que las medidas fortalecen a la industria nacional y sirven como herramienta en negociaciones comerciales futuras.
La audiencia pública del USTR, que se extenderá hasta este viernes, debería servir para que la administración de Trump decida sobre el futuro del T-MEC cuando se revise el primero de julio del próximo año. Se recibieron mil 500 comentarios y está previsto que intervengan unas 150 personas para tratar temas como reglas de origen, normas laborales, contenido digital, cadenas de suministro y regulación ambiental.
En su primer día, la audiencia estuvo dominada por la participación de líderes agrícolas, quienes defendieron la importancia del T-MEC para su sector, dado que les ha permitido ampliar sus ingresos, y al mismo tiempo criticaron las afectaciones que les trae la política arancelaria, según los testimonios citados por CBC.
El secretario de la Asociación Estadunidense de la Soya, Dave Walton, cuestionó la decisión de gravar las exportaciones canadienses y mexicanas –de productos como acero, aluminio y piezas de automóviles–, al respecto comentó que los aranceles “aumentan la probabilidad de que los productores de soya estadunidenses terminen en la mira de posibles represalias”.
Por su parte, la directora de asuntos gubernamentales de Blue Diamond –principal productor de almendras con sede en California–, Alicia Rockwell, explicó que Canadá y México son “mercados absolutamente críticos” para su industria y describió al T-MEC como “esencial para la supervivencia de miles de granjas familiares”. También hubo quienes hicieron referencia al proceder de Canadá en el sector lácteo, señalando que dicho país saca ventaja y no actúa de buena fe.
“Lamentablemente, Canadá tiene una larga historia de trabajar para identificar y explotar las lagunas en sus compromisos comerciales de productos lácteos en lugar de cumplirlos de buena fe”, acusó la vicepresidenta ejecutiva de la Federación Nacional de Productores de Leche y del Consejo de Exportación de Productos Lácteos de Estados Unidos, Shawna Morris. La puesta en marcha del acuerdo por parte de Canadá “en realidad ha limitado el acceso de los exportadores de productos lácteos estadunidenses al mercado canadiense en lugar de mejorarlo como se pretendía”, declaró la vicepresidenta sénior de la Asociación Internacional de Alimentos Lácteos, Becky Rasdall Vargas.
El proceso de revisión del T-MEC comenzó con una intensa recepción de opiniones públicas. Más de mil quinientos comentarios fueron enviados por actores clave de la economía regional. Alrededor de 150 participantes se registraron para intervenir en las sesiones donde se discuten temas estratégicos como reglas de origen, normas laborales, medio ambiente, comercio digital y cadenas de suministro.
