Brasil sacó a millones de la pobreza gracias a los programas sociales
Juraima Almeida
Brasil sacó a 8.6 millones de personas de la pobreza entre 2023 y 2024, según datos divulgados este miércoles por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). La proporción de la población en la pobreza pasó del 27,3% al 23,1, lo que representa una reducción de 4,2 puntos porcentuales.
El IBGE atribuyó la mejora de los datos a los beneficios de los programas sociales de asistencia, señalando que, sin ellos, la proporción de personas en situación de extrema pobreza se dispararía del 3,5% al 10%. El organismo considera pobre a una persona que gana un máximo de 694 reales al mes (130 dólares). La desigualdad de ingresos alcanzó su nivel más bajo en 2024, según el índice Gini, que llegó a 0,504 puntos, el menor de la serie histórica iniciada en 2012.
Sin los beneficios de los programas sociales, la proporción de personas en extrema pobreza subiría de 3,5% a 10% de la población.
Los datos mostraron un recorte desigual del impacto de la pobreza en función de la raza y la región: el 15,1% de los brasileños blancos son pobres, pero este porcentaje sube al 25,8% en el caso de los negros y al 29,8% en personas mestizas.
Asimismo en el sur el porcentaje de pobres es del 11,2%, mientras que en el norte (35,9%) y el noreste (39,4%) se triplica. La pobreza afecta al 11,9% de los brasileños con trabajo, pero aumenta al 47,6% entre los desempleados.
En 2024, la pobreza fue mayor entre los trabajadores informales (20,4), los por cuenta propia (16,0%), y menor para los trabajadores con empleo fijo (6,7%). La pobreza fue superior entre los trabajadores agropecuarios (29,3%) y de los servicios domésticos (22,9%) e inferior en el sector de administración pública, salud y servicios sociales (4,6%).
Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) confirmó en su Panorama Social 2025 que la pobreza en la región experimentó un descenso sostenido entre 2020 y 2024, alcanzando su punto más bajo
en una década. Este avance se debe a la implementación de robustas políticas sociales en México y Brasil, dos economías clave en la recuperación pospandemia.
Específicamente, México aportó el 60% de la reducción total regional, mientras que Brasil contribuyó con el 30%. Sin la incidencia de estas dos potencias, la disminución de la pobreza en el resto del continente habría sido marginal.
Gracias a este impulso, la pobreza por ingresos se ubicó en el 25,5% de la población en 2024, lo que representa una disminución de 2,2 puntos porcentuales respecto a 2023. No obstante, la Cepal subraya que las brechas de desigualdad persisten como el gran reto estructural, manteniendo a la región con uno de los coeficientes de Gini más altos del mundo.
El 10% más rico de la población acapara el 34,2% del ingreso total, mientras que el sector más empobrecido apenas logra el 1,7%. La inversión social gubernamental se mantuvo estable, alcanzando el 11,6 % del PIB en América Latina, aunque existieron claras disparidades subregionales.
Para romper la «trampa de desigualdad», el secretario ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, propuso líneas estratégicas concretas que incluyen reducir el rezago educativo, generar empleos formales y de alta calidad, fomentar la igualdad de género y combatir la discriminación. La formalización laboral, según el informe, podría reducir por sí misma la pobreza de los ocupados del 14,9% al 8,6.
*Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)