Cipayo’s Company
Jorge Majfud
La congresista María Elvira Salazar, vieja conocida de la mafia de Miami y ahora aliada de María Corina Machado por las mismas treinta monedas, le explica a los estadounidenses que no quieren una intervención en Venezuela por qué la intervención es un buen negocio para las compañías petroleras estadounidenses. [Ver enlace al video al pie del artículo.]
El viejo terrorismo de Miami, ahora convertido en terrorismo político, sediento de dinero, sangre y petróleo ajeno, te lo cuenta sin maquillaje, con el descaro de los imperialistas asesinos y genocidas que hoy están aquí y mañana allá, hoy en Palestina y mañana en Venezuela. La sonrisa de la maldad explicando cuánto vale la sangre de no-personas allá lejos. Todo a parir de una simple proyección del terrorismo propio en alguien a quién se quiere remover del poder de un país lejano.
La maldad hecha carne y podredumbre, pero con mucho maquillaje.
La mayoría de los estadounidenses que conozco, de distintas profesiones (desde académicos, empleados de tiendas, dueños de pequeños negocios, soldados veteranos de guerras perdidas), ya no quieren seguir con ese maldito juego imperialista de las invasiones y de los cambios de régimen de gobiernos ajenos bajo excusas hipócritas.
Pero nunca faltan (de hecho, sobran) los cipayos latinos y de las mafias patriotas de los «inmigrantes que llegan buscando la libertad» que desean desesperadamente el sufrimiento de sus hermanos allá en el sur. Como decían los más célebres terroristas tirabombas de Miami: “que sufran, cuánto más sufran mejor”.
Por estos lobbies (el lobby cubano en Washington fue creado en los 80 a imagen y semejanza del lobby israelí, ver «1976. El exilio del terror») América latina y el mundo continúan desangrándose sin pausa―Pero es más fácil echarle la culpa a un régimen desalineado aquí o allá.
La historia les tiene reservado un rincón cloacal.