El golpe de Estado de los tecnoautoritarios

De la América postdemocrática a la Europa que viene

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Francesca Bria

A finales de julio de 2025, en lo más profundo de la maquinaria burocrática del Pentágono en Arlington, Virginia, el Ejército de EE.UU. firmó discretamente la cesión de una pieza crítica de su soberanía. El contrato de 10.000 millones de dólares con Palantir Technologies —uno de los mayores en la historia de departamento— fue presentado como una cuestión de eficiencia administrativa, consolidando 75 acuerdos de adquisición separados en un único paquete.

Pero tras el lenguaje tecnocrático se escondía algo mucho más profundo: el software de Palantir pasaba a ser, por defecto, el sistema operativo para la inteligencia en el campo de batalla, la logística y los sistemas de personal. Lo que parecía una simplificación burocrática era, en realidad, una entrega estratégica de funciones militaresUnderstanding Palantir Technologies: Insights, Products, fundamentales a una firma privada cuyo fundador, Peter Thiel, ha declarado abiertamente que “la libertad y la democracia ya no son compatibles”.

Esta cesión supone que las decisiones sobre objetivos, movimiento de tropas e inteligencia se toman cada vez más mediante algoritmos que no son controlados por el mando militar, sino por un consejo de administración que responde ante los accionistas. El Ejército no solo compró software: cedió soberanía operativa a una plataforma sin la cual ya no puede funcionar.

 

Tecno-autoritarismo, tecno-fascismo societal, democracia e proteção de ...Se está configurando en Washington una nueva formación que plantea el desafío más sofisticado que ha recibido la gobernanza democrática en la era digital: es el Complejo Tecnológico Autoritario. Es más rápido, más ideológico y más privado que cualquier modelo militar-industrial anterior. Silicon Valley ya no solo construye aplicaciones: está construyendo imperios.

Con la tecnología patriótica por bandera, una coalición de empresas, financiadores e ideólogos diseña una infraestructura planetaria de vigilancia, de coerción y de gobernanza sin rendición de cuentas. No es una metáfora. Es un sistema estratificado —plataformas en la nube, modelos de IA, redes financieras y de drones, sistemas orbitales— que conforma una infraestructura tecnopolítica integrada de control, lo que yo llamo la Pila Autoritaria .

En su cúspide se hallan los exponentes más derechistas de Silicon Valley —Thiel, Musk, Andreessen, Sacks, Luckey y Karp—, cuyas inversiones se alinean con un proyecto político: la reconversión de la soberanía en un modelo de activos privados.

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Trump y Thiel anticipaban su alianza en 2016

A diferencia del autoritarismo tradicional, que depende de la movilización masiva y de la violencia estatal, este sistema opera mediante infraestructura tecnológica y coordinación financiera, haciendo que la resistencia no solo parezca difícil, sino arquitectónicamente obsoleta.

El Silicon Valley  ya no fabrica aplicaciones: construye imperios

Hacia mediados de 2025, las señales de alerta proliferaban en Europa. En Roma, los funcionarios de defensa italianos se prestaron a integrar Starlink, de Elon Musk, en las comunicaciones militares. En Berlín, Rheinmetall y Anduril —empresa emergente de defensa de California respaldada por la red de Thiel— expandieron su joint venture para desplegar enjambres de drones autónomos para la OTAN. El impulso de Palantir en la policía alemana provocó una fuerte resistencia, pero Baviera firmó nuevos contratos por valor de 25 millones para ampliar el sistema a nivel nacional.

Everything You Need to Know About Palantir's Stock…En Londres, el Sistema Nacional de Salud (NHS) amplió la Plataforma de Datos Federada de Palantir, valorada en 330 millones de libras, para abarcar decenas de millones de historiales de pacientes, al mismo tiempo que el Reino Unido firmaba una alianza de defensa por 1.500 millones de libras que lo convierte en un centro clave para la inteligencia artificial militar de Palantir.

 

Ninguna de estas decisiones provocó un debate parlamentario significativo. Pocas llegaron a las portadas. Sin embargo, tomadas en conjunto, revelan la externalización sistemática de la soberanía europea a empresas tecnológicas estadounidenses respaldadas por los inversores más ideológicos de Silicon Valley. Los gobiernos europeos persiguen la autonomía estratégica justo en el momento en que sus infraestructuras críticas están siendo reconfiguradas para depender de plataformas estadounidenses cuyos ejecutivos socavan activamente la democracia europea.

Es una paradoja con implicaciones devastadoras: perseguir la independencia mientras se cede el control con cada contrato firmado.

 Galaxia de los auténticos arquitectos del poder en Washington, de Peter Thiel a Elon Musk

Galaxia de los auténticos arquitectos del poder en Washington

Las infraestructuras críticas del Estado están siendo reemplazadas y reinstaladas en cinco dominios estratégicos –información de la población, suministro monetario, defensa, comunicaciones orbitales y energía —que constituyen los fundamentos mismos del control democrático.

Todo comienza con el control del sistema operativo. El contrato de 10.000 millones de dólares del Ejército hizo explícito lo que los más informados ya sabían: Palantir se ha convertido en el sistema operativo de facto del gobierno de EE.UU. Su rastro aparece detrás de la gestión del campo de batalla, de la logística, de los sistemas de personal y del análisis de inteligencia.

Por la soberanía digital europea

Palantir FoundryEl Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Trump usa la plataforma Foundry de Palantir —originalmente desarrollada para la contrainsurgencia en Irak— para automatizar la elaboración del presupuesto federal, la elegibilidad para asistencia social, los reembolsos sanitarios y los beneficios para veteranos, todos ellos canalizados a través de procesos algorítmicos que codifican decisiones eminentemente políticas.

Stephen Miller, jefe adjunto de gabinete de Trump, posee hasta 250.000 dólares en acciones de Palantir, y eso a pesar de que la administración ha ampliado el papel de Palantir en la aplicación de las leyes de inmigración —incluido el contrato de 2025 con ICE para una nueva plataforma llamada “ImmigrationOS”, destinada a rastrear los excesos de permanencia de visados y a facilitar deportaciones masivas.

Si Palantir es la columna vertebral de datos del Estado autoritario, Anduril es su sistema de mando de guerra autónoma. Su plataforma Lattice conecta transmisiones satelitales, datos de radar e imágenes del campo de batalla en una sola red operativa, permitiendo que las misiones militares se planifiquen y ejecuten de forma automática. La compañía afirma que sus sistemas pueden operar en nivel 5 de autonomía ; es decir: identificar objetivos, atacar y regresar sin intervención humana.

Europa debe tomar nota de cómo la red de Thiel privatiza la soberanía americana

En julio de 2025, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció la iniciativa Desarrollo del dominio militar estadounidense con drones , para lograr la integración total de sistemas de armas autónomas en 2027. Anduril fue cofundada por Palmer Luckey (creador de Oculus) y Trae Stephens (socio de Founders Fund y ex de Palantir). ç

Hoy la empresa tiene más de 22.000 millones de dólares en contratos de defensa. Su valoración de 30.500 millones refleja no solo éxito comercial, sino su creciente control de la infraestructura militar básica.

Spacex starship фотоStarshield, la constelación militar clasificada de SpaceX, representa la privatización de las comunicaciones de órbita baja, lo que alguna vez fue dominio exclusivo del Estado. Pese a que se presenta como una “infraestructura soberana”, sigue siendo propiedad y está controlada por la empresa privada de Musk.

En el Pentágono se explora el uso de Starship como plataforma logística capaz de mover tropas y material a cualquier lugar de la Tierra en menos de una hora. Cuando las comunicaciones de la OTAN en el frente dependen de una infraestructura controlada por un hombre que apoya abiertamente la extrema derecha europea, la autonomía en cuestión de defensa es más bien una ficción teatral.

*Economista de la innovación. Fue comisionada digital de Barcelona, presidenta del Instituto de Innovación Italiano y, actualmente, promueve desde Berlín politicas en favor de la soberanía digital europea.