Catherine Connolly, presidenta de Irlanda

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Pedro Brieger

Una elección presidencial en la República de Irlanda no suele llamar la atención. En principio, el cargo es considerado simbólico, como la presidencia en Alemania o en algunas monarquías constitucionales. Por lo general se suelen elegir representantes de partidos de centro, derecha y conservadores,

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Connolly ha condenado abiertamente a Israel por los crímenes de genocidio en Gaza y por sus agresiones militares en otras regiones de Asia Occidental

La reciente elección de Catherine Connolly el 24 de octubre tiene un alto impacto político que excede el cargo y lo estrictamente local. En este comicio hubo mucho más en juego que la simple y simbólica elección presidencial. Connolly es una mujer de izquierda que dijo que Donald Trump “actúa como un matón” y sin pelos en la lengua aseveró que en la Franja de Gaza había un genocidio en curso.

Por otra parte, defiende la reunificación de Irlanda, y en la política de la isla esto no es un tema menor. Por eso el impacto que su elección produjo también en el Reino Unido y en particular, en Irlanda del Norte.

Bandera de Irlanda del norte — Fotos de Stock © ronniechua #52090255
Bandera de Irlanda del Norte

Días antes de su elección Connolly publicó un artículo titulado “Una presidencia para toda Irlanda”.
Vale la pena aclarar que Irlanda tiene cuatro regiones históricas y que, durante la colonización y
administración inglesa, el Ulster (la región del norte) fue dividido en nueve condados. Tras la partición de Irlanda en 1921, se creó políticamente Irlanda del Norte, formado por seis de esos condados, que permanecieron como parte integral del Reino Unido. Los tres condados restantes se incorporaron al Estado Libre Irlandés en 1922, que más tarde, en 1949, se convirtió en la República de Irlanda.

El factor religioso es un elemento central ya que la República de Irlanda tiene una mayoría católica, mientras que en Irlanda del Norte existe un equilibrio entre protestantes (los “unionistas” que desean permanecer en el Reino Unido), y los católicos nacionalistas, que aspiran a la reunificación de la isla abandonando el Reino Unido, la tutela de Londres y la monarquía.

En su artículo, Connolly se refirió a los Acuerdos de Viernes Santo que se firmaron en 1998 en Irlanda del Norte y pusieron fin a décadas de violencia. Ella considera que los Acuerdos son la base para construir un futuro común de unidad en la isla respetando las diferentes tradiciones culturales, políticas y religiosas.Dublin remembers executed Republicans | An Phoblacht

También aboga por que los habitantes del norte puedan participar plenamente en la vida de Irlanda -incluyendo el derecho a voto- después de haber estado excluidos por décadas debido a la división territorial. No es casual que los unionistas del norte afines a Londres la vean con
muy malos ojos.

Los Acuerdos de Viernes Santo pacificaron la región y dejaron muchos temas pendientes, en especial el futuro de un posible referéndum –denominado “border poll”- para saber si la mayoría desea la reunificación. Pero su convocatoria es un atributo del gobierno de su majestad en Londres que no tiene ninguna intención de convocarlo a corto plazo.

El panorama en la isla se complicó con el Brexit votado en el Reino Unido en 2016 para abandonar la Unión Europea (UE) ya que la República de Irlanda es parte de la misma. Antes del Brexit no había aranceles ni controles fronterizos en la isla y las mercancías, personas y servicios circulabanlibremente. El comercio era fluido, aunque las monedas eran diferentes: Irlanda del Norte usaba la libra esterlina y la República de Irlanda el euro (desde 2002).

El Brexit, además de sus consecuencias económicas, tuvo efectos políticos que seguramente no estaban contemplados. En 2020 se firmó el “Protocolo de Irlanda del Norte” como parte del acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea para evitar que se consolide una frontera
física entre la República de Irlanda (miembro de la UE) y el norte que es parte del Reino Unido.

Por lo tanto, la frontera aduanera pasó a ser el mar de Irlanda que separa la isla de Gran Bretaña de Irlanda del Norte, mientras que la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda permanece abierta. Esto ha facilitado la continuidad del comercio entre Irlanda del Norte y la República, y favoreció la integración económica en la isla. Por ahora solo en el plano económico.

La elección de Catherine Connolly entusiasma a los sectores progresistas de toda la isla. RestaLos Acuerdos de Viernes Santo cumplen 25 años con Irlanda del Norte en ... saber si su cargo “simbólico” adquirirá un protagonismo que influya en el crecimiento de estos sectores para las próximas elecciones generales y presionará a Londres para convocar el postergado referéndum en Irlanda del Norte.

Cien años después de la partición política de la isla la mayoría no ha abandonado el deseo de
reunificarla.

*Sociólogo y periodista argentino