Chile: Pronósticos electorales

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Juan Pablo Cárdenas

Con ocasión de cualquier evento eleccionario surge un desmedido interés por los vaticinios que hacen las distintas encuestas o estudios sobre opinión pública. Lo corriente es que después de realizados los escrutinios se destaque el hecho de que estos sondeos fueron muy poco certeros, como acaba de ocurrir con los últimos comicios presidenciales bolivianos en que los pronósticos daban por ganador a quien obtuvo más de un 10 por ciento menos de votos que el presidente electo.

En Chile, como se sabe, compiten ocho candidatos deseosos de cruzarse la banda presidencial y debe ser la poca confianza que existen en la encuestas lo que permite que al menos tres de éstos permanezcan en carrera pese a que los sondeos le otorgan un uno, un dos o apenas un tres por ciento de la intención del voto ciudadano. Sin temor a hacer nuevamente el ridículo, posiblemente en el propósito de mantenerse vigentes y acceder a los recursos que les asigna el Servicio Electoral. Ingentes aportes que, de no gastarse todos en la campaña, les puede dejar algunos pesos para seguir activos en la política y, por qué no, volver a postularse por tercera, cuarta o quinta vez. Además de lo que puedan recaudar de sus amigos de dentro y fuera del país.

En lo que parece ser una certeza, se repite que la candidata del oficialismo, por ser la única, tendría casi asegurado su triunfo en la primera vuelta, aunque nadie hasta aquí (tampoco las encuestas) se atreve a asegurar su ventaja en la segunda vuelta. Ello significa que su contendor en el balotaje, casi con seguridad, tiene que ser alguno de los tres postulantes presidenciales de la derecha. Una cuestión de sentido común si se observa la impopularidad (también por las encuestas) del presidente Gabriel Boric y el desgano que se nota a esta altura en La Moneda por la campaña de Jeannette Jara.

Se asume que los magros resultados económicos de su administración, agregado a los altos índices de criminalidad y temor en la población, van a favorecer, sí o sí, a la oposición, añadido a esto la corrupción general de la política. Una lacra que, de no existir el voto obligatorio, probablemente llevaría a la abstención a ser ganadora de estos próximos comicios.

Aunque desde el oficialismo, y también de algunos sectores de la derecha, se advierte del “peligro” que puede significar el triunfo de un José Antonio Kast o de Johannes Kaiser, por sus posiciones de ultra derecha. Pero lo cierto es que es tanta la rabia acumulada en la población que sería muy probable que justamente por sus posiciones más radicales logren mayor adhesión que la candidata Evelyn Matthei. Quien, tal como los otros dos candidatos, fue partidaria de la Dictadura Militar y hasta se ufanó en el pasado de ser amiga del ex dictador Augusto Pinochet.

Jeannette Jara lidera las preferencias, seguida por José Antonio Kast. En tercer lugar, por un estrecho margen, Johannes Kaiser superaría a Evelyn Matthei.

La duda es si la candidata Jara será capaz de reunir el 30 por ciento de los votos que han sido más o menos fieles al gobierno de Boric, toda vez que su militancia comunista logra crispar a los sectores socialdemócratas del Ejecutivo (socialistas, PPD y otros). Lo que tampoco anima mucho a los frenteamplistas del Mandatario, cuyas posiciones vanguardistas muchas veces han chocado con el conservadurismo del PC.

Si se ve desde fuera la contienda presidencial es posible desconfiar que toda la derecha se una para encarar la segunda vuelta electoral y asegurarse el retorno a La Moneda. Pero más allá de las serias tensiones lo más probable es que el gran empresariado y sus partidos obliguen a los candidatos a fumar la pipa de la paz. Algo que también pudiera influir la postura del Presidente de los Estados Unidos, cuyo intervencionismo ya no distingue entre países chicos o grandes donde satisfacer la codicia imperial.

A lo único que habría que darle crédito de las encuestas es que las diferencias entre los tres contendientes de derecha están reduciéndose, por lo que en este sentido la elección podría ofrecer alguna sorpresa, aunque hasta aquí la ventaja de Kast se aprecia irremontable.

Un verdadero misterio representa lo que harán los cientos de miles de votos de los inmigrantes, parcos en manifestar sus deseos electorales, además de temerosos de que sus intenciones políticas puedan afectar su residencia en el país. Sabemos que entre estos el voto de los inmigrantes venezolanos antichavistas es muy contundente, por lo que podrían apoyar naturalmente a la derecha. Aunque es desde los candidatos de este sector donde más amenazas se escuchan en pro de su repatriación. Una duda por resolverse solo en el día mismo de las elecciones y no en las encuestas.

Jara, la candidata comunista para la coalición de centro-izquierda

Si tradicionalmente Chile acostumbraba a estar dividido en tres tercios ideológicos, también se puede comprobar esta vez que son muchos los que no quieren transparentar sus intenciones de voto. Izquierdistas, democratacristianos, socialdemócratas y otros que se les hace “cuesta arriba” votar por una candidata comunista y que, en el secreto de la urna, hasta podrían apoyar a la que aparece como la más discreta de los derechistas. Así como desde la misma derecha hay quienes creen que, en la eventualidad de que sea alguno de los varones de apellido alemán el que conquiste la Presidencia, amparándose también en el voto secreto, podrían inclinarse por “un mal conocido (el continuismo) que uno por conocer”.

Los chilenos estamos ante un mar de especulaciones. Lo más claro es que hay todavía un fuerte número de electores que no han definido su sufragio. Ya sea por indiferencia, duda o prudencia. En todo caso, a lo que apuestan todos los candidatos, sobre todo los peor evaluados por las encuestas, es a sumar votos con la franja electoral que todos los días los partidos y candidatos emiten por la televisión abierta y se disputan por hacerlo mejor. Sabedores de que el marketing electoral y hasta la “inteligencia artificial” pueden tener una influencia más que decisiva.

Con todo, muchos insisten en que no le creen a las encuestas, aunque muy pocos prescinden de ellas.

* Periodista y profesor universitario chileno. En el 2005 recibió en premio nacional de Periodismo y, antes, la Pluma de Oro de la Libertad, otorgada por la Federación Mundial de la Prensa.