Milei: Corrupción, derrota electoral, estancamiento económico
Claudio della Croce
E l libertario presidente argentino Javier Milei enfrenta un escenario complejo con escándalos de corrupción, derrota electoral y estancamiento económico y no parece reaccionar para sostener sus reformas: necesita mostrar que no está aislad o, aunque el Congreso haya hecho del rechazo a sus iniciativas una rutina y aunque la oposición huela sangre. La presentación del presupuesto será, en ese sentido, la prueba más concreta: allí quedará claro cuántos aliados conserva y cuántos se le han escapado de entre las manos.
El derrumbe electoral en la provincia de Buenos Aires abrió un proceso acelerado de descomposición en el oficialismo libertario: sin votos, sin dólares y acosado por escándalos de corrupción, Javier Milei enfrenta disputas internas que paralizan su gobierno y ponen en duda su capacidad de sostener la autoridad política en el corto plazo: muy mal panorama para La Libertad Avanza (LLA) de cara a las elecciones de octubre.
Javier Milei intentará sacar al Gobierno del estado de shock en que quedó sumido luego de la aplastante derrota bonaerense . No se trata solamente de la presentación del presupuesto nacional, que será en sí mismo un campo de batalla legislativo y político, sino del intento de retomar la iniciativa política de un gobierno a la defensiva y con la gestión paralizada.
El Presidente, que hizo de la confrontación su marca personal, deberá ahora lidiar con un Congreso cada vez más hostil, con la calle movilizada en su contra y con la necesidad de mostrar que todavía tiene capacidad de ordenar -por lo menos- a los suyos. Tras la derrota de Javier Milei en la provincia de Buenos Aires, el expresidente neoliberal Mauricio Macri pareció optar por un registro bajo, sin declaraciones ni fotos. Según su entorno, “no se siente parte” del proceso que terminó en el tropiezo bonaerense. El bajo perfil empieza a incomodar incluso entre quienes avalaron el pacto con La Libertad Avanza. y se sumaron al gobierno, como la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
A seis semanas de los comicios legislativos, de manera unánime, los encuestadores y consultores le auguran malos resultados al oficialismo. Se habla de que quedarán terceros en las provincias de Santa Fe y Córdoba y se mantendría la goleada en provincia de Buenos Aires y sólo ganaría en tres o cuatro distritos. Desde el punto de vista parlamentario, es claro que ganará bancas, pero ni remotamente las pensadas hace dos meses cuando se decía que «el país se pintará de violeta».
Quizás el gobierno aún no ha tomado conciencia de la magnitud de su derrota en las elecciones en la provincia de Buenos Aires y se apresta a encarar los comicios legislativos generales del 26 de octubre como si nada grave hubiera ocurrido. Pero en escena apareció el voto-bronca, un rechazo a la situación económica, la insensibilidad respecto a discapacitados, el hospital pediátrico Garrahan, las universidades nacionales y, se agregaron con mucha fuerza, la confirmación de corrupción con el 3 por ciento de sobornos para Karina Milei.
El anuncio de la constitución de dos mesas, para tratar la política nacional y las relaciones con los gobernadores, con las mismas personas que condujeron ambos procesos hasta la semana pasada, parece un chiste. Dijo Javier Milei: “No voy a echar a nadie por unos audios llenos de mentiras”. Y sigue: “No voy a cambiar a ninguno de los armadores de la campaña en medio de la campaña”, dejando claro que tanto Karina Milei como Eduardo “Lule” Menem” y Sebastián Pareja seguirán en sus cargos.
Dentro de seis semanas se renovará la mitad de las bancas de diputados nacionales (127) y un tercio de los senadores (24) La elección de octubre es la decisiva porque de ella depende que el gobierno alcance un tercio de las bancas en ambas cámaras, que le permitan gobernar por decreto, sin temor a que el Congreso los anule.También le haría posible vetar las leyes que se sancionen en contra de su voluntad y lo pondría a salvo de un eventual juicio político al Presidente.
La estrepitosa caída del gobierno golpeó al poder económico, que se imaginaba una victoria oficialista para profundizar la destrucción de la industria y el trabajo nacional. Y el llamado “círculo rojo” del poder, integrado por los dueños de los medios hegemónicos y políticos antiperonistas ha decidido la descristinización (eliminar la figura pública de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner).
No se lo perdonan. Los influyentes diarios Financial Times (británico) y The Wall Street Journal (estadounidense) apuntan a Karina Milei por la crisis en el Gobierno. Ambos medios quisieron minimizar la crisis, al advertir que el escándalo por presuntas coimas y corrupción que afecta a la hermana del mandatario fue un factor clave que influyó en la derrota electoral sufrida durante las elecciones legislativas bonaerenses. También la prensa alemana dedicó duros titulares y fuertes críticas: «Los días de Milei en la Casa Rosada estarían contados».
El círculo rojo insiste en que se acabó el kirchnerismo, y todas las repetidoras por aire o por cable exaltan como vencedor a Axel Kicillof, como si hubiera derrotado a Cristina Kirchner, no a Javier y Karina Milei. Cristina tuvo el tacto de no ingresar en ese remolino que solo le conviene al poder económico.
Los pases de factura internos de los libertarios y sus socios imposibilitan la comprensión de lo que pasó. Quedó en evidencia el más que discutible estilo de liderazgo y la falta de empatía, mientras la marcha de la economía no satisface a l,a población (aunque si a los grandes empresarios nacionales y extranjeros), y las coimas cobradas por la hermana del Presidente y secretaria general de la Presidencia Karina Milei, el presidente de Diputados, Martín Menem, su primo y asesor de la presidencia Eduardo “Lule”Menem, revelados por el director de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) Diego Spagnuolo.
Pocas horas después de la paliza electoral en la Provincia de Buenos Aires, Javier Milei recibió en Casa Rosada al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn. Muchos de esos fondos –cientos de millones de dólares– en principio destinados a financiar obras públicas y programas de inclusión como la discapacidad o la investigación científica, registran niveles de ejecución nulos o muy por debajo de lo pactado, lo que habilita la hipótesis de que el Gobierno desvía esos recursos hacia las cuentas del Tesoro para contener el actual esquema cambiario.
En lo que va del año, el gobierno reconoció haber gastado unos 250 millones de dólares de lo que ingresó vía los distintos créditos de inversión del BID y otros organismos.
La vocera del Fondo Monetario Internacional, Julie Kozack, advirtió que se viene un parate de la actividad que, probablemente, haga que el gobierno llegue peor a las elecciones de octubre.La economía real aparece seriamente dañada y hasta el organismo advirtió del parate. Consumo, construcción, hotelería e industria están entre 8 y 24 puntos por debajo del 2023. Los ingresos y jubilaciones, aún con inflación más baja, tienen pérdidas récord en la gestión libertaria.
Quizás el gobierno de los Hermanos Milei aún no ha tomado conciencia de la magnitud de su derrota en las elecciones de la semana pasada y se apresta a encarar las generales del 26 de octubre como si nada grave hubiera ocurrido en la provincia de Buenos Aires el domingo 7.

El anuncio de la constitución de dos mesas, para tratar la política nacional y las relaciones con los gobernadores, con las mismas personas que condujeron ambos procesos hasta la semana pasada, parece un chiste. Esto es coherente con el mensaje de la derrota, que el Presidente Javier Milei pronunció la noche del 7 de septiembre: fueron derrotados, cometieron errores, los van a corregir, pero no se moverán un centímetro de sus definiciones de política económica.
La elección de octubre es la decisiva porque de ella depende que el gobierno nacional alcance 1/3 de las bancas en ambas cámaras, que le permitan gobernar por decreto, sin temor a que el Congreso los anule. También le haría posible vetar las leyes que se sancionen en contra de su voluntad y lo pondría a salvo de un eventual juicio político al Presidente, como propugnan algunas cabezas de termo que no miden las consecuencias de sus fantasías.
La senadora kirchnerista Sandra Mendoza encendió una nueva polémica al afirmar que no cree que “el Gobierno llegue al 26 de octubre. Ya le han soltado la mano todos: la política, los gobernadores, el periodismo, la gente. La gente ya no da más y se lo dijo a través de las urnas el domingo anterior”, enfatizó.

Una compra de vacunas contra Covid podría convertirse en un nuevo dolor de cabeza para Milei, que aún naufraga en medio de la crisis por los audios de Diego Spagnuolo que revelaron coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), que incluye a la Droguería Suizo Argentina.
El Ministro de Salud Mario Lugones intentará doblegar la resistencia de algunos funcionarios para aprobar la adquisición de dos millones de dosis al laboratorio estadounidense Pfizer, con un costo total para el Estado de 72 millones de dólares; incluso cuando en su país de origen fueron quitadas del esquema de emergencia y su costo es mucho más elevado que el de sus competidores.
Mientras, el equipo económico reflexiona: no solo por los negociados, el dólar, los precios y el riesgo país. También el clan incluyó en sus meditaciones el malogrado tema de la comunicación de gobierno, manejada por otros libertarios nacionales y españoles -expertos inexpertos- que suelen repetir una consigna: gracias a las redes y a nosotros, Javier Milei llegó a la Presidencia.
*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)