Pedro Brieger

En los países con abundante petróleo siempre flota la pregunta si tener el oro negro en sus tierras o mares es una bendición o una maldición.  Depende del punto de vista.  Por un lado, es una bendición: desde mediados del siglo XX los países productores de petróleo obtuvieron grandes beneficios económicos.

 Por el otro, en cambio, es una maldición porque muchos de ellos sufrieron guerras y fueron invadidos, justamente, por tener petróleo. Sin llegar a estos extremos, hoy, varios países receptores de turismo afrontan el mismo dilema: ¿es una bendición o una maldición?

Hace apenas 100 años solo unas pocas personas, muy adineradas, podían darse el lujo de pasear por el mundo y visitar aquellos lugares fantásticos retratados por las narraciones de solitarios viajeros exploradores de siglos anteriores.   En 1925 cruzar el Atlántico en los buques más veloces y caros demandaba entre 5 y 7 días mientras que hoy, en un vuelo comercial normal, se tarda unas 7 horas.  Hace 100 años un viaje de Berlín a la isla de Mallorca por tren y barco duraba entre 3 y 4 días.  Hoy en avión se llega en menos de tres horas.

A comienzos del siglo XX, los templos de Angkor Wat en Camboya y las ruinas de Machu Picchu aún estabanLe Machu Picchu est menacé - La Rando: Magazine Randonnée, Trekking ... parcialmente cubiertos por la vegetación, mientras que en Egipto recién se iniciaban las excavaciones para despejar por completo la imponente esfinge de Giza.  Por supuesto, las poblaciones locales conocían esos sitios, aunque no tuvieran cabal dimensión de su importancia histórica y arqueológica.

Hoy, son visitadas a diario por miles de personas que llegan de todo el mundo para sacarse una foto y compartirla en sus redes sociales, fenómeno que, en muchos sitios se ha convertido en un verdadero problema.  Por eso cada vez hay más restricciones en esos sitios.  Paradójicamente, algunos de ellos se han vueltos tan exclusivos como hace 100 años y cada vez menos personas los pueden visitar.

En 2022, una foto del icónico monte Fuji en Japón, detrás de la megatienda Lawson, se volvió viral y desde entonces se convirtió en un lugar de peregrinación turístico.  Personas de todo el mundo llegan para tomarse la selfie “Fuji Fujisan Lawson | Fujisan Lawson Apparently this is quite a f… | FlickrLawson”, aunque el lugar en sí mismo no ofrece ningún atractivo especial.  El flujo masivo de turistas alteró la vida cotidiana de quienes viven allí y, ante las quejas, el municipio colocó barreras visuales de todo tipo para impedir que más personas tuvieran acceso a la “Fuji Lawson”.  El fenómeno viral se agotó y la selfie dejó de existir.

En los últimos cincuenta años el turismo se ha masificado en los países capitalistas desarrollados y entre las clases medias urbanas de las periferias.  Ya no se trata de un puñado de personas privilegiadas capaces de conocer un lugar atractivo o “exótico”: ahora hay millones y millones viajando por todo el mundo.

Francia, el país que más turistas recibe por año, en 2024 tuvo 103 millones de visitantes turistas.  París es Paris.  Le sigue España con 97 millones, que vendió su marca de “sol y playa” para atraer a miles de europeos que necesitan escapar del frío, la lluvia y la oscuridad.

La bendición económica para los países receptores de turismo es clara. En España el turismo ya representa un 12 por ciento del PBI, genera miles de puestos de trabajo y es clave para la economía del país.  Sin embargo, está la maldición.  Los centros históricos se asemejan a parques temáticos, donde muchas casas han sido convertidas en restaurantes y cafés.

Cerco a los pisos turísticos: así puede tu comunidad cerrar este tipo ...Ante la creciente demanda de turistas, los dueños de un departamento prefieren alquilarlo a extranjeros mediante plataformas como Airbnb, lo que ha generado crisis habitacionales en numerosas ciudades.  Por ese motivo hace tiempo que hay protestas en España con la consigna “más vecinos, menos turistas”.  En Barcelona, Málaga o las islas Canarias, el rechazo contra el turismo masivo se ha hecho cada vez más visible.

Por caso, a raíz de las protestas, el ayuntamiento de Barcelona ya comunicó que no renovará las licencias actuales para pisos turísticos (que son más de 10 mil) y que todas expirarán a fines de 2028 para con el fin de aliviar la crisis habitacional y recuperar viviendas para la población local.

El turismo no sólo ha modificado la vida de las grandes ciudades: también se ha apoderado de pueblos y playas en casi todo el mundo en beneficio de los turistas, al margen de las poblaciones locales que sólo aparecen como mano de obra, por lo general barata.

Magaluf, MajorcaCuando se recorre la isla de Mallorca se puede descubrir un pequeño pueblo de nombre Magaluf que parece un pueblito sacado de las islas británicas.  Gran parte de los carteles están en inglés, los pubs, restaurantes y discotecas imitan el estilo británico, el clásico “fish & chips” es el plato más popular, la vida nocturna es intensa y descontrolada, y en verano es más fácil común oír inglés que español.

En la isla de Sicilia no hay un pueblo equivalente a Magaluf por su masividad.  Pero los pueblos de Giardini Naxos y Taormina en las montañas son frecuentados por alemanes que se sienten “como en casa”.  Desde lo alto pueden bajar caminando a las playas, disfrutar del sol, leer carteles en alemán, e imaginar cómo en sus callecitas el escritor Friedrich Nietzsche se inspiró para escribir “Así habló Zaratustra”

Algunos lugares paradisíacos son virtualmente propiedad privada de consorcios, como la península de Labadee en elLabadee | Royal Caribbean Blog norte de Haití, regenteada por la Royal Caribbean para sus cruceros.  Llegan a un lugar paradisíaco aislado del país más pobre de América.  Parafraseando a Marc Augé se podría decir que desembarcan en un “no lugar”.  Están en Haití, pero no se les permite cruzar “la frontera” que los separa del verdadero Haití.

La historia del monte Fuji ilustra claramente cómo el turismo y la obsesión por las selfies pueden entrar en conflicto con las poblaciones locales.  La selfie será bendecida en las redes con muchos “likes” pero maldecida por lo bajo por quienes ven el pico nevado de 3776 metros desde la cuna.

*Sociólogo y periodista argentino