Trump & Putin: Dos buenos muchachos

24

Carlos Fazio

Comenzó el deshielo. En un ambiente profesional y bastante constructivo, tras el reconocimiento de Rusia como potencia nuclear (Marco Rubio dixit), Washington y Moscú parecen transitar hacia una “normalización” de relaciones mutuamente beneficiosas, y todo indica que luego del encuentro entre Donald Trump y Vladimir Putin en la base militar Elmendorf-Richardson, en Alaska, la guerra proxy de EU y la OTAN contra Rusia en Ucrania entró en su última fase.

 

Trump llamó a Volodymir Zelensky a Washington y este lunes le comunicará las condiciones para la conclusión de “la guerra de Biden”, como él la llama. Como adelantó The New York Times, Trump considera el reconocimiento por parte de Kiev de toda la región de Donbás (las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk) como parte de Rusia, como un factor que contribuirá a alcanzar rápidamente un acuerdo de paz. A cambio (de mantener el control del corredor terrestre que une Crimea con la región rusa de Rostov del Don), Moscú congelaría la línea del frente en Jersón y Zaporiyia, y se comprometería a no atacar a ningún país europeo ni violar su soberanía. Según Trump, ahora depende de Zelensky llegar a un pacto.

Después de todo el despliegue de su artillería verbal contra su contraparte rusa, consustancial a su estilo gansteril de negociar: ultimátums de “10 o 12 días”, un embargo petrolero contra los clientes de Moscú y más sanciones, a lo que se sumó, a sugerencia del general Keith Kellogg, el traslado de dos submarinos nucleares de la clase Ohio “frente a las costas” de Rusia, antes de que venciera el plazo (8 de agosto), según el ex analista de la CIA Ray McGovern, Trump envió a Moscú a Steve Witkoff para pedirle a Putin que “ayudara a rescatarlo”. Ergo, el mandatario estadunidense llegó a la cumbre debilitado.

Además de que la situación desfavorable en el frente de batalla para el régimen de Kiev significaba que Trump –atrapado por el caso Epstein y las presiones de su base MAGA por su complicidad con el genocidio de Benjamin Netanyahu en Gaza– necesitaba ahora conversaciones con Putin, no porque personalmente desee la paz, sino porque las realidades en la línea del frente de guerra lo empujaron a ello.

Orbán to meet with Trump to discuss end of Ukraine war | Luxembourg TimesComo ha repetido el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, Rusia “ha ganado” el conflicto. Y eso distrae atención y recursos del objetivo estratégico de EU: la guerra contra China. Por lo que la súbita distensión con Moscú podría servir para meter una cuña entre Rusia y China e India (BRICS). Una redición de Nixon-Chou En Lai, en dirección inversa.

En principio, la posición rusa sigue siendo la establecida por Putin el 14 de junio de 2024, que contempla que Kiev retire completamente sus tropas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk y de las provincias de Zaporozhie y Jersón (incorporadas a Rusia después de consultas populares en 2022), y reconozca esos territorios, así como Crimea y Sebastopol, como sujetos de la Federación Rusa. Además, debe garantizarse la neutralidad, no alineación y desnuclearización, desmilitarización y desnazificación de Ucrania.

Para Moscú no se trata sólo de encontrar una solución política pacífica, sino también de concertar un compromiso firme y vinculante que garantice la seguridad de Rusia para una larga perspectiva histórica, y firmar documentos reconocidos internacionalmente; aunque la perfidia ya es una práctica común ahora que el derecho internacional ha sido enterrado. Además, Putin ha insistido en la necesidad de abordar las “causas profundas” del conflicto y que a la hora de buscar soluciones es necesario basarse en las “realidades sobre el terreno”, que hoy registra una ampliación de la zona de control militar rusa en la línea de contacto.

La postura de Orbán de que Rusia ya ganó en el campo de batalla remite a la génesis de la fase caliente del conflicto: el plan de la Rand Corporation de 2019 que alentó la guerra proxy en Ucrania con el objetivo de hacer colapsar internamente al régimen de Putin.ARTUR ESTUDIO ACTUALIDAD: Impactante documento de la RAND Corporation ...

 

Sin embargo, en enero de 2023, ante la perspectiva de un conflicto prolongado, la propia Rand sugirió las cuatro opciones que tenía EU para cambiar esa dinámica: aclarar sus planes de apoyo futuro a Ucrania, comprometerse con la seguridad del país, dar garantías sobre la neutralidad de Ucrania y establecer condiciones para el alivio de las sanciones a Rusia. Y dado que un cambio drástico de la política de EU era políticamente imposible y sería imprudente, recomendaba comenzar a desarrollar esos instrumentos y socializarlos con Ucrania y los aliados de la OTAN, para ayudar a catalizar el eventual inicio de un proceso conducente a un final negociado en un plazo que sirviera a los intereses deWashington.

El 17 de noviembre de 2024, The New York Times publicó un editorial firmado por Megan Stack, donde recordó cuando el secretario de Defensa de EU, Lloyd Austin, dos meses después del inicio de la Operación Militar Especial rusa, dijo que Washington convertiría en arma el “patriotismo” de los ucranios y quemaría sus vidas en una guerra prolongada, que probablemente no se iba a poder ganar, para “debilitar” el poder de resistencia de Putin y provocarle una “derrota estratégica” sin tener que enfrentarse directamente con él. “Creo −dijo Stack−, que es correcto calificar (el conflicto en) Ucrania como una guerra por delegación” (sic).

En su soberbia, tras considerar a Rusia una “estación de servicio con un ejército”, EU y la OTAN creyeron que bastaría con sancionar, aislar, armar una guerra proxy en Ucrania y desatar la rusofobia para que el país colapsara y Putin cayera. Cuatro días después, Rusia envió una “señal” (el misil hipersónico Oreshnik) en “espera” de que Washington, Londres y Bruselas evaluaran la situación correctamente. De lo contrario, Moscú estaba dispuesto a enviar “mensajes adicionales”.

En la coyuntura actual, el fullero Trump es lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de que se le ha dado un juego muy desventajoso y al menos quiere reclamar el crédito por el fin de las muertes en el conflicto. Hay razones para esperar cierta flexibilidad en los márgenes de los términos básicos que Putin estableció en junio de 2024. Si como dice Ray McGovern, Moscú quiere evitar crear su propio Vietnam yendo al oeste del río Dniéper, puede preverse que Putin podría mostrar suficiente flexibilidad para permitir que Trump afirme que “lo resolvieron juntos”. Sería una “solución negociada”, aplicando abundante bilé a la derrota fáctica del eje EU/OTAN/Ucrania.

* Periodista, escritor y analista uruguayo-mexicano, columnista de La Jornada de México