Tras el alto al fuego militar, operaciones de falsa bandera y mediáticas
Maxime Doucrot
El 24 de junio, Irán, Israel y Estados Unidos acordaron un alto el fuego, poniendo fin a casi dos semanas de guerra. Durante el conflicto, Israel atacó docenas de objetivos nucleares iraníes, confirmados o sospechosos. Cuando Estados Unidos se sumó, lanzó bombas antibúnkeres sobre Fordow, un emplazamiento nuclear de difícil acceso para los israelíes, y atacó otras dos instalaciones.
Ahora, al calmarse la situación, los analistas comienzan a determinar los resultados de los ataques y si justificaron las consecuencias.
Un informe preliminar filtrado de la inteligencia estadounidense estima que los ataques añadieron solo unos meses al tiempo de ruptura de Irán. Mientras tanto, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el presidente estadounidense, Donald Trump, afirman que el daño fue más amplio. Las evaluaciones oficiales publicadas hasta la fecha por Israel y EEUU generalmente respaldan la idea de que los ataques retrasaron significativamente a Irán, pero se centran en el daño general y ofrecen poca especificidad sobre el efecto en el tiempo de ruptura de Irán.
Israel planeó una operación de falsa bandera en suelo estadounidense . La información obtenida por el Tehran Times muestra que Israel estaba planeando llevar a cabo una explosión en suelo estadounidense y posteriormente culpar a Irán, con el aparente objetivo de instigar una guerra a gran escala entre Estados Unidos e Irán. El plan implicaba orquestar un evento destructivo dentro de Estados Unidos y fabricar evidencia para implicar a Irán, manipulando así la opinión pública estadounidense y provocando una acción militar.
Irán descubrió el complot israelí gracias a información compartida por una nación amiga. Al enterarse del posible ataque, los iraníes enviaron mensajes a funcionarios estadounidenses e impidieron que se llevara a cabo la explosión planeada.
La cumbre que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebró esta semana en La Haya se saldó con una Europa domeñada por la tiranía presupuestaria del presidente estadounidense, Donald Trump, y su exigencia de que cada uno de los aliados se gaste no menos del 5% del PIB en defensa, para mayor gloria y poderío del bloque militar. Pese a este gran «compromiso” de rearme europeo, los miembros de la Alianza no accedieron a disparar el apoyo financiero y armamentístico a Ucrania, y quedó evidente que, tras los acontecimientos con Irán, la guerra de Ucrania ya no es la prioridad de Occidente, señala Juan Antonio Sanz en Público.
El ayatollah iraní Alí Jamenei aseguró que el presidente Donald Trump exageró
el alcance de los daños provocados en las instalaciones nucleares iraníes. La república islámica tiene acceso a importantes bases estadunidenses en la región y puede actuar contra ellas cuando lo considere necesario
, afirmó.
Mientras, el canciller iraní, Abbas Araqhchi, admitió que el perjuicio provocado por la arremetida estadunidense fue significativo, y criticó el apoyo generalizado de los países europeos a Israel. Más tarde, el canciller iraní, Abbas Araqhchi, admitió que el perjuicio provocado por la arremetida estadunidense fue significativo, y criticó el apoyo generalizado de los países europeos a Israel. El ataque militar contra Irán fue un claro ejemplo de acto de agresión de acuerdo al artículo 39 de la Carta de Naciones Unidas, y la comunidad internacional tiene el deber de reaccionar a este crimen
, aseveró.

Pero los expertos pueden empezar a catalogar los resultados tangibles. Saben que los ataques causaron graves daños a las instalaciones de enriquecimiento de Irán y causaron la muerte de muchos científicos de alto nivel. Saben que equipo importante fue destruido y enterrado. Pero Irán aún podría tener gran parte de lo que necesita para fabricar un arma, incluyendo uranio altamente enriquecido, ya sea porque se encuentra almacenado de forma segura o porque puede recuperarse de los escombros.
Foreign Affairs señala que sea cual sea el efecto en el tiempo de ruptura de Teherán, algo está claro: el programa nuclear iraní fue gravemente dañado. El centro de investigación nuclear de Isfahán, la planta de enriquecimiento de combustible de Natanz y sus edificios asociados, y la planta de enriquecimiento de combustible de Fordow —las tres principales instalaciones nucleares de Irán— sufrieron graves daños. Zonas enteras de Isfahán y Natanz quedaron completamente destruidas.
Pese a que dista de estar claro el verdadero alcance de los daños causados a las centrales nucleares iraníes en el ataque estadounidense, Donald Trump y su secretario de Guerra –así lo denominó el propio magnate, aunque oficialmente está a cargo del Departamento de Defensa– se apresuraron a afirmar que sus bombas obliteraron las centrales iraníes, lo que en inglés significa eliminar sin dejar huella alguna
.
El reactor iraní de Arak fue destruido y, con él, cualquier posibilidad a corto plazo de que Irán pudiera producir plutonio apto para armas. Los israelíes también atacaron varios otros centros de investigación y desarrollo en todo Irán, incluyendo partes de la Organización de Energía Atómica de Irán y de la Organización de Innovación Defensiva del ejército iraní, que los analistas sospechan es responsable de la investigación y el desarrollo relacionados con armas nucleares.
La muerte de al menos una docena de científicos iraníes en los ataques israelíes ha costado a Irán décadas de conocimiento práctico útil para la construcción de armas nucleares. Los ataques israelíes contra el programa de misiles iraní podrían obstaculizar la capacidad del país para desarrollar un arma nuclear que pueda alojarse en una ojiva, asegura Foreign Affairs .
Más allá del sadismo y la insensibilidad trumpianas, que a estas alturas indignan, pero no sorprenden, sus declaraciones comprueban que es un severo abuso del lenguaje llamar paz
al frágil alto el fuego entre Tel Aviv y Teherán., editorializa el diario mexicano La Jornada «No puede hablarse de paz cuando el régimen sionista reitera su intención de asesinar el jefe de Estado iraní, ni cuando éste advierte que su país atacará más bases estadunidenses si es objeto de nuevos asaltos», indica.
Añade que tampoco hay paz cuando Israel mantiene intacto y se niega a transparentar su arsenal nuclear y continúa sin que nadie lo interrumpa el genocidio contra el pueblo palestino; para Líbano y Siria es agraviante hablar de paz mientras la comunidad internacional legitima con su silencio las anexiones territoriales ilegales de hace más de medio siglo y las que Netanyahu ordenó este año.
*Analista francesa, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)