Argentina: Día del periodista y el odio de Milei a la profesión
Álvaro Verzi Rangel
Este 7 de junio es el segundo Día del Periodista en el gobierno del libertario Javier Milei, con una ultraderecha que no se cansa de atacar, perseguir y reprimir a quienes muestren o denuncien las políticas de hambre, mientras seudoperiodistas reciben dinero para entrevistas pautadas, hay un equipo de trolls pagos para orientar la discusión pública en redes y son panelistas en medios importantes de radio y televisión.
El periodismo argentino atraviesa su día con preocupación por el deterioro de la libertad de expresión y el derecho a la información. Los trabajadores de prensa son perseguidos por el poder Ejecutivo, los medios públicos están intervenidos y la agencia oficial de noticias Télam cerrada, los salarios son de pobreza y las redacciones se achican en todo el país. En este escenario, los impactos tecnológicos y los riesgos a la soberanía cognitiva ni siquiera están siendo debatidos.
Más de 2000 periodistas y comunicadores firmaron una solicitada por la libertad de expresión y exigieron un cambio en las políticas públicas, como parte de un 7 de junio atravesado por ataques a la prensa y salarios de pobreza.
El Sindicato de periodistas señaló que la relación del gobierno con el periodismo y los medios se destacó por incesantes agravios y ataques a periodistas de parte del presidente Javier Milei, una violenta represión en coberturas de noticias, restricción a trabajadores de prensa en el acceso a eventos de interés público –como en la asunción presidencial sin reporteros gráficos o jura de ministros sin acreditados–, ahogó a los medios privados comerciales y sin fines de lucro a partir de la eliminación de la pauta oficial
Añade que los hechos enumerados van en sintonía con una política de ataque más general a la cultura, que incluye el desguace del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el vaciamiento del Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom) y la prohibición de toda discursividad orientada a no reproducir la desigualdad de género.
El 8 de mayo pasado, en una transmisión en vivo por streaming, el presidente libertario Javier Milei señaló: «Los periodistas son las prostitutas de los políticos. Si odias al político, al periodista ódialo más porque cobran para hacer lo que el político no hace”. A diario el mandatario se dedica a atacar a periodistas, incluso a aquellos que lo ayudaron a instalar el desprecio de la representación política y las instituciones democráticas. En algunos casos llegó al acto de denunciar periodistas ante la justicia.
En el día del periodista algunos medios recuerdan a Thiago Correa, un niño de siete alos baleado en la cabeza por un policía federal, que disparó once tiros a unos jóvenes que intentaron desarmarlo. Mató a un delincuente pero también al niño.El fiscal ordenó la detención del policía, pero la ministra de Seguridad Patricia Bullrich ignoró todo lo ocurrido hy mintió para defender los excesos policiales, se animó a escribir la prensa.
La Primera Junta de Gobierno, creada en la Revolución de Mayo, para difundir y debatir la situación del Virreinato del Río de La Plata pone a funcionar el periódico “La Gazeta de Buenos Aires” un 7 de junio de 1810, como instrumento de comunicación que representaba el ascenso de las ideas de transformación enfrentadas a la corona española y reflejaba la lucha por un nuevo proyecto político y social. En 1938 el primer Congreso nacional de periodistas eligió al 7 de junio como el Día del Periodista.
La encuesta de este año del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), da cuenta de que el 70,5 por ciento de quienes trabajan en prensa en el área Metrolitana de Buenos Aires tiene un sueldo por debajo de la canasta básica. El 55%otros trabajos informales: vende ropa, cuida personas y diversas actividades que le sirvan para sobrevivir.
Milei llegó a decir “¡no odiamos demasiado a los periodistas!”. mientras gendarmes le reventaban la cabeza a un fotógrafo y gaseaban a otros –que también recibían amenazas por parte del asesor presidencial-, y los servicios de espionaje hackeaban cuentas de periodistas que los denuncian y armaban causas falsas contra ellos. Claro, también están los “periodistas” tarifados que alaban cada acto o declaración del gobierno.
Según Sipreba, entre las complicaciones para ejercer el oficio está el contexto de “represión policial a la protesta social con la prensa como blanco predilecto”, “ataques verbales del Presidente” y sus partidarios, “agresiones físicas”, “judicialización de notas periodísticas” y “ataque a los medios públicos”.
La gremial agrega que cada vez más se sufren “agresiones o amenazas online y offline por el hecho de ser periodista o trabajar en prensa”. Este año el 27 % de las y los encuestados por Sipreba afirma haber recibido algún ataque de ese tipo, por parte de agentes estatales o paraestatales. A todo eso hay que agregar la decidida censura de todas las patronales mediáticas hacia la lucha de clases interna de las empresas del sector.
Democracia y periodismo
No es un buen momento, para el ejercicio del periodismo en los cuarenta años de democracia. Pero en este lapso también hay que recordar a José Luis Cabezas, calcinado en 1997 en un pozo cercano a Pinamar por haber fotografiado al mafioso menemista Alfredo Yabrán, y a Hernán López Echagüe, atacado y torturado, también en los 90, por investigar al expresidente Eduardo Duhalde.
En medio de la crisis de los años 1930, durante la represiva Década Infame, el periodista Roberto Arlt sacó a la luz 
sus Aguafuertes Porteñas y en plena dictadura genocida el periodista Rodolfo Walsh lanzó su Carta Abierta a la Junta Militar, bautizada por Gabriel García Máquez como una “obra maestra del periodismo universal”.
En la era de las fake news, poco de lo que se escucha o lee es garantía de verdad. Y buena parte de las mentiras camufladas de noticias provienen de los despachos oficiales.
Pero no hay que con fundir medios de comunicación y periodismo. Los primeros son estructuras organizadas, mayoritariamente regidas por la lógica empresarial, donde hay patrones, gerentes y empleados y donde las “noticias” son una mercancía que se compra y vende en el mercado comunicacional. El periodismo es un oficio o profesión, que cumple un rol vital para el funcionamiento de esas estructuras.
La gente quiere saber lo que pasa, el tema es cuánta realidad está dispuesto a mostrarle, sin engaños ni camuflajes, el entramado de la comunicación capitalista, que hasta ahora ha servido de cómplice del gobierno… por hablar o por no hablar.
*Sociólogo y analista internacional, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista seniordel Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)