Gaza: Suspenden el sistema privado de reparto de ayuda de Israel y EEUU

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Isabella Arria

Ni la desesperación de la población gazatí, ni las advertencias de Naciones Unidas, ni el trabajo de las organizaciones humanitarias han impedido que Israel y Estados Unidos pongan en marcha un sistema de reparto privado de ayuda humanitaria que apenas ha durado unas horas:  el ejército israelí dispar contra un grupo de palestinos que intentaba recoger alimentos

Los centros de reparto no abrieron este miércoles por la mañana, apenas un día después del caótico arranque del plan que dejó tres muertos y unos 50 heridos por disparos del Ejército israelí, según la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas. El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó como «desgarradoras» las imágenes del reparto de comida que este martes emprendió en Gaza por su propia iniciativa la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), creada por Estados Unidos y sin el acuerdo de Naciones Unidas.La ONU califica de "desgarradoras" las imágenes del reparto de comida en Gaza de una fundación de EE.UU.

Israel confirmó esta misma semana su intención de ocupar el 75% del territorio palestino en los próximos dos meses, mientras apelaba a la supuesta ayuda humanitaria a la población y dijo presente en la primera línea con los camiones que entran al territorio con la FHG,  una institución estadounidense creada para destinar donaciones a la golpeada Franja de Gaza.

La puesta en escena de Israel incluyó estructuras de vallas similares a jaulasLa escena se completó con disparos de los soldados israelíes. Lo que no previó el régimen de Benjamín Netanyahu fue el rechazo de Naciones Unidas y que las imágenes de cientos de palestinos hambreados por ellos desesperados por bolsas de comida circularían por los principales medios del mundo. «Fueron imágenes desgarradoras», definió la ONU a una jornada en la que aseguró que no se respetaron «principios humanitarios».

La Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), la entidad impulsada por Israel y Estados Unidos para distribuir ayuda humanitaria en la Franja, debió suspender temporalmente sus operaciones.  GHF es una organización respaldada por los gobiernos de Israel y EEUU que se apoya en compañías de seguridad privadas y excluye deliberadamente a la ONU, lo que ha sido calificado por las propias agencias humanitarias como una “militarización de la ayuda”.

El sistema paralelo impulsado por Israel y Estados Unidos, basado en seguridad privada, exclusión institucional y control militar, no solo está fracasando en su objetivo humanitario, sino que está provocando más violencia, más desesperación y un nuevo asedio sobre la población de Gaza.

Desde el inicio de esta nueva operación, la ONU y numerosas ONG han rechazado participar. Consideran que el plan vulnera los principios fundamentales de la acción humanitaria —imparcialidad, neutralidad, independencia— y denuncian que los puntos de entrega están militarizados, con presencia de soldados israelíes y seguridad privada estadounidense. Las organizaciones también critican que estos espacios supuestamente “seguros” se convierten en trampas que ponen en peligro la vida de los civiles.

Israel justifica la intervención alegando que Hamás se roba la mercadería que Naciones Unidas envía a la zona de conflicto. Esto ya fue desmentido por la directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, Cindy McCain, quien explicó en una entrevista para el canal de televisión estadounidense CBS que esto «no es así», sino que lo que ocurre es que»la gente está desesperada. Entonces ven un camión del Programa Mundial de Alimentos y se tiran encima», explicó.

Naciones Unidas ha descrito como “desgarradoras” las imágenes que muestran multitudes desesperadas intentando acceder a alimentos en centros de reparto improvisados en el sur de Gaza. En uno de ellos, en Rafah, se rompieron las vallas que rodeaban el recinto ante la presión de cientos de personas hambrientas.  Miembros del Ejército israelí abrieron fuego contra la multitud. Del medio centenar de heridos, al menos 42 presentan heridas de bala.

“El mecanismo israelí no busca garantizar la ayuda, sino reconfigurar políticamente el terreno”, denunció el grupo Hamás, mientras desde el Gobierno gazatí se acusa a Israel de perpetrar una “masacre” contra civiles exhaustos  tras más de 20 meses de asedio. La violencia, aseguran, no es una excepción sino parte de un diseño sistemático para fragmentar la sociedad palestina.

Mientras, el bombardeo israelí a una escuela en Gaza que ofrecía refugio a familias palestinas es «abominable», afirmó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una llamada con el rey de Jordania, Abdulá II.«La expansión de las operaciones militares de Israel en Gaza dirigida a la infraestructura civil, entre ellas una escuela que sirvió como refugio para familias palestinas desplazadas, matando a civiles, incluidos niños, es abominable», expresó, de acuerdo con un comunicado.

*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)