El presidente de Chile, Gabriel Boric, anunció la creación de un nuevo sistema de tierras indígenas para tratar el histórico conflicto en el sur del país que enfrenta al Estado, empresas extractivistas y comunidades indígenas. «Un país que respeta la diversidad, reconoce a los pueblos que lo constituyen y rechaza categóricamente la violencia, es un mejor país para todos», dijo Boric en un mensaje televisado en cadena nacional. Entre sus puntos principales propuso reconocer en la Constitución a los pueblos mapuche, aymara, Rapa Nui, atacameño, quechua, colla, diaguita, chango, kawésqar, yagán, y selk’nam.Para Boric, el conflicto puede resolverse "con las herramientas de la democracia y la buena política"
El presidente señaló  enviará al Parlamento una reforma para darle reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas del país. Ser reconocidos en la Constitución es un anhelo de larga data de los indígenas chilenos, especialmente los mapuches, la mayor etnia del país, que mantiene un extenso conflicto con el Estado por el reclamo de restitución de tierras ancestrales.
En un mensaje televisado, Boric afirmó que impulsará «un proyecto de reforma constitucional» en los términos que propuso la Comisión para la Paz y el Entendimiento que impulsó su gobierno para resolver el conflicto con el pueblo mapuche. La comisión entregó sus conclusiones el 6 de mayo. Estuvo compuesta por políticos de todas las tendencias y representantes indígenas. «Con esto, Chile gana en paz y en unidad», sostuvo el mandatario. Los mapuche reclaman la restitución de tierras que consideran suyas por derecho ancestral en las regiones del Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, en el sur del país, y que hoy están en manos privadas mayoritariamente.  Producto del conflicto, entre 2013 y 2024 sesenta personas murieron, 1.468 resultaron heridas y 4.810 viviendas, maquinarias y vehículos fueron destruidos en un total de 8.926 hechos de violencia, contabilizó la comisión.

 

Una mujer indígena mapuche reaccionaEn su mensaje, Boric anunció que impulsará también una reforma del actual sistema de restitución de tierras mapuche y una ley de reparación de las víctimas de la violencia. La comisión estimó una demanda de tierra de 486.008 hectáreas a un costo total de 4.000 millones de dólares, que se suman a las 230.543 hectáreas ya adquiridas por el Estado chileno entre 1993 y 2024. «Un país que respeta la diversidad, reconoce a los pueblos que lo constituyen y rechaza categóricamente la violencia, es un mejor país para todos», dijo  el presidente en 12 minutos de alocución. El conflicto, subrayó Boric, puede resolverse «con las herramientas de la democracia y la buena política», en tanto el informe final de la comisión ofrece «una oportunidad única e irrepetible para alcanzar la paz». Indicó que el actual sistema ofrece resultados «intolerables», en cuanto el acceso a tierras por parte de la población mapuche implica una espera de años, incluso décadas. Un nuevo sistema, afirmó Boric, permitiría «cerrar el tema de tierras de manera definitiva», destacando el «aporte histórico» de la Comisión «pues va a la raíz más profunda de este conflicto». «El diagnóstico sobre el actual sistema de tierras indígenas es categórico: no solo es deficiente, sino uno de los principales factores que agravan el conflicto«, indicó Boric en base a las conclusiones de la Comisión, aprobadas por siete de sus ocho miembros a principios de mayo. Un nuevo sistema, afirmó , permitiría «cerrar el tema de tierras de manera definitiva» El presidente de Chile, Gabriel

  Por otro lado, se anunció la creación de un nuevo órgano de asuntos indígenas de «alta jerarquía» en el Estado, junto con un plan de reactivación económica específico para las provincias de Arauco y Malleco, dos de las más afectadas por la violencia rural, diseño que estará a cargo de la cartera de Economía. El pueblo mapuche reclama las tierras que habitaron durante siglos, antes de que fueran ocupadas a la fuerza por el Estado chileno a fines del siglo XIX en un proceso conocido oficialmente como la «Pacificación de La Araucanía» y que ahora pertenecen en su mayoría a empresas forestales. En ese contexto, en las sureñas regiones del Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, son frecuentes los ataques incendiarios a maquinaria y predios. El conflicto también le costó la vida a un gran número de comuneros mapuches a manos de agentes del Estado, registrándose además la muerte de policías y huelgas de hambre de presos indígenas.