Israel acelera la ocupación total de Gaza y el exterminio de palestinos

Para explicar por qué el domingo anunció la entrada limitada de ayuda humanitaria al enclave, dijo que ni por razones prácticas ni diplomáticas es conveniente que la población caiga en la hambruna, pues los amigos de Tel Aviv le advirtieron que no podrán apoyar la continuación de la masacre si siguen circulando imágenes de hambruna masiva como las que tienen lugar desde marzo, cuando el propio Netanyahu dispuso matar de hambre a los gazatíes. El genocidio se convirtió en una pavorosa normalidad, recuerda el analista español Juan Antonio Sanz.

Por cierto, el hambre está ya matando a decenas de niños, como muestran los vídeos que llegan de la Franja, sigue una estrategia maquiavélica. El impacto de los vídeos en EEUU, su principal aliado, es como una bola de nieve que crecerá. Como ha reconocido el propio Netanyahu, una hambruna puede dificultar la toma total de Gaza.

Es  necesario dimensionar lo ocurrido. El dirigente de un país occidental declaró públicamente que ordenará a sus fuerzas armadas la ocupación permanente de un territorio extranjero y que tiene la firme intención de matar de hambre a sus dos millones de habitantes aunque por ahora se abstendrá de hacerlo a fin de seguir recibiendo el apoyo militar de sus aliados. Lo impensable ocurrió y ha ocurrido cada día desde hace casi dos años hasta hacer que el genocidio se convierta en una pavorosa normalidad.

La ofensiva militar de Netanyahu se convirtió en una «limpieza étnica» de los más de dos millones de palestinos que viven en la Franja de Gaza encerrados hace casi 20 años, según denuncian una y otra vez la ONU y las organizaciones humanitarias que trabajan en el terreno.

Los mandatarios de Canadá, Francia y Reino Unido emitieron un comunicado conjunto en el cual exigen a Israel el fin de sus acciones escandalosas en Gaza y advirtieron que responderán con medidas concretas si no cesa su ofensiva militar y no desbloquea la ayuda humanitaria, calificando de totalmente desproporcionada la escalada con que Tel Aviv:, no hay ninguna proporción entre los execrables sucesos la limpieza étnica que ha tenido lugar a partir del 7 de octubre de 2023 y tampoco hay proporción entre la operación de exterminio israelí y las tardías e hipócritas expresiones de condena de Mark Carney, Emmanuel Macron y Keir Starmer.

Desde 1916, París y Londres fueron sembrando muchos de los problemas que actualmente convulsionan a Medio Oriente con el reparto arbitrario y rapaz de este territorio mediante el tratado de Sykes-Picot; en 1948, cuando los sionistas –cuyo traslado a Palestina fue promovido por los estados europeos– comenzaron el genocidio contra el pueblo palestino y confiscaron los hogares de más de 700 mil personas; en 1967, cuando el Consejo de Seguridad de la ONU ordenó a Tel Aviv abandonar todos los territorios conquistados mediante la fuerza.

Desde entonces, los palestinos han sido rehenes de una potencia ocupante cuyos gobernantes plantean sin tapujos su deseo de exterminarlos y niegan de manera explícita su condición de seres humanos. En tiempos más inmediatos, severas sanciones contra el régimen de Tel Aviv debieron imponerse desde el 21 de noviembre de 2024, cuando la Corte Penal Internacional ordenó el arresto de Benjamin Netanyahu por crímenes de guerra y lesa humanidad, un mandato que Canadá, Francia y Reino Unido están obligados a cumplir como parte del Estatuto de Roma, pero que han ignorado por su incondicional apoyo a Israel y complicidad en el genocidio de Netanyahu.

Más allás del necesario  congelamiento de relaciones con el gobierno genocida, se debe imponer un embargo de armas total e inmediato, un cese de los intercambios comerciales y un bloqueo financiero a los recursos usados para cometer crímenes de guerra. Pero sobre todo combatir la desinformación vertida por políticos, académicos y medios cómplices del genocidio. ¿´Por qué ni se aplica a Tel Aviv los mismos criterios utilizados con otros estados señalados por violar los derechos humanos y la legalidad internacional?.