Escándalo por la deportación de migrantes venezolanos a El Salvador

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Pablo Rodríguez

En un acto calificado como un «abierto desacato» a una orden judicial, el gobierno de Donald Trump deportó a más de 238 migrantes venezolanos a El Salvador, a pesar de que un juez federal había ordenado detener las expulsiones.

Venezuela expresó su rechazo categórico a la reciente proclama del gobierno de los Estados Unidos, calificándola como una medida anacrónica, violatoria de los derechos humanos e ilegal, dirigida a criminalizar a los migrantes venezolanos. El canciller  Yván Gil, denunció que esta acción constituye un «acto infame e injusto», evocando episodios oscuros de la historia de la humanidad, como la esclavitud.

«Denunciamos de forma energética que nuestros compatriotas en Estados Unidos están siendo sometidos a persecución en sus lugares de trabajo, colegios, iglesias, hospitales y espacios públicos», dice el comunicado, que reafirmó el compromiso de la gestión con la defensa de los derechos de sus ciudadanos en el exterior y condenó cualquier política que atente contra la dignidad y el bienestar de los migrantes.  Este pronunciamiento subraya la necesidad de promover un enfoque humanitario y respetuoso hacia la migración en el ámbito internacional.Venezolanos exigen la liberación de deportados por EE.UU. a El Salvador - teleSUR

Venezuela señaló que la administración de Donald Trump criminaliza a migrantes venezolanos al invocar una antigua ley para deportar a presuntos miembros de la banda del Tren de Aragua.

Venezuela rechaza de manera categórica y contundente la proclama del gobierno de Estados Unidos que criminaliza de forma infame e injusta a la migración venezolana, señaló la cancillería , que calificó de anacrónica la vieja ley invocada por Trump, y denunció: “no sólo violenta leyes fundamentales y vigentes de Estados Unidos, sino que vulnera el ordenamiento jurídico internacional en materia de derechos humanos.

“En su inmensa mayoría, los migrantes son mujeres y hombres trabajadores, dignos y honestos, no son terroristas, no son criminales, ni ‘enemigos extranjeros’. Son víctimas”, añadió, al subrayar que su intento de aplicación constituye un delito de lesa humanidad y un precedente peligroso contra toda nuestra región.

Pese a la prohibciión,, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, anunciaron al unísono en redes sociales la decisión de Trump de deportar a decenas de presos venezolanos. Estados Unidos pagará a El Salvador seis millones de dólares por encarcelar durante un año a estos presos.

«El Salvador se ha comprometido a mantenerlos en sus excelentes cárceles a un precio justo, lo cual también ahorrará dinero a nuestros contribuyentes», afirmó Rubio, quien describió a los expulsados como «extranjeros enemigos», antes de agradecer la contribución del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, «el líder más fuerte en el tema de seguridad de nuestra región y un gran amigo».

El término empleado por Rubio coincide con el usado por la ley de Enemigos Extranjeros de 1798, la ley que invocó Trump el pasado sábado y que concede al mandatario amplísimas competencias para expulsar gente del país. La norma, que a grandes rasgos se salta todo el proceso migratorio habitual, está diseñada para ser invocada si EEUU está en guerra con otro país, o si una nación extranjera ha invadido EEUU o amenaza con hacerlo y capacita a la Administración a deportar inmediatamente a los detenidos. Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, se utilizó para justificar la detención y expulsión de inmigrantes alemanes, austrohúngaros, italianos y japoneses.

Nayib Bukele recibió al senador republicano de EE. UU. Marco Rubio en San Salvador | NTN24.COM
Rubio y B ukele

Mientras, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, aseguró en redes la llegada de 238 venezolanos, junto con otros 23 supuestos miembros de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13), a través de un mensaje en redes sociales. «¡Uy!… demasiado tarde», escribió Bukele, en referencia a la orden judicial que intentó frenar las deportaciones.

Los deportados fueron trasladados de inmediato al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una prisión de máxima seguridad con capacidad para 40.000 personas, donde permanecerán «por un año», según Bukele, aunque el plazo podría renovarse.

«Hemos enviado a dos peligrosos líderes de la MS-13 y a 21 de sus más buscados de regreso a El Salvador para que comparezcan ante la justicia. Además, como prometió @POTUS, enviamos a más de 250 extranjeros enemigos del Tren de Aragua, quienes El Salvador se comprometió a mantener en sus excelentes cárceles a un precio justo que también ahorrará dinero a nuestros contribuyentes», aseguró por su parte el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio.

Un video publicado por el mandatario salvadoreño muestra a los detenidos esposados y siendo escoltados entre golpes y amenazas por agentes armados hacia autobuses blindados, que los condujeron a la temida instalación.

El Cecot, parte de la estrategia de Bukele para combatir el crimen organizado, ha sido criticado por grupos de derechos humanos, quienes denuncian maltratos y la falta de garantías para los reclusos.

Acuerdo entre EE. UU. y El Salvador

Según reportes de la agencia AP, El Salvador habría aceptado albergar a unos 300 migrantes durante un año a cambio de US$ 6 millones. «EE.UU. pagará una tarifa muy baja por ellos, pero una alta por nosotros», comentó Bukele en tono de humor negro.

Por su parte, el gobierno estadounidense no ha proporcionado pruebas que vinculen a los deportados con el Tren de Aragua (organización desarticulada en Venezuela) o con delitos cometidos en EE. UU. Las deportaciones forman parte de la campaña de Trump contra la inmigración ilegal, una de sus principales promesas de campaña.

Venezuela recibió hasta ahora cuatro vuelos con migrantes. Dos desde Estados Unidos, otro desde México y un cuarto desde Honduras, con migrantes desde la cárcel de Guantánamo, rescatados a través de una mediación del ex presidente hondureño Mel Zelaya y la actual presidenta, Xiomara Castro. Después de analizar caso por caso, el gobierno venezolano confirmó que ninguno de los repatriados estaba ligado al mentado Tren de Aragua.

Ciudadanos venezolanos deportados de EEUU festejan mientras descienden de un avión a su llegada al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, en  Venezuela, el 20 de febrero de 2025. (Xinhua/Marcos Salgado)

El secretario general de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestramérica (ALBA), Jorge Arreaza rechazó la decisión de Trump, calificándola como un acto que evoca «los episodios más oscuros de la historia humana, desde la esclavitud hasta el horror de los campos de concentración nazis».

Arreaza hizo un llamado a la comunidad internacional para que reaccione y condene lo que describió como «acciones de secuestro y tortura». En un mensaje publicado en su canal de Telegram, el funcionario venezolano afirmó que El Salvador está siguiendo las órdenes de Washington, actuando como un gobierno «entreguista» que transgrede los derechos humanos de manera sistemática.

«El Salvador crea campos de concentración para los migrantes venezolanos y de otras nacionalidades, siguiendo las órdenes de sus amos de Washington», escribió Arreaza. Además, advirtió que «el castillo de naipes que ha creado Bukele, más temprano que tarde, se derrumbará», en referencia a las políticas del presidente salvadoreño.

¿Venezolanos o mexicanos?

Aunque Bukele aseguró inicialmente que los deportados encarcelados en su país eran presuntos miembros del Tren de Aragua, un video difundido por el mandatario ha generado dudas, ya que los detenidos, al ser interrogados, muestran un marcado acento mexicano, lo que ha puesto en entredicho su nacionalidad.

El video muestra la llegada de los migrantes a El Salvador, donde fueron recibidos con un fuerte despliegue de seguridad. Organizaciones de derechos humanos han expresado preocupación por el trato dado a los detenidos, denunciando violaciones a sus derechos fundamentales.

*Periodista venezolano de Question, colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)