Represión, manipulación del relato, desgaste del gobierno libertario

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Claudio della Croce

El relato que el Gobierno libertario de Javier Milei intentó construir con la complicidad de medios y periodistas no impidió que la represión a los jubilados y los hinchas de fútbol se sumara a la seguidilla de meteduras de pata que esmerilaron la imagen presidencial y la de sus “colaboradores” más próximos..

Los estrafalarios argumentos del golpe de Estado o la convocatoria a la protesta del antaño jefe de la organización político-militar Montoneros, Mario Firmenich, trataron de construir un relato con la complicidad de medios y de periodistas, pero no.impidió que la represión a los jubilados y los hinchas de fútbol se sumara a la seguidilla de barbaridades que esmerilaron la muy deteriorada imagen presidencial.

El grupo de gendarmes y policías que disparó sobre Pablo Grillo

El gobierno empezó una batalla por imponer una interpretación de los hechos que incluyera las palabras “barra brava”; “militantes pagos”, “golpe destituyente” o “izquierda desetabilizadora” para volcar hacia su favor a la opinión pública.

Está perdiendo el control: de la inflación (y de otras variables de la economía, como el dólar; de la calle; de las redes sociales; del Congreso. Ya perdió el control de la agenda y pierde el control del relato.

En los fundamentos del Decreto de Necesidad y Urgencia que autoriza al gobierno llevar adelante el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional se confiesa que hay una “exigencia imperiosa” de evitar “el impacto que podrían tener en el escenario económico las medidas involucradas”. En las redes sociales desde el caso de la estafa $Libra viene perdiendo esa batalla y el miércoles volvió a perder.

En la calle, el caos generado por las mismas fuerzas de seguridad que iniciaron la represión no fue sólo una violación al derecho a la protesta (todo el protocolo de Bullrich es ilegal), sino que también fue un fracaso en sus propios términos.

La represión salvaje era lo que buscaba el gobierno (es decir, generar un desorden para dar “la idea de orden”), e inmediatamente después de los hechos, surgió esa especie de “teoría de los dos demonios” a la carta que dice: “Lo de la Policía fue desproporcionado, pero los manifestantes tiraron piedras, rompieron una vereda”

Al caer por el ataque policial, Beatriz Blanco, de 81 años, se golpeó la cabeza contra el piso.

Los aliados de Milei, deshojan la margarita entre la complicidad y la presión para entregar a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.. Martín Menem pierde el control del Congreso y choca con el superaesor de Milei, Santiago Caputo. Tiempo de descuento para un experimento que se quedó sin dólares, a la espera del auxilio del Fondo Monetario Internacional..

Transcurridos quince meses del gobierno de Javier Milei, cada uno de los principios del poder económico está siendo violentados y, pese a ello, existe un silencio atronador de cada uno de sus miembros y entidades que lo agrupan, sin observaciones críticas sobre la descomposición de las normas básicas que constituyen el pacto democrático de 1984.

Decir que se una marcha (como todos los miércoles) de jubilados. apoyados por hinchas de los clubes de fútbol- se trató de un intento de golpe de Estado resulta increíble hasta para sus fanáticos, acostumbrados a sus enormes mentiras. Lo real es que no hubo fuerza política que convocara, organizara o capitalizara.

Existe un silencio total del poder económico, pese a que hasta hace poco eran sus reclamos, mientras avalan a la represión a jubilados y a los trabajadores. Está satisfecho con lo que hace el gobierno represivo para que no retorne un proyecto de desarrollo nacional e inclusión social.

 El desgaste

La imagen presidencial sufre un proceso de desgaste desde su discurso en Davos donde acusó de pedófilos a los homosexuales y aseguró que el cambio climático era un invento woke. Y llegó la estafa con las criptomonedas, para destruir aún más su imagen nacional e internacional.

Una semana atrás Milei mostró su indiferencia ante la catastrófica inundación de la ciudad de Bahía Blanca y el miércoles sumó la represión brutal a los que se solidarizaron con los jubilados, los más perjudicados por el juste del gobierno ultraderechista..

Ana Martínez tiene 22 años y cuatro puntos en la boca por el balazo de goma que recibió.
Ana Martínez tiene 22 años y cuatro puntos en la boca por el balazo de goma que recibió.

La imagen de dos policías con armaduras y escopetas que custodiaban a dos chicos de 12 años, sentados con las manos atadas en la espalda y cara de pánico, detenidos cuando salían de una escuela técnica de la zona. ¿El delito de estudiar? Los médicos que asistieron a los 672 heridos por la represión coinciden en afirmar que nunca habían visto tal cantidad de balas de goma sobre el cuerpo de los manifestantes.

Aunque la tropa de los convencidos festeje y ratifique su convicción de aplastar a los que rechazan el ajuste más grande de la historia, la bestialidad de la Gendarmería que disparaba granadas en línea recta y de fuerzas mal preparadas que estaban sobrestimuladas para cazar opositores salió mucho peor de lo que el gobierno dice, señala Diego Genoud.

“Con su brutalidad criminal, Patricia Bullrich pone en riesgo un ciclo de negocios que no se quieren perder. Más peligrosa que un mono con navaja, la ministra está al frente de una fuerza que se le parece en la falta de profesionalidad”, añade.

Los celulares de los manifestantes y de la población en general, mostraron la mentira oficial y pusieron un parate a la lógica de la dictadura cívico militar (1976-1983) que justificaba la eliminación de ciudadanos por su portación política. El fotógrafo Pablo Grillo aún se debate entre la vida y la muerte, Su vandálico ataque quiso ser morigerado bajo la “acusación” de que era kirchnerista (opositor).

Un plan de guerra ejecutado contra la poblaciónEn una concentración donde confluyeron sectores organizados con manifestantes guiados por la espontaneidad y sin una conducción única, las fuerzas de Milei y Bullrich no lograron despejar la plaza y los que resistían a las balas y gases se reagruparon durante horas hasta desbordar a los uniformados y llegar a una Casa Rosada que estaba desprotegida. Cuando caía la noche, Milei, que estaba en su despacho, descubrió que puede ser el blanco de la misma ira social que lo llevó a lo más alto.

Pablo Solanas señala que la sorpresa cambió de bando. Los manifestantes sabían que Bullrich los iba a reprimir pero las fuerzas que disparaban a matar no esperaban ese grado de combatividad. Por algo, la oficialista La Libertad Avanza insiste en negar que esto sea diciembre de 2017, el principio del fin del expresidente neoliberal Mauricio Macri. Ese día, los gobernadores del colaboracionismo “olieron sangre”.

El lugar donde estaba el fotógrafo Pablo Grillo cuando recibe el impacto de un cartucho de gas, que lo mantiene entre la vida y la muerte

Este miércoles se vivió una verdadera jornada de fake news coordinadas y «periodismo de guerra» para intentar distorsionar la realidad: que miles de personas -que cuentan con la simpatía de otros millones- quisieron expresar su solidaridad con las principales víctimas del ajuste fiscal de Milei, los jubilados, repudiando la política del gobierno para los mayores.

Es un gobierno que es gatito mimoso del gran poder económico y se hace el duro con los jubilados, señala Fernando Skolnik. Pero golpeado en su credibilidad política después de la criptoestafa, y acumulando sectores que sienten cada vez más odio hacia sus políticas de ajuste, represión y discriminación, el gobierno se topó con un salto en la voluntad de lucha de miles de personas dispuestas a resistir la brutal e indiscriminada represión de Patricia Bullrich.

Más temprano, el gobierno había tenido también una derrota parlamentaria:  no pudo evitar que se vote el emplazamiento a comisiones para que se investigue la estafa cripto. La jornada legislativa terminó a su vez con un enorme papelón del oficialismo, que violentó a tres diputados que estaban dando quórum y levantó la sesión en el medio de un escándalo.

La movilización convocada por hinchas en defensa de los jubilados no incluía barras como los que Mariano Cuneo Libarona, hoy ministro de Justicia, cobraba por defender. No estaban ni Rafael Di Zeo, ni Alan Schlenker ni Hector “Jaimito” Heredia, el jefe de la barra brava de Racing juzgado por el crimen del hincha de Independiente Gustavo Rivero, de 22 años. Cuneo Libarona, que cobró fortuna por garantizarles impunidad, ahora acusa sin pruebas.

¿Nada será igual de ahora en más? ¿Se repetirá el estallido del 2001? El miércoles se espera que los jubilados tengan el apoyo de estudiantes, trabajadores e hinchas de muchos clubes, pero esta vez con la camiseta argentina, y no la de sus clubes.

*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)