Trump marca la cancha y aterroriza a millones en todo el mundo

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Observatorio en Comunicación y Democracia – Fundación para la Integración Latinoamericana

Para Donald Trump «el Día de la Liberación» será el 20 de enero, cuando asuma como presidente para cumplir sus promesas: deportar migrantes, excluir militares transgénero e imponer aranceles aduaneros. Prometió un apoyo incondicional a Israel en su guerra contra los palestinos en Gaza, devastada por quince meses de guerra y genocidio israelí.

Mientras, intenta crear un desequilibrio de poder con sus reclamaciones sobre el canal de Panamá, Canadá y Groenlandia: busca intimidar a los países para obtener concesiones. Las amenazas expansionistas de Trump anticipan una relación tormentosa entre EEUU y sus aliados.

Con Trump vuelven la imprevisibilidad, el pragmatismo y las decisiones radicales. Todo el mundo está expectante, aunque 2025 no supondrá un giro tan drástico: se recortará el apoyo a Ucrania, se exacerbarán las tensiones con China, se dará carta blanca a Israel, se impondrán barreras comerciales, crecerá la extrema derecha nacional y mundial con financiamiento de Washington, aumentará el rechazo a la inmigración y sufrirán el multilateralismo y el derecho internacional.

El 2025 marcará el regreso de la guerra comercial, de la mano de un presidente que declaró que sus dos  palabra favoritas son sanciones y arancel. Pero todas estas tendencias ya estaban ahí. Aunque Trump protagonizará el 2025, su vuelta no va a traer un cambio estructural ni será la causante de todo.

Los aranceles ralentizarán el crecimiento y harán subir la inflación, lo que podría llevar a los bancos centrales a medidas críticas. Además, agravarán la latente crisis de la deuda soberana: muchos gobiernos acumularon grandes déficits para salir de la pandemia y ahora, con el crecimiento estancado y el dólar encareciéndose, será más difícil pagar.

En 2025, 54 países deberán destinar más del diez por ciento de su presupuesto nacional a pagar intereses de deuda, en sociedades con alto desempleo joven y gran tensión social, donde podrían estallar disturbios.

La guerra comercial llega en un contexto de descomposición política para la Unión Europea, preocupada por los aranceles que se impondrá en especial a los productos agropecuarios. Las dos potencias de la UE, Alemania y Francia, están en crisis. En el viejo continente aumenta la ansiedad ante los planes del presidente electo mientras en Washington, destacados republicanos aplauden la idea de anexionarse Groenlandia y el canal de Panamá.

El canciller alemán Olaf Sholtz invocó “el principio de la inviolabilidad de las fronteras” ante la amenaza de Trump de anexionarse Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca.

Aunque el propio Trump ha intentado distanciarse, los demócratas y otros críticos y detractores del presidente electo creen que el Proyecto 2025- creado por la Fundación Heritage en 2023- es en realidad su plan oculto de gobierno.

El documento del Proyecto 2025, de 900 páginas, esboza cuatro objetivos principales: restaurar la familia como pieza central de la vida estadounidense; desmantelar el Estado administrativo; defender la soberanía y las fronteras de la nación; y garantizar los derechos individuales otorgados por Dios a los nacidos en EEUU para vivir libremente.

Asimismo, plantea criminalizar la pornografía, disolver los departamentos de Comercio y Educación, rechazar la idea del aborto como medida sanitaria y combatir a quienes hablan de cambio climático.

El regreso

Trump está listo para regresar a la Casa Blanca, tras haber prometido actuar en cuestiones como la migración, la economía y la guerra en Ucrania. Es probable que  goce de un amplio apoyo para su agenda política en el Congreso, luego de que el Partido Republicano recuperara el control del Senado en las elecciones de noviembre.

Prometió que destituirá «en dos segundos» tras asumir su cargo al fiscal especial Jack Smith que lidera dos investigaciones criminales en su contra. Smith ha acusado a Trump por supuestos esfuerzos para revertir las elecciones de 2020 y por su presunto mal manejo de documentos clasificados.

Trump niega cualquier irregularidad y logró evitar que los casos llegaran a juicio antes de las elecciones presidenciales. El futuro presidente ha dicho que el señor Smith lo ha sometido a una «caza de brujas política». Pero volverá a la Casa Blanca como el primer presidente en la historia con una condena criminal, tras haber sido declarado culpable, en Nueva York, de falsificar registros comerciales.

«Si los rehenes no son liberados antes del 20 de enero de 2025, la fecha en la que asumiré con orgullo el cargo, lo pagarán caro en Oriente Medio y aquellos que perpetraron estas atrocidades contra la Humanidad», escribió en diciembre en su plataforma Truth Social. Obviamente se refería a las víctimas de la barbarie colonialista israelí.

Al mismo tiempo pide que la guerra de Gaza «termine», al igual que la de Ucrania, desencadenada en febrero de 2022 por la invasión rusa. «Él puede ayudarnos a detener a Vladimir Putin. Es muy fuerte e imprevisible», estimó el aún presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pese a temer las condiciones que pueda poner Rusia.

Se prevé que Trump también ataque a Naciones Unidas, a la Organización Mundial de Comercio y los tribunales internacionales (la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional) que están juzgando a Israel por la guerra en Gaza, a 80 años del final de la Segunda Guerra Mundial: Las conmemoraciones mostrarán más división que unión entre EEUU, Europa, Rusia o China, antiguos aliados en aquel conflicto.

Trump criticó los miles de millones de dólares gastados por Estados Unidos en apoyo a Ucrania durante la guerra con Rusia y ha prometido terminar con el conflicto «en 24 horas», mediante un acuerdo negociado. Quiere que EEUU se desvincule de los conflictos extranjeros en general. En cuanto a la guerra en Gaza, Trump se ha posicionando como un firme defensor de Israel.

Trump ha prometido «terminar con la inflación», que alcanzó niveles elevados durante la presidencia de Joe Biden antes de caer nuevamente. Pero, el poder de un presidente para influir directamente en los precios es limitado. También ha comprometido recortes fiscales generales, extendiendo su reforma de 2017.

El programa esbozado por Trump y su equipo provocaría una convulsión sin precedentes en Estados Unidos y en el mundo. Las peores previsiones hablan de una recesión y la contracción de hasta un 6% del Producto Interno Bruto.

Pero, algunas de sus promesas difíciles de cumplir:

Comienza el año de las deportaciones

Trump prometió la mayor deportación masiva de migrantes indocumentados de la historia de Estados Unidos y se comprometió a completar la construcción del muro en la frontera con México, la que se inició durante su primera presidencia.

El regreso de Stephen Miller al gabinete es una declaración de intenciones de deportaciones masivas. No descarta declarar una emergencia sanitaria alegando que los migrantes son “una amenaza para la salud pública”. “Trump desatará el vasto arsenal de poderes federales para aplicar la represión migratoria más espectacular”, dijo, sin pudor.

Trump, que califica de «invasión» la entrada de migrantes sin visa en territorio estadounidense y los acusa de envenenar «la sangre» del país, promete una deportación masiva. También quiere poner fin al derecho de obtener la ciudadanía por nacimiento, que considera «ridículo».

Se calcula que unos 11 millones de personas vivían ilegalmente en Estados Unidos en 2022. Para poner fin a esta situación, el republicano planea declarar el estado de emergencia nacional en cuanto tome posesión del cargo y movilizar al ejército.

Pero las expulsiones masivas podrían movilizar a la sociedad civil y a los demócratas y se enfrentan a desafíos legales. La expulsión de millones de trabajadores, que con frecuencia realizan trabajos poco cualificados, tendría un fuerte impacto en la economía. Las deportaciones a la escala prometida por Trump enfrentarían enormes desafíos legales y logísticos, y podrían frenar el crecimiento económico.

En cuanto al derecho de suelo, garantizado por la Constitución, Donald Trump no podrá abolirlo por un simple decreto. Las advertencias del potencial impacto económico de retirar del mercado laboral a millones de trabajadores de sectores tan cruciales y variados como la agricultura, la construcción, la hostelería o los cuidados, no han sido contestadas por la futura Administración de ninguna manera creíble.

Si el azuzamiento del miedo hacia los migrantes entre los estadounidenses impulsó a Trump a la Casa Blanca, ahora es el miedo de los migrantes a ser deportados el que se respira en EEUU.

Aranceles aduaneros 

El primer país en su punto de mira es China, al que ha amenazado con subir un 10% los aranceles aduaneros, además de los que ya le impuso a determinados productos durante su primer mandato (2017-2021).

«El 20 de enero, como una de mis primeras órdenes ejecutivas, firmaré todos los documentos necesarios para cobrar a México y Canadá un arancel del 25% sobre todos los productos que entren en Estados Unidos y sus ridículas fronteras abiertas», escribió en su red Truth Social. Cabe recordar que los tres países están vinculados por un acuerdo de libre comercio: estas declaraciones pretende ejercer presión antes de emprender negociaciones.

Trump justificó la advertencia aludiendo a la entrada de drogas e inmigrantes irregulares.

Indultos insultantes

El 6 de enero de 2021 una turba de partidarios de Donald Trump irrumpió en el Capitolio para intentar impedir la certificación de la victoria de Joe Biden: unas 1.500 personas detenidas han sido acusadas y más de 900 condenadas. En marzo, cuando era candidato a la presidencia, Trump dijo que una de sus primeras decisiones si ganaba sería «liberar a los rehenes injustamente encarcelados el 6 de enero».

Clima

Su vuelta al poder puede poner en peligro los esfuerzos mundiales para frenar el cambio climático provocado por las personas. Durante su primer mandato, retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el clima. EEUU volvió a entrar por iniciativa del presidente saliente Joe Biden.

La nueva Administración Trump traerá otros ataques al multilateralismo y las organizaciones internacionales. Se espera que vuelva a sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París, como ya hizo en 2017, lo que pondrá en peligro los esfuerzos globales contra el cambio climático a solo un lustro de cumplirse el plazo de la Agenda 2030 y en un año, en el que se confiaba que el mundo llegaría al pico de emisiones.

Donald Trump es un escéptico climático que quiere impulsar la extracción de combustibles fósiles, que ya bate récords. «Perfora, cariño, perfora» ha sido el lema repetido una y otra vez. «Tenemos más oro líquido que cualquier país del mundo», aseguró el presidente electo de EEUU, el segundo país que más contamina, detrás de China.

“Vamos a cerrar la frontera, y vamos a perforar, perforar, perforar. Después de eso, no soy un dictador», repite.. Además, quiere abrir áreas como la región ártica para la perforación de petróleo, lo que sostiene que reduciría los costos de energía, aunque los analistas son escépticos.

 Género

A finales de diciembre prometió «detener la locura transgénero» y dijo que  excluirá a los transexuales del ejército y de los colegios de educación primaria y secundaria. «La política oficial de Estados Unidos será que sólo hay dos géneros, masculino y femenino», dijo en un país dividido sobre temas sociales.

Economía

La Ley sobre CHIPS y la Ley de Reducción de la Inflación han provocado un enorme auge en la construcción de fábricas, algunas que ya operan, lo que reducirá la dependencia de EEUU de chips informáticos avanzados de países extranjeros, sobre todo de Taiwán. También ha puesto en marcha nuestra industria de vehículos eléctricos y paneles solares.

Que estos sectores sobrevivan y puedan competir con éxito dependerá de las acciones de la administración Trump, pero se teme que el nuevo gobierno acabe con estos sectores que hoy son importantes fuentes de empleo para los trabajadores de los estados republicanos.

El  regreso al poder de Donald Trump puede significar el fin de la democracia en Estados Unidos, la imposición de una réplica aggiornada de la Doctrina Monroe en América latina, el impulso y financiamiento de los ultraderechas en la región, y un enorme signo de interrogación sobre la paz mundial. “In God we trust” (en Dios confiamos) es el  lema oficial de EEUU. Se adoptó en 1956, reemplazando a «E pluribus unum» («De muchos, uno») … Pero aunque quiere hablar como él, Trump no lo es.

El  regreso al poder de Donald Trump puede significar el fin de la democracia en Estados Unidos, la imposición de una réplica aggiornada de la Doctrina Monroe en América latina, el impulso y financiamiento de los ultraderechas en la región, y un enorme signo de interrogación sobre la paz mundial. “In God we trust” (en Dios confiamos) es el  lema oficial de EEUU. Se adoptó en 1956, reemplazando a «E pluribus unum» («De muchos, uno») … Pero aunque quiere hablar como él, Trump no lo es.


 

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