Los agricultores franceses insisten en parar el acuerdo UE-Mercosur
Isabella Arria
Los sindicatos agrícolas franceses realizan esta semana decenas de acciones de protesta en todo el país para oponerse al acuerdo de la Unión Europea y el Mercado Común del Sur (Mercosur, formado por Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia) para crear la mayor zona de libre comercio del mundo.
Si bien en 2019 se había llegado a un acuerdo después de dos décadas de negociación. Los agricultores franceses denuncian una competencia desleal, ya que la producción de esos alimentos en el bloque sudamericano no está sometida a los mismos requisitos ambientales y sociales ni a las mismas normas sanitarias,
Las negociaciones entre ambas partes se congelaron debido a la fuerte oposición de agricultores, especialmente los franceses, y varios gobiernos europeos, La Federación Nacional de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FNSEA) reaccionó al mensaje del presidente francés, Emmanuel Macron, quien el domingo desde Buenos Aires trató de tranquilizar sobre una posible firma del acuerdo UE-Mercosur.
El objetivo del acuerdo es intensificar el comercio de bienes y servicios entre la Unión Europea y las economías sudamericanas, eliminando gradualmente las barreras comerciales y los derechos de aduana, y normalizando las normas y reglamentos, un regalo del cielo para los defensores del libre comercio. «Estaríamos abriendo el mayor mercado del mundo, con más de 700 millones de personas en el que nuestras empresas, incluso nuestros agricultores y proveedores de servicios, tendrían oportunidades», argumenta Javier Moreno Sánchez, eurodiputado socialista español.
Los principales sindicatos agrícolas decidieron relanzar la movilización en coincidencia con la cumbre del G20 en Río de Janeiro, Brasil.
La política comercial europea la gestiona la Comisión Europea, que en las últimas semanas mostró voluntad de sacar adelante ese controvertido acuerdo. Para tratar de obstaculizar esos movimientos, los dirigentes franceses reiteraron su oposición y anunciaron que están tratando de establecer una coalición con otros países para aplicar un veto que Francia por sí sola no podría imponer, al menos no formalmente.
La FNSEA señaló que «la realidad es que (Macron) no consigue convencer. Para tranquilizar al sector agrícola el presidente tiene que anunciar claramente que va a utilizar el veto de Francia en el acuerdo de Mercosur si se firmara».
Las acciones de protesta comenzaron el domingo cerca de París, en la ruta nacional N118 en Vélizy-Villacoublai, donde decenas de agricultores pasaron la noche con sus tractores para retener la circulación. Otras medidas de protesta para ralentizar la circulación o delante de las prefecturas tuvieron lugar en Auvernia Ródano Alpes, Borgoña Franco Condado, Gran Este, Nueva Aquitania u Occitania, Provenza Alpes Costa Azul, o País del Loira.
Las protestas siguen con un bloqueo de la autopista A9 en el paso fronterizo con España en Le Boulou, el principal punto de entrada de camiones españoles en dirección de Francia y del resto de Europa. En total «se están poniendo en marcha 85 puntos de manifestaciones», declaró Pierrick Horel, presidente de Jóvenes Agricultores (JA). Menos de un año después de su gran movimiento de indignación, los agricultores y ganaderos franceses siguen denunciando unos ingresos insuficientes para subsistir.
En enero pasado las protestas demostraron una magnitud sin precedentes. Esta semana, los trabajadores del campo utilizaron sus tractores para bloquear rutas en toda Francia, plantaron grandes cruces de madera, como símbolo de su muerte, e instaron a Macron y al gobierno a hacer más. «Basta de promesas, empiecen con los hechos», «Macron, nuestra agricultura se muere y usted mira hacia otro lado», rezaban sus carteles.
Los agricultores belgas también salieron a las calles de Bruselas para manifestarse contra el acuerdo, siguiendo la convocatoria de la Coordinadora Europea Vía Campesina (ECVC) y del sindicato de agricultores FUGEA.
«El acuerdo UE-Mercosur es muy desfavorable para Europa. Puede ser bueno para vender coches, pero será muy malo para la agricultura», declaró a ‘Euronews’ Pierre Maison, ganadero de la Alta Saboya (Francia) y miembro de la ECVC. «Va a acabar de nuevo con los pequeños productores, porque va a hacer bajar los precios, y encima vamos a importar carne de vacuno, por ejemplo, que producimos en casa», añadió.
Manon Aubry, eurodiputada francesa del Partido de Izquierda(GUE/NGL), denuncia una «locura sanitaria«: «El 30% de los pesticidas autorizados en los países del Mercosur están prohibidos en la Unión Europea, y sin embargo entrarán en el mercado europeo», adviertió. También denuncia la «locura climática»: «¿Por qué ir al otro lado del mundo para encontrar lo que sabemos y podemos producir aquí, en la Unión Europea?», señaló.
Benoît Cassart, eurodiputado belga de Renovar Europa también reclama la creación de «cláusulas espejo»: «Si ahora imponemos la desaparición de un gran número de productos fitosanitarios en Europa para mejorar la biodiversidad, no deberíamos ir a matar la biodiversidad al otro lado del mundo aumentando la deforestación», opinó.
«Francia terminará aceptando el acuerdo»
El acuerdo UE-Mercosur tiene como objetivo impulsar el comercio entre la UE y las economías sudamericanas mediante la eliminación gradual de las barreras comerciales, los derechos de aduana y la estandarización de las regulaciones. Sin embargo, los agricultores franceses argumentan que el acuerdo crearía una competencia desleal con las grandes granjas sudamericanas, que -sostienen- tienen costos de producción mucho más bajos y tienen menos regulaciones.
Por ello, piden la introducción de «cláusulas espejo», que impondrían a las importaciones los mismos estándares medioambientales y sanitarios que los que se aplican en Francia para salvaguardar la industria. Los defensores del acuerdo, por otro lado, creen que fortalecería los lazos económicos entre Europa y Sudamérica.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha criticado el acuerdo, insistiendo en que los productores sudamericanos deben cumplir los estándares de la UE. De camino a Brasil para la cumbre del G20, se reunió con el presidente argentino, Javier Milei, en Buenos Aires donde repitió que Francia no firmaría. Pero las manos de Francia podrían estar atadas: el acuerdo podría firmarse antes de fin de año y muchos temen que se pueda alcanzar un acuerdo parcial, dado que el país no tiene poder de veto.
Mientras, el ministro brasileño de Agricultura, Carlos Fávaro, afirmó este lunes que la gran mayoría de los países de la UE manifestaron interés en firmar el acuerdo de libre comercio con el Mercosur y que Francia, que se resiste, terminará cediendo a las presiones de sus socios.
Fávaro afirmó que el interés de los europeos en el acuerdo quedó claro en todas las reuniones bilaterales que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, tuvo al margen de la cumbre de líderes del G20.»La inmensa mayoría de los europeos manifestó interés en el acuerdo, por lo que es de esperar que ellos terminarán presionando a Francia para que acepte», aseguró el ministro brasileño.
Añadió que Lula aprovechó las reuniones bilaterales para vencer las resistencias al acuerdo y resolver algunos cuestionamientos, incluso de socios de Brasil en el Mercosur, como Paraguay. El presidente brasileño se reunió el domingo con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, donde quedó claro que las «expectativas son las mejores».
«Nunca estuvimos tan cerca de la finalización de ese acuerdo, que es bueno tanto para el Mercosur como para la Unión Europea», aseguró Fávaro. Sobre las resistencias de Francia, afirmó que Brasil las considera legítimas y que entiende la posición del gobierno francés de defender a sus productores agrícolas, que están recelosos ante la mayor eficiencia de los del Mercosur.
*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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