Bolivia: Tras dos décadas, el MAS puede perder su hegemonía
Boris Acosta Reyes
Luego de más de 20 años de que la política boliviana esté dominada por el Movimiento Al Socialismo (MAS), la actual pelea entre el exmandatario Evo Morales y el presidente Luis Arce ofrece la perspectiva de un oficialismo dividido, y por lo tanto, debilitado en las urnas, que abre una posibilidad a la derecha de acceder al gobierno, si logra unirse.
La fractura del partido oficialista será determinante en las próximas elecciones pautadas para el 17 de agosto de 2025. La división del MAS abre un nuevo escenario electoral. Los expresidentes derechistas Carlos Mesa y Jorge Quiroga visitaron por separado a Luis Fernando Camacho en la cárcel de Chonchocoro. En tanto Samuel Doria Medina presentó una propuesta con miras a los comicios presidenciales
Luego de lograr un acuerdo en la Asamblea Legislativa Plurinacional, el Gobierno de Bolivia aprobó la suspensión de las elecciones primarias para las presidenciales de 2025, tras lograrse consenso entre las fuerzas políticas. Donde generó malestar es en las filas de Evo Morales, donde se percibe que la suspensión es una medida antidemocrática con el objetivo de impedir su candidatura.
En relación a los partidos de la oposición, la suspensión de las primarias no tiene un efecto relevante. En la derecha reina mucha incertidumbre sobre lo que se quiere proponer al país, y unas primarias tampoco ayudarían a unificar a la oposición.
La primera -y única- vez que se llevaron a cabo fue en 2019, en medio de cuestionamientos de la oposición. Mientras que para el masismo las primarias eran una forma de democratización interna para definir binomios, la oposición sostenía que se les estaba dando un uso político que apuntaba a validar la repostulación de Evo Morales, una posibilidad inconstitucional que ya fue rechazada en un referendo en 2016.
Hoy los conflictos institucionales en Bolivia están atravesados por los intereses políticos de las dos fracciones del Movimiento al Socialismo (MAS), representadas por los liderazgos de Evo Morales y Luis Arce sus apetencias de ser candidatos en las próximas elecciones. Incluso se generaron “grupos de poder” tensionados por intereses particulares.
El vicepresidente David Choquehuanca hizo un llamado urgente a construir un nuevo horizonte de vida y generar una revolución de ideas desde las raíces ancestrales y culturales de los pueblos. «Necesitamos construir un nuevo horizonte de vida, porque así como estamos no vamos a ningún lado, vamos hacia la destrucción», afirmó durante la inauguración del Segundo Encuentro Plurinacional de Intelectuales.
La policía detuvo al padre de la supuesta víctima del abuso por el que Morales es investigado. El exmandatario estaba citado a declarar el jueves, pero su abogado denunció amedrentamiento y una «persecución política» para evitar su candidatura presidencial.
La fiscal boliviana Sandra Gutiérrez anunció que se emitirá una orden de detención contra el expresidente Evo Morales para que declare ante el Ministerio Público dentro de la investigación abierta por un caso de “trata de personas” y “estupro”. En paralelo la policía local anunció la captura del padre de la supuesta víctima del delito por el que el líder cocalero está siendo investigado.
La derecha
Los referentes de la oposición tratan de establecer alianzas de cara a las elecciones generales de 2025, cuando además de la presidencia se elegirán 166 diputados y senadores para la Asamblea Legislativa Plurinacional.
En la última elección, tanto Luis Fernando Camacho como Carlos Mesa y Jorge Quiroga postularon a la Presidencia por separado. Ante el marginal apoyo que mostraban las encuestas, éste último declinó su candidatura faltando una semana para la votación. En tanto, Camacho, posiblemente apuntando más a lograr espacios en la Asamblea Legislativa que a la silla presidencial, participó en la elección y logró el tercer lugar con 14% de los votos, debajo de Carlos Mesa (28,8%) y el ganador Luis Arce (55%). La posibilidad de un frente único es prácticamente imposible y observa hasta cuatro bloques de oposición.
La derecha tiene una posibilidad real de lograr la presidencia a través del voto, lo que no es por mérito de la oposición o por un proyecto alternativo que esté seduciendo a la oposición, sino por la crisis en el MAS.
El empresario Samuel Doria Medina presentó una propuesta para el país, centrada en la crisis económica y ambiental. Doria postuló tres veces a la Presidencia (2006, 2009 y 2014) y dos veces a la Vicepresidencia (1997 y 2020), aunque la última vez renunció a la candidatura junto a su acompañante de fórmula, la entonces presidente Jeanine Añez..
Aunque parezca novelesco, la estrategia electoral de la oposición se negocia en el penal de máxima seguridad de Chonchocoro, donde sigue detenido el exgobernador del departamento de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, procesado por varias causas que van desde su rol en el golpe de Estado de 2019 hasta su impulso al paro cívico de 36 días realizado a finales de 2022.
El primer día de octubre el expresidente Jorge Tuto Quiroga (2001-2002) , quien llegó a la presidencia debido a que fue vice del general Hugo Banzer, dictador entre 1971 y 1978 y posteriormente mandatario electo a finales de la década de los 90, visitó a Camacho. Banzer renunció en 2001 dada su avanzada edad y dejó en sustitución a Quiroga, quien no tiene partido, pero sí relaciones con la embajada de Estados Unidos.
Una semana más tarde, lo visitó el expresidente Carlos Mesa (2003-2005), quien llegó a la presidencia porque era vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada, quien huyó del país luego de la llamada «Guerra del Gas», que dejó un saldode al menos 67 ciudadanos asesinaos en la ciudad de El Alto, víctimas de las balas de militares y policías.
“La palabra unidad ha sido una palabra que hemos utilizado varias veces como una primera aproximación con Camacho, para establecer la lógica de que la unidad no solo sea una palabra sino una posibilidad real”, manifestó Mesa.
Mesa es líder de Comunidad Ciudadana, el principal partido opositor al MAS en la Asamblea Legislativa. La tercera fuerza política es Creemos, liderada por Camacho. Lo cierto es que la oposición carece de un proyecto político más allá de rechazar al MAS y las administraciones de Morales (2006-2019) y de Arce en la actualidad, las cuales tuvieron solo una breve interrupción con el gobierno de facto de Jeanine Añez (2019-2020), hoy presa por su participación en el más reciente golpe de Estado.
A pesar de estos cónclaves carcelarios –donde el único punto de debate es cómo quitar al MAS del poder- y pese a los esfuerzos de algunos líderes, la oposición seguramente volverá a presentarse dividida en las próximas elecciones, al igual que en 2020, cuando el MAS se impuso con el 55,1% de votos.
.*Sociólogo y periodista bolivano, colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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