Ecuador: Exigen reconocimiento de estatus de asilado diplomático a Jorge Glas
Eloy Osvaldo Proaño
El comité internacional que aboga por su libertad del vicepresidente ecuatroriano Jorge Glas, solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que amplíe las medidas cautelares a su favor para que se cumpla con el estatus diplomático que implica este caso y se le otorguen acciones no privativas de la libertad.
El arresto en la embajada de México de Jorge Glas ha desatado una de las mayores crisis diplomáticas en Latinoamérica. Para evitar la prisión, Glas ingresó a finales del año pasado a la embajada de México en Quito, pero a inicios de abril la policía ecuatoriana irrumpió violentamente en la sede diplomática y lo capturó, lo que provocó la ruptura de relaciones y mutuas demandas ante la Corte Internacional de Justicia. Poco antes de la incursión, Glas había recibido asilo.
A seis meses del asalto a la embajada mexicana en Quito y el secuestro al ex vicepresidente, el pedido intenta que el Ecuador cumpla con el asilo concedido por el gobierno de México a Glas, que se le conceda el salvoconducto otorgado por Suiza, y con ello mejore la salud física y sicológica del ex vicepresidente.
El 31 de diciembre de 2019 la CIDH concedió estas medidas a Glas en atención a sus padecimientos crónicos, pues eran urgentes tratamiento y atención médica, además, por el riesgo de muerte ante las amenazas que recibía dentro del centro penitenciario donde fue recluido. Desde entonces, la CIDH ha solicitado que se informe constantemente sobre su situación de salud y de encarcelamiento.
El 19 de abril, la defensa del ex vicepresidente presentó ante el Grupo de Trabajo Sobre Detención Arbitraria del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) una solicitud para que sea liberado y entregado a México . El anuncio lo realizó el letrado Aitor Martínez durante una rueda de prensa en Guayaquil, donde el ex funcionario lleva recluido desde el pasado 6 de abril.
En julio último, La justicia de Ecuador negó el lunes un pedido de habeas corpus para el exvicepresidente Jorge Glas, por lo cual deberá seguir recluido en una cárcel de máxima seguridad de Guayaquil. Los abogados de Glas rechazaron la decisión y solicitaron al juez que el exvicepresidente, condenado por el caso Odebrecht y por otro caso de sobornos, pueda recibir arresto domiciliario, lo que también fue negado.
El magistrado adujo que no se logró probar que se han violado derechos del recluso, quien, según sus defensores, ha recibido 79 atenciones de sicólogos, cardiólogos, neumólogos y médicos generales en los tres meses en que ha estado detenido.
“Esta decisión no solo ignora los argumentos sólidos presentados sino que también subraya la existencia de un sesgo que socava los principios básicos de justicia y equidad”, afirmó en un comunicado la defensa de Glas, que reiteró que en su celda hay ratas y malas condiciones sanitarias.
En rueda de prensa virtual, Sacha Llorenti, coordinador del Comité Internacional por la Libertad de Jorge Glas y ex representante permanente del Estado Plurinacional de Bolivia ante la Organización de Naciones Unidas, recordó que por pedido del Estado ecuatoriano se pospuso la visita de una delegación de la CIDH porque funcionarios del gobierno iban a estar fuera del país.
Además, aclaró que las medidas cautelares no son vinculantes a una visita. En ese sentido, reiteró que se puede actuar de manera urgente porque está de por medio la vida de Glas, y el Estado ecuatoriano no tiene la mayor intención de que se implementen.
Al mismo tiempo, ese comité reiteró que la defensa jurídica de Glas ha agotado todas las vías judiciales ordinarias en Ecuador sin obtener justicia. Para Llorenti, las medidas adoptadas por los tribunales, claramente motivadas por intereses políticos, han calificado de legal y legítimo el secuestro de Glas, acuado por el gobierno derechista de “corrupción”..
Afirmó que se trata de “un caso que se asemeja a los del ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y del fundador de Wikileaks, Julian Assange”.
Tamara Lajtman, del Observatorio Lawfare, insistió en que la vida de Glas está en riesgo porque no tiene seguridad nocturna, ya que no hay nadie en las celdas contiguas. Incluso, denunció que el 1º de octubre le fue negada la visita de un médico internista que supervisa su salud.
Glas padece múltiples enfermedades crónicas (espondilitis anquilosante, hipertensión arterial, fibromialgia y gastritis crónica), además de graves trastornos mentales. A los pocos días de su detención arbitraria intentó suicidarse y luego comenzó una huelga de hambre prolongada. Su estado se ha deteriorado drásticamente, pasando de tomar tres medicamentos diarios en 2017 a más de 40 en 2024.
*Analista e investigador ecuatoriano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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