Elecciones generales en Uruguay: algunas interrogantes para la izquierda

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Carlos Flanagan

 

Estamos a pocos días de las elecciones nacionales en mi país, Uruguay. En ellas se elige cada cinco años a la fórmula presidencial y los miembros del Poder Legislativo conformado por 99 Diputados y 30 Senadores (El o la Vicepresidente es la o el integrante 31 del Senado y lo preside en sus sesiones).

Luego de tres períodos consecutivos de gobierno de izquierda con el Frente Amplio (2005, 2010 y 2015, los primeros de la historia del país), en 2019 triunfó el Partido Nacional, conformando una coalición de gobierno con todos los otros partidos de centro derecha y derecha para el período 2020 – 2025; que volvió a aplicar a rajatabla una política de neto corte neoliberal, como la ya sufrida en la década de los años 90.

Como consecuencia de la misma hubo un deterioro de la situación general del país y en particular de la mayoría de su población, que había mejorado en los quince años anteriores.

Sólo a modo de ejemplo digamos que el monto de la deuda externa bruta equivale al 72% del PBI; que los ingresos del 95% de los uruguayos perdió su poder adquisitivo en detrimento del 5% más rico y que tenemos el triste privilegio de ser los primeros en América Lartina en materia de cantidad de presos – 485 cada 100.000 habitantes (en condiciones de hacinamiento inenarrables), en pobreza infantil y en suicidios.

La campaña electoral y los posibles resultados

A diferencia de lo habitual, esta campaña electoral ha sido poco entusiasta.
En cuanto a propuestas, la coalición gobernante sin casi indicadores positivos que mostrar, se ha limitado a transitar caminos ya trillados como prometer seguir velando por la seguridad.

Hace pocos días, el Frente Amplio realizó un acto en el cual el candidato a la presidencia, Yamandú Orsi dio lectura a 48 propuestas de gobierno consideradas prioritarias en diversas áreas. Citamos textualmente los tres pilares temáticos en las que se agrupan:

Uruguay crece: Promoviendo la apertura económica, la innovación, el desarrollo tecnológico y la eficiencia en la gestión pública.

Uruguay seguro: Implementando políticas efectivas que fortalezcan la convivencia pacífica y enfrenten el crimen organizado, con el foco en la reintegración social.

Uruguay cuida: Reformando el sistema de protección social, con un foco especial en la infancia, para garantizar que ningún niño, niña, adolescente y joven que habite este país quede atrás.

En lo referente al posible resultado de la elección, si bien el 53% de la población estima que ganará el Frente Amplio, de los dos últimas encuestas de intención de voto no surge claramente que lo haga con una mayoría parlamentaria propia (obtiene el 41% en una realizada el 11 de setiembre y el 44% en otra con fecha 9 de setiembre).

Considero que este es un asunto crucial, en el cual se debería hacer mucho más énfasis del que se hace hoy, a tan pocos días de la elección.

Hay que explicarle a la ciudadanía que de no obtenerse mayorías parlamentarias propias, sería un triunfo a medias.
La actual coalición de partidos que gobierna, se abroquelaría en una sola postura opositora a ultranza, sea en una u otra cámara para bloquear los principales proyectos de ley que impulse el gobierno, muchos en consonancia con los 48 asuntos prioritarios ya adelantados; para luego hacer campaña acusando al gobierno de no cumplir con sus promesas.

Algunas preguntas incómodas pero necesarias

Es muy importante que el Frente Amplio haya presentado en un acto público su documento programático detallando 48 aspectos prioritarios para la gestión de gobierno. No hay dos opiniones al respecto.

Ahora bien; más allá del “qué se hará”, me surgen preguntas sobre el “cómo se hará”. Si tenemos en cuenta algunos errores políticos no menores cometidos en los 15 años de gobierno y analizados en el documento Balance y autocrítica del VII Congreso Ordinario “50 años de unidad” de octubre de 2021, cabe preguntarse:

-¿hemos repasado detenidamente este muy buen documento?

-¿hemos comentado alguno de sus contenidos en nuestros organismos de base para fomentar una necesaria discusión política, que incluya temas como por ejemplo la economía en el capitalismo, la relación fuerza política – gobierno, quién designa al equipo de gobierno; si es el futuro presidente únicamente por sí y ante sí o lo hace en acuerdo con la fuerza política, cómo logramos la hegemonía, y un largo etc?

Y digo tildo estas preguntas de “incómodas”, ya que temo que la respuesta a ambas es NO.

Para finalizar y como modesto aporte a la necesaria reflexión sobre estos temas, a fin de no cometer los mismos o similares errores, cito algunos párrafos del documento antes mencionado

El Frente Amplio debe expresar claramente que la erradicación de la pobreza, la igualdad de oportunidades, el acceso a la educación, a la cultura y a todos los derechos en general, no son posibles de alcanzar de manera plena dentro del sistema capitalista. Su propia lógica de privilegiar al capital y su acumulación genera cada vez mayor desigualdad. En la etapa, dentro de los límites que impone el sistema, los gobiernos progresistas y de izquierda harán sin duda su mejor esfuerzo por reducir dichas desigualdades. Si no comenzamos a hablar claro en este sentido, no estaremos contribuyendo a esclarecer a la población. (pág 15)

Fernando Pereira, presidente del Frente Amplio

Seguramente hay factores de circunstancia y de contexto que influyeron para generar situaciones más adversas, pero parece evidente que un asunto central fue el progresivo cambio de roles entre los actores, donde como fuerza política tenemos responsabilidad directa. El más importante es el que atañe al desplazamiento del centro de gravedad en la toma de decisiones y el consiguiente ejercicio de la articulación política.

Con el advenimiento del gobierno, los principales cuadros políticos de la coalición y el propio Presidente del Frente Amplio pasaron a ocupar cargos en el Poder Ejecutivo, lo que contribuyó a que en unas pocas semanas el gobierno fuera sustituyendo el rol articulador de la fuerza política, al mismo tiempo que paulatinamente se fue también descuidando la contribución a la síntesis política en la población a partir de los logros que se iban obteniendo. (pág 16)

Podemos afirmar que, en ninguna circunstancia, seamos gobierno o no, el relacionamiento político del Frente Amplio con los actores sociales es delegable. Ese es un error que cometimos reiteradamente. (pag 17)

Si un bloque social y político aspira a predominar en forma sostenida debe procurar implementar políticas coherentes en todos los frentes, continuas a lo largo del tiempo, que conquisten el aval del consenso ciudadano predominante en todo el territorio y que sean sostenibles en distintas fases del ciclo económico y en diferentes contextos internacionales. Nuestros gobiernos no siempre se atuvieron a esas reglas.

No siempre se mantuvo una línea de continuidad adecuada: en las políticas públicas muchas veces implementamos estrategias de agregación. Con marchas y contramarchas, ciertos énfasis y empujes sectoriales y también en ocasiones con un manejo de los tiempos con independencia del consenso social y el ciclo económico. En consecuencia, no tuvimos capacidad para sostener en el tiempo y consolidar una hegemonía y crear poder en manos de la sociedad civil y del movimiento popular. En cierto modo, se puede decir que se gobernó más en favor del pueblo, que con el pueblo. (pag 17)

Burocracia que limita el avance - EL PAÍS UruguayNos afectó el burocratismo, que llevó a que en muchos casos se priorizara el desempeño formal de la gestión de gobierno, desentendiéndose de la labor política, debilitando la estructura del Frente Amplio en los ámbitos de discusión y de debate. Hubo un distanciamiento entre la fuerza política y el gobierno, nos permeó en ciertos momentos una falsa y peligrosa contradicción esgrimida desde la derecha entre la gestión y la política. (pag 18)

Uno de los rasgos de este burocratismo fue el colocar en cargos de confianza a personas sin vínculos con la fuerza política, privilegiando excesivamente la idoneidad técnica sobre la capacidad política. Ello no implica negar el necesario conocimiento técnico de nuestros cuadros en la función pública, pero éste debe ir acompañado del necesario compromiso político e ideológico con el Frente Amplio. (pag 19)

 

*Ex miembro de la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del Frente Amplio.Ex Embajador de Uruguay ante el Estado Plurinacional de Bolivia. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

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