La prepotencia de EEUU, la dignidad de Honduras
Victoria Korn
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ordenó la ruptura del tratado de extradición con Estados Unidos en respuesta a las injerencistas declaraciones de la embajadora Laura Dogu, quien se dijo sorprendida de que autoridades hondureñas de Defensa se reunieran con el ministro venezolano de ese sector, Vladimir Padrino López, descrito por la diplomática como un “narcotraficante”.
Las expresiones de Dogu, quien anteriormente, se desempeñó como asesora de Política Exterior del Jefe de Estado Mayor del Ejército de EEUU, muestran un reciente patrón de incontinencia verbal (¿premeditada?) por parte del personal diplomático estadounidense, ya que se produjo poco días después de que el embajador de EEUU en México, Ken Salazar se apuntó al golpeteo mexano y foráneo a favor de jueces, magistrados y ministros corruptos.
Honduras decidió el miércoles denunciar el tratado de extradición con Estados Unidos, por el cual han sido encarcelados capos del narcotráfico, al acusar de “injerencia” a la embajadora en Tegucigalpa, Laura Dogu, en su política hacia Venezuela.
Injerencia y el intervencionismo
“La injerencia y el intervencionismo de Estados Unidos, así como su intención de dirigir la política de Honduras a través de su embajada y otros representantes, es intolerable. He ordenado al canciller @EnriqueReinaHN denunciar el tratado de extradición”, señaló la presidenta Xiomara Castro.
El propio Reina ha tachado de «insorportable» la injerencia. «Honduras acudió a una competencia de academias militares (e) insinuar o implicar como narcotraficantes y descalificar a nuestras autoridades es realmente una amenaza directa a nuestra independencia y soberanía», señaló
“Yo creo que eso es un mensaje para decir bueno sigamos trabajando juntos, pero pongámonos de acuerdo en el respeto mutuo de nuestros estados y nuestros intereses comunes y respetemos las decisiones que tomamos como países y no tratemos de injerir ni de manipular situaciones que no son las correctas”, expresó Reina, quien señaló que Honduras espera un cambio de actitud por parte de Estados Unidos.
“Los hemos mencionado a todos los niveles, el embajador nuestro en Washington, a mi nivel, la presidenta Xiomara Castro lo ha hecho a otros niveles y no vemos un cambio de actitud, entonces esperemos un cambio”, enfatizó el canciller.
Mientras, el Gobierno de Venezuela llamó este miércoles «farsante» a la embajadora de Estados Unidos en Honduras, Laura Dogu, luego de que la funcionaria manifestara la preocupación de su país por una reciente reunión de autoridades hondureñas con el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, en el marco de un evento deportivo militar.
El tratado es considerado herramienta clave para desmantelar el narcoestado que, según la justicia estadounidense, fue levantando en Honduras en el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández (2014-2022). Medio centenar de hondureños han sido extraditados hacia Estados Unidos desde 2014 por tráfico de drogas en virtud de este tratado, entre ellos el propio Hernández, quien fue condenado en junio en Nueva York a 45 años de prisión.
Honduras fue uno de los países latinoamericanos que felicitó al presidente venezolano, Nicolás Maduro, por su relección el pasado 28 de julio. “Fue sorprendente para mí ver al ministro de Defensa (de Honduras) y al jefe del Estado Mayor Conjunto sentado al lado de un narcotraficante en Venezuela”, declaró Dogu a la prensa en Tegucigalpa.
Estados Unidos “agrede, desconoce y viola impunemente los principios y prácticas del derecho internacional que promueven el respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la paz universal. Basta”, dijo la presidenta Castro.
La mandataria centroamericana no solo denunció el intolerable intervencionismo de Washington, sino también “su intención de dirigir la política de Honduras a través de su embajada y otros representantes”. Como señaló el canciller hondureño, Enrique Reina, insinuar o implicar en actividades ilícitas a sus fuerzas armadas es una amenaza directa contra su independencia y soberanía.
La mandataria escribió en X que EEUU agrede, desconoce y viola impunemente los principios y prácticas del derecho internacional, que promueven el respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la paz universal.
La postura de Castro, primera mujer en gobernar su país, es un acto de valentía y dignidad ante la grosería de una funcionaria que no respeta la naturaleza ni las restricciones que conlleva su cargo, y que se mantiene anclada en una mentalidad neocolonial.
Esta firmeza de la mandataria contrasta con el e historial de anteriores gobiernos hondureños como cómplices del imperialismo estadounidense, especialmente en las operaciones de la sanguinaria contrainsurgencia en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, papel que en la década de 1980 le valió a Honduras el sobrenombre de “portaviones de Estados Unidos en Centroamérica”.
Desdén de EEUU
El espaldarazo dado al embajador estadounidense en México, Ken Salazar, por parte del subsecretario asistente de Estado para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, indica que no se trata de salidas de tono personales, sino de una extendida pérdida del control declarativo en el Departamento de Estado. En un claro ejemplo de esta deriva, Nichols repitió el sinsentido de afirmar su respeto a la soberanía mexicana a la vez que emitía opiniones fuera de lugar sobre asuntos internos.
No es sorpresa que la clase política estadounidense comparte un desdén hacia América Latina, el cual la lleva al convencimiento de poseer el derecho a dictar a los países de la región cómo deben gobernarse.
Los niveles actuales de agresividad de la “diplomacia” estadounidense, en medio de una campaña electoral, dejan en claro una falta de dirección en medio del inminente recambio en la Casa Blanca tras las elecciones del 5 de noviembre. Quizá sea la necesidas de ganar votos lo mueve al Departamento de Estado estadounidense y a sus alfiles a embarcarse en estos ataques. Y por eso, la única respuesta digna consiste en una incondicional defensa de la soberanía, como lo hicieron México y Honduras.
*Periodista venezolana, analista de temas de Centroamérica y el Caribe, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la).
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