Celos, poder, enredos: las dos mujeres del entorno de Milei (no es una novela)
Eugenia Castrobarros
Negacionista de la desigualdad laboral, antiabortista y contario a la puesta en marcha de instituciones en defensa de las mujeres, el ultraderechista presidente argentino Javier Milei respeta solo a un par de mujeres: la exprimer ministra colonialista británica Margareth Thatcher… y su hermana Karina.
Quizá el problema con el tema es que todo puede parecer especulación mediática, ya que pocos son quienes lo conocen bien y/o tienen fuentes directas…Pero hay un tema con el «machismo» de Milei, y es que considera que su hermana está por encima de él….
Milei y su vicepresidenta Victoria Villarruel son dos políticos de derecha (de ultraderecha se puede decir), pero representan tradiciones políticas muy diferentes. Ella es una ultranacionalista defensora del gobierno cívico-militar genocida y él es un ultraliberal. Y en la puja entre ambos, de no mediar otras fuerzas con peso propio que inclinen la balanza, es el presidente el que lleva las de ganar.
No, no es cierto: la que lleva las de ganar es la hermana de Milei, Karina, a quien nadie eligió pero está en todos los guisos y sobre todo los desaguisados. El presidente de la motosierra nunca ha ocultado su machismo (declamativo al menos) en todo tipo de declaraciones denunciables.
Karina desconfía de cada persona nueva que se acerca a Milei, pero sobre todo de las mujeres, de las que recela. Opera como un filtro que habilita que algunas se acerquen a él y otras queden bloqueadas. Durante la campaña electoral, Karina comprendió que la figura de la actriz Fátima Florez era funcional para humanizar a su hermano y “ablandar” su imagen rígida, pero la relación entre ellas parece destinada a ir al choque, tarde o temprano.
Tras el triunfo electoral, Milei anunció: «Hemos sacado la figura de primera dama por considerarla anacrónica. Este Gobierno no va a tener primera dama. Tanto para Karina, como para Fátima es una figura ofensiva para mujeres tan independientes y autónomas como ellas». Pero pronto a Fátima se le terminó su cuarto de hora. Meses después, en una gala del Teatro Colón, apareció con la vedette Yuyito González.
Además de Karina.otra mujer funciona como sostén anímico del Presidente: la titular de Capital Humano, Sandra Petovello, quien acumula áreas de poder al acaparar gran parte de la administración bajo su megaministerio.
Investida como una de las pocas voceras autorizadas de La Libertad Avanza, tanto en campaña como en gestión, la canciller Diana Mondino cree tener vuelo propio, aunque lleva adelante una gestión por demás gris.
El desprecio con el que Milei trata a las mujeres es algo que quiso dejar claro antes de llegar a la Casa Rosada. Tenía como promesa electoral cargarse el Ministerio de la Mujer, y así lo hizo. Es el mismo presidente que le prohíbe a una mujer abortar con el argumento de que «no» es su cuerpo. A Milei le gusta humillar a las mujeres; si hay público, lo disfruta más. El feminismo lo asquea, lo descompone. «La versión socialista del feminismo desprestigia a las mujeres y las denigra», dijo sin tapujos Milei.
Denigrar a mujeres, especialmente si son periodistas y no están de acuerdo con él, es habitual y de eso da muestras diarias. No se le conoce pareja (de ningún sexo), y suela hacerse acompañar por vedettes y mujeres de la farándula cuando se presenta en público.
Javier MIlei y Victoria Villarruel se conocen desde que ella empezó a hacerse conocida en Twitter por sus críticas a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, a tildar como un “curro” la política de derechos humanos del kirchnerismo y por negarse a que el Estado indemnice a los familiares de las víctimas del terrorismo de Estado. Victoria y Karina, en cambio, no tienen ninguna afinidad. Se recelan, como si hubiera una competencia.
El vínculo entre ellos parece estar roto y ninguno trabaja para recomponerlo. Desde el 9 de julio no se ven las caras; tampoco hablan por teléfono. La idea del gobierno es seguir corriendo la arruga, esconder las tensiones.
Villarruel y Milei volvieron a verse cara a cara este domingo en la inauguración de la Exposición de Ganadería y Agricultura. Sonrieron tibiamente, como lo hicieron a bordo de un tanque del Ejército en la celebración del 9 de Julio, pero nada parece ser lo que fue. El daño está hecho. Sus diferencias son parte del paisaje de crisis permanente en La Libertad Avanza. La cuestión se ha vuelto tan sensible que ni los ministros se animan a preguntar qué pasa entre ellos,reconoce el proficialista diario Clarin.
Villarruel mantiene un perfil alto, en algunas encuestas iguala o supera en imagen a Milei y nadie la puede echar ni impedir que tenga juego propio. La vice coquetea con ese poder. Se siente eje vital del triunfo electoral y tiene aspiraciones que irritan a la presidencia, sobre todo su anuncio de que por ninguna razón se apartará del cargo hasta 2027 ni abandonará la carrera electoral cuando su tiempo en el Senado se acabe. Algunos especulan que prepara una alianza con los neoliberales de Propuesta Republicana (PRO) de Mauricio Macri.
Los hermanos Milei empiezan a jaquear su figura: tiene vedadas las puertas del Gabinete, y está segura que la responsable es Karina. Desde el gabinete, dicen que “le quiere disputar el poder a Javier. Es inadmisible. La conducción es una”.
Si Victoria Villarruel fuera senadora, seguramente buscaría presidir la Comisión Bicameral de Seguimiento y Control de Organismos de Servicios de Inteligencia, que tiene la misión de ejercer la fiscalización parlamentaria sobre el aparato de espionaje estatal y su amplio financiamiento. No puede porque es la vicepresidenta y, como representante del Ejecutivo ante el Senado, había pactado que la conducción quedara en manos de un senador de la neoliberal Propuesta Republicana (PRO), del expresidente Mauricio Macri.
Pero más allá de los temas políticos, acuciantes ellos, el foco se lo llevaron los tironeos públicos entre la vicepresidenta y Karina Milei –hermana del mandatario, secretaria general de la Presidencia, “el jefe” según el propio Milei- sobre el vínculo diplomático con Francia, pero la tensión por la comisión bicameral de Inteligencia (léase espionaje y represión) es apenas el anticipo de los ruidos que llegarán apenas concluya el receso invernal y vuelva a quedar al desnudo que la congelada relación entre Villarruel y Javier Milei, con una guerra fría de sus segundas líneas.
Villarruel no acepta que el tuit que lanzó para respaldar los cantos xenófobos de la Selección argentina de fútbol pudo haber generado un problema diplomático con Francia. Cree, por el contrario, que el entorno presidencial es el más interesado en echarle leña al fuego, desprestigiarla. Mientras, se prepara para resistir la nueva lluvia ácida durante la jornadas de definiciones para el oficialismo en el Senado.
Decía Marín Fierro «Los hermanos sean unidos / Porque esa es la ley primera / Tengan unión verdadera / En cualquier tiempo que sea / Porque si entre ellos se pelean / Los devoran los de ajuera.» Pasan los años y estos versos no pierden validez, al menos para los Milei
El antagonismo entre las dos mujeres más poderosas del gobierno, se renovó tras la visita de la secretaria General de la Presidencia al embajador de Francia para pedir disculpas por los dichos de la vicepresidenta, quien tuiteó: «Ningún país colonialista nos va a amedrentar por una canción de cancha ni por decir las verdades que no se quieren admitir. Basta de simular indignación, hipócritas”.
La visita a las apuradas de Karina Milei al embajador de Francia puso al descubiero, la profunda enemistad que la con Victoria Villarruel. La hermana del presidente no quiso perder la oportunidad de arremeter contra la vicepresidenta: el tuit de Villarruel que acusaba de «colonialista» a Francia fue la excusa perfecta para señalarla como responsable de potenciar un conflicto diplomático con ese país en vísperas del viaje de Javier Milei a París.
En Presidencia dieron a entender que sólo «El Jefe», la persona con más poder en el país después del presidente, podía «desactivar» un incidente diplomático. «(Karina) fue a explicar que el desafortunado comentario en redes sociales fue a título personal y que no es la posición del gobierno entremezclar cuestiones de pasiones deportivas con cuestiones diplomáticas», señaló el vocero presidencial Manuel Adorni, funcionario de extrema confianza de Karina Milei, desautorizando a la vicepresidenta..
El objetivo de Casa Rosada era resaltar que había tenido que ir la hermana del presidente, no la Canciller, a reunirse con el embajador para evitar una crisis diplomática. Incluso fue Karina y no la canciller Diana Mondino, quien viajó a París para la visita a Emmanuel Macron y la inauguración de los Juegos Olímpicos. Villarruel rechaza esta teoría y sospecha que, detrás del escándalo, sólo está la mano de Karina.
La crítica a la vicepresidenta es apenas un capítulo más en la tensa novela de Karina y Villarruel. Karina sostiene que Villarruel juega su propio juego político y ya desde el comienzo de la gestión libertaria la fue desplazando de todos los lugares de toma de decisiones: le quitó la oficina en Casa Rosada y los lugares en las carteras Seguridad y Defensa, la despojó de cualquier tipo de incidencia en la gestión y cercó sus funciones a los pasillos del Senado.
Por su parte, Villarruel protagonizó desplantes – como su ausencia en acto por el Pacto de Mayo en Tucumán -, mantuvo su propia agenda y se dio el lujo de calificar al presidente como el «pobre jamoncito», aprisionado entre ella y Karina.
* Socióloga argentina, colaboradora del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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