Una primera conversación de Othernews: el Sur Global, Europa y el No Alineamiento

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Introducción

El 7 de mayo de 2024, 20 distinguidos participantes (lista adjunta) se reunieron en Roma, algunos de manera virtual, para evaluar el ascenso del Sur Global y revisar lo que esto significa para Europa, las relaciones globales y el no alineamiento. Esta conversación tomó como referencia un documento publicado el año pasado en Othernews titulado «La Gran Transición: No Alineamiento y el Ascenso del Sur Global».

Líderes del Tercer Mundo en la primera conferencia del Movimiento de Países No Alineados en Belgrado, 1961. Crédito: Museo de Yugoslavia, Belgrado.

Tres cuestiones fueron destacadas al principio: primero, que el ascenso del Sur Global es sin precedentes en la historia humana. Más rápido y a una escala mayor que la Revolución Industrial, el Sur Global ahora es mayor en PIB y comercio que el norte industrial. Y, que esta historia es más grande que solo China o India o Brasil. Para 2030, más del 80 por ciento de la clase media mundial residirá en el sur; segundo, si el movimiento de no alineamiento de los años 50 se trataba de política y del deseo de los líderes de proteger su progreso nacional al no alinearse con los bloques liderados por Estados Unidos o la Unión Soviética, hoy los próximos pasos en las relaciones internacionales probablemente serán impulsados por la economía y el espacio que el ascenso del Sur crea para que los países definan y se concentren en sus prioridades; y, finalmente, el multilateralismo y las instituciones globales, especialmente las Naciones Unidas, pueden necesitar un replanteamiento profundo y un reajuste para llevarlas al punto donde estén «aptas para su propósito» para un «nuevo mundo» que emerge rápidamente.

Esta primera conversación debatió los diferentes aspectos de repensar las relaciones internacionales y la importancia de la acción colectiva. En particular, el papel que el no alineamiento podría desempeñar como un principio definitorio para la conducción de las relaciones internacionales mientras se equilibran las perspectivas globales y regionales y se alejan de las perspectivas de suma cero. El ascenso del sur crea una oportunidad para un orden global más resiliente y cooperativo capaz de responder más efectivamente a los desafíos multifacéticos de la actualidad. Europa podría, en particular, desempeñar un papel importante en la configuración de este futuro más cooperativo.

Los imperativos de la acción cooperativa

Estamos ahora en una era definida por desafíos globales sin precedentes y rápidos cambios geopolíticos. Se puede argumentar que el panorama político global está experimentando transformaciones significativas. Las estructuras de poder tradicionales y los marcos diplomáticos están siendo cada vez más examinados y cuestionados, revelando la necesidad de un enfoque reinventado de las relaciones internacionales y la solidaridad humana.

El papel crucial de Europa en este panorama evolutivo no puede subestimarse, ya que navega por crisis complejas en regiones como Ucrania y Gaza, que subrayan los fallos en los sistemas globales actuales. La urgencia de métodos innovadores de diplomacia y resolución de conflictos es más evidente que nunca.

La reciente gira europea del presidente Xi Jinping de China ejemplifica aún más las complejidades de la diplomacia global. El contraste en la cobertura mediática de sus visitas a Francia, Hungría y Serbia destaca las divisiones crecientes dentro de los países occidentales, demostrando cómo los diferentes intereses y perspectivas nacionales pueden complicar las respuestas colectivas a los desafíos internacionales. Esta fragmentación entre los aliados occidentales no solo dificulta la formulación de políticas Xi Jinping de gira por Europa: ¿qué busca un emperador en París?cohesivas, sino que también disminuye el potencial de acción unificada sobre cuestiones globales. Por lo tanto, repensar cómo Europa y sus aliados se relacionan con el resto del mundo en medio de grandes cambios, promoviendo la cooperación sobre la competencia y fomentando un diálogo inclusivo es esencial para abordar las crisis multifacéticas.

Más allá de esto, la supervivencia humana está intrínsecamente ligada a nuestra capacidad de actuar colectivamente, particularmente cuando se trata de cuestiones críticas como el medio ambiente y la equidad social. La creciente crisis climática y las desigualdades en todo el mundo subrayan la necesidad de esfuerzos unificados para crear soluciones sostenibles.

Mirando hacia el futuro, se vuelve cada vez más claro que más allá de los intereses bilaterales, el enfoque de las relaciones exteriores debe cambiar hacia la promoción de la paz global y abordar los desafíos apremiantes que amenazan nuestra propia existencia. En los próximos 15 a 20 años, la cooperación internacional será fundamental para desarrollar e implementar estrategias que aseguren la sostenibilidad de nuestro planeta y el bienestar de todos sus habitantes. Esto significa no solo mitigar la degradación ambiental y adaptarse a sus impactos, sino también promover un desarrollo equitativo que eleve a las comunidades marginadas y ponga a las «personas primero».

Trabajando juntos, las naciones pueden superar las limitaciones de las acciones unilaterales y lograr avances significativos hacia un mundo más estable, justo y resiliente. El compromiso con la acción colectiva no es solo un imperativo moral, sino una necesidad práctica para asegurar un futuro viable para la humanidad.

Principios de compromiso

Sahej Rahal (India), Juggernaut, 2019.

El no alineamiento permite a las naciones centrarse en sus propios intereses en el contexto contemporáneo. Y el espacio para hacerlo ha crecido con el ascenso del sur global y un mundo multipolar. El término no alineamiento activo se ha utilizado recientemente para describir cómo América Latina (tradicionalmente un continente inclinado hacia Estados Unidos) y otros países han lidiado con los desafíos geopolíticos actuales, como se ejemplifica en particular por los patrones de votación de las resoluciones de la ONU sobre Ucrania y Gaza. Pero el impulso renovado hacia el no alineamiento de hoy debe ir más allá ya que nuestros desafíos son cada vez más globales y regionales. Lo cual, a su vez, requiere un replanteamiento del multilateralismo en el nuevo mundo.

Los principios que guían el compromiso internacional necesitan una redefinición exhaustiva para abordar mejor las complejidades del panorama global actual. Esto implica no solo reevaluar las relaciones bilaterales entre naciones, sino también reformar los marcos operativos de instituciones internacionales clave como las Naciones Unidas.

Equilibrio global y regional

Unos principios de compromiso más inclusivos y cooperativos son ahora esenciales. Existe una oportunidad aquí para aprovechar un panorama que cambia rápidamente para crear una comunidad internacional más resiliente y equitativa, capaz de abordar tanto las crisis inmediatas como los problemas globales a largo plazo. Este enfoque redefinido enfatizaría el respeto mutuo, las responsabilidades compartidas y un compromiso con el desarrollo sostenible y la armonía global.

Equilibrar el pensamiento global con los enfoques regionales implica reconocer las necesidades y perspectivas únicas de diferentes regiones mientras se fomenta una estrategia global cohesionada. Ejemplos históricos, como los debates sobre la estructura del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, subrayan la importancia de la representación regional.

Estos debates a menudo se centraron en si incluir países como India y Nigeria para garantizar que se escuchen las diversas voces regionales y que las decisiones del Consejo reflejen un espectro más amplio de intereses globales. Además, proporcionar incentivos para la paz a nivel regional puede alentar a los países a mantener la estabilidad dentro de sus propios vecindarios, contribuyendo así a la paz global. Por ejemplo, las membresías regionales rotativas en los organismos internacionales podrían presionar a las naciones para fomentar condiciones pacíficas a nivel nacional para calificar para la representación.

Kandi Narsimlu (India), Waiting at the Bus Stand [Esperando en la parada de bus], 2023.
Al integrar consideraciones regionales en los marcos globales, la comunidad internacional puede abordar mejor las complejidades de la gobernanza global y mejorar la efectividad de sus esfuerzos colectivos.

Más allá de los juegos de suma cero

El concepto de ir más allá de los juegos de suma cero en las relaciones internacionales enfatiza la importancia de abandonar la mentalidad de que la ganancia de una nación es inherentemente la pérdida de otra nación. Este enfoque obsoleto perpetúa conflictos y alimenta carreras armamentistas, ya que los países compiten continuamente por la dominación a expensas del progreso cooperativo. En cambio, se aboga por un cambio hacia estrategias mutuamente beneficiosas, donde el crecimiento y desarrollo colectivo tengan prioridad.

Un ejemplo notable de esto es la audaz decisión de Costa Rica en 1949 de abolir su ejército después de la guerra civil, redirigiendo su energía política y recursos hacia iniciativas de desarrollo humano. Este movimiento estratégico no solo mejoró el bienestar social y económico del país, sino que también subrayó el potencial de priorizar la educación, la atención médica y la sostenibilidad ambiental sobre el mantenimiento de una presencia militar. Hoy, Costa Rica es el único país en desarrollo en el primer grupo de 10 países que muestran el mayor progreso en desarrollo sostenible. La historia de éxito de Costa Rica ilustra que invertir en las personas y el desarrollo pacífico puede rendir dividendos mucho mayores para la estabilidad y prosperidad nacional que las luchas tradicionales por el poder y la militarización. Al adoptar tales estrategias no de suma cero, la comunidad internacional puede fomentar un entorno global más armonioso y productivo.

Desafíos del multilateralismo

El sistema internacional actual es disfuncional. Enfrenta desafíos significativos debido a su fundamento en la política de poder y la falta generalizada de confianza entre las naciones. Este ambiente de competencia y sospecha socava los esfuerzos cooperativos y dificulta el desarrollo de políticas globales cohesivas.

Muchos países priorizan sus intereses nacionales y ventajas estratégicas sobre la resolución colaborativa de problemas, lo que resulta en enfoques fragmentados a cuestiones internacionales como el cambio climático, la seguridad y la desigualdad económica. Además, la dominación de unas pocas naciones poderosas en los procesos de toma de decisiones globales exacerba los sentimientos de marginación entre los países más pequeños o en desarrollo.

Katsura Yuki (Japón), An Ass in a Lion’s Skin [Un asno en la piel de un león], 1956.
Para crear un sistema multilateral más efectivo, es crucial abordar estos problemas subyacentes tomando iniciativas especiales para fomentar la confianza, garantizar una representación equitativa y promover una cultura de cooperación genuina y respeto mutuo. Esto implicaría reformar las instituciones internacionales para que sean más inclusivas y transparentes, fomentar el diálogo y la comprensión entre naciones diversas y establecer mecanismos que prioricen el bienestar colectivo sobre las ganancias individuales de poder.

Políticas económicas y sociales

Las políticas económicas en todo el mundo tienden a beneficiar desproporcionadamente a los ricos. Los subsidios y ayudas financieras que apoyan a las comunidades empobrecidas y marginadas son frecuentemente criticados y enfrentan resistencia, a menudo justificados por argumentos basados en preocupaciones macroeconómicas. Sin embargo, los subsidios continuos para los ricos rara vez levantan una ceja. Este sesgo generalizado en la formulación de políticas económicas subraya una necesidad crítica de un cambio fundamental hacia la priorización de la equidad y el desarrollo humano.

Abordar las disparidades profundas en la distribución de la riqueza global es esencial, ya que estas disparidades perpetúan ciclos de pobreza e impiden el desarrollo sostenible. Las políticas deben diseñarse e implementarse para garantizar una asignación justa de recursos, que pongan a las personas primero y permitan que todos los individuos, particularmente los desfavorecidos, accedan a oportunidades de crecimiento y avance social. Esto requiere un enfoque integral que integre la justicia económica con políticas sociales para crear una sociedad global inclusiva y equitativa.

Tecnología

Los avances tecnológicos, particularmente en el campo de la inteligencia artificial (IA), están remodelando significativamente las dinámicas de poder global, creando tanto oportunidades como desafíos para varios países. El rápido desarrollo e implementación de la IA tienen implicaciones de gran alcance que van más allá del mero progreso tecnológico; están influyendo en las esferas económica, política y cultural.

Por ejemplo, la IA tiene el potencial de afectar la competitividad de India en su mercado de servicios offshore. Tradicionalmente, India ha sido líder mundial en proporcionar servicios de TI y soporte al cliente debido a su gran fuerza laboral calificada y rentable. Sin embargo, la automatización y la eficiencia que aporta la IA amenazan con reemplazar muchos de estos empleos, disminuyendo la ventaja competitiva de India en este sector.

Nelson Makamo (Sudáfrica), The Announcement [El anuncio], 2016.
Además, las implicaciones culturales de adoptar tecnologías de IA desarrolladas predominantemente por Estados Unidos y China deben considerarse cuidadosamente. Estas tecnologías a menudo vienen con los valores, sesgos e intereses estratégicos de sus países de origen, lo que puede impactar a las industrias locales, la dinámica de la fuerza laboral e incluso las normas sociales en los países adoptantes. Por lo tanto, aunque la IA presenta avances significativos, también plantea desafíos complejos que deben abordarse para asegurar un desarrollo equitativo y sostenible a nivel mundial.

Juventud y futuras generaciones

La próxima generación, particularmente en el Sur Global, tiene un potencial inmenso para impulsar cambios transformadores en varios sectores. En regiones como África, donde una proporción significativa de la población es joven, estos futuros líderes están preparados para liderar las transiciones globales en tecnología y acción climática.

El demográfico juvenil presenta una oportunidad única para aprovechar ideas y soluciones innovadoras que pueden abordar tanto los desafíos locales como globales. Con su adaptabilidad inherente y familiaridad con las tecnologías emergentes, los jóvenes están bien posicionados para desarrollar e implementar avances de vanguardia en energías renovables, agricultura sostenible y economías digitales. Además, su participación activa en el activismo climático y los esfuerzos de conservación ambiental destaca su compromiso con la construcción de un mundo más sostenible y equitativo.

Empoderando e invirtiendo en este segmento vibrante y dinámico de la población, la comunidad internacional puede asegurar que la próxima generación esté equipada para liderar el camino en la creación de un futuro resiliente y próspero para todos.

Reformando las instituciones globales

Las instituciones globales como las Naciones Unidas requieren reformas sustanciales para abordar los problemas contemporáneos. La estructura actual del Consejo de Seguridad de la ONU, particularmente el poder de veto de sus cinco miembros permanentes, a menudo obstaculiza la acción decisiva y refleja dinámicas de poder obsoletas que no se alinean con el panorama geopolítico actual y en rápida evolución.

Reformar este sistema para reducir la dominación de unas pocas naciones y asegurar procesos de toma de decisiones más inclusivos es esencial. Esto implicaría fortalecer los roles operativos de la Asamblea General de la ONU y reestructurar el Consejo de Seguridad para representar mejor los diversos y cambiantes intereses de todos los estados miembros, especialmente aquellos del Sur Global. Además, las reformas de gobernanza deberían priorizar el fortalecimiento de la acción colectiva para abordar desafíos globales como el cambio climático, los conflictos internacionales y las desigualdades socioeconómicas.

Fomentando una mayor cooperación y participación equitativa entre las naciones, las instituciones globales reformadas pueden movilizar recursos de manera más efectiva e implementar soluciones que sean prácticas y beneficien a la humanidad.

El importante papel de las organizaciones regionales América Latina y la vigencia del “no alineamiento”

La Unión Europea (UE) puede y debe desempeñar un papel mayor en la configuración de las políticas globales. Las entidades regionales reúnen a las naciones vecinas para abordar desafíos regionales, promover la integración económica y abogar por objetivos políticos y sociales comunes en el escenario mundial.

La UE ha contribuido a avanzar en la acción climática, los derechos humanos y las regulaciones comerciales que tienen un impacto de gran alcance más allá de sus fronteras. Sin embargo, la efectividad de tales organizaciones regionales a menudo se ve obstaculizada por una serie de desafíos internos y externos. Internamente, los diversos paisajes políticos, las disparidades económicas y los intereses nacionales divergentes de los estados miembros pueden llevar a conflictos y ralentizar los procesos de toma de decisiones.

Externamente, las organizaciones regionales deben navegar relaciones complejas con otras potencias globales, responder a cambios geopolíticos y gestionar crisis que trascienden las fronteras regionales, como la migración y las amenazas de seguridad. Estos desafíos subrayan la necesidad de una mayor cohesión y adaptabilidad dentro de las organizaciones regionales para mantener su papel influyente en la gobernanza global.

Construyendo confianza y cooperación

Construir confianza mutua entre las naciones es la única forma de avanzar, ya que forma la base para la cooperación y la resolución colaborativa de problemas. Sin confianza, los acuerdos y asociaciones internacionales probablemente estarán llenos de sospechas y vacilaciones, socavando los esfuerzos para abordar desafíos comunes como el cambio climático, las amenazas a la seguridad y las disparidades económicas.

Involucrarse con países no alineados, que a menudo tienen perspectivas y prioridades únicas, es particularmente crucial. Al respetar e incorporar sus puntos de vista, la comunidad internacional puede crear una estructura de gobernanza global más inclusiva y equilibrada. Esta inclusividad no solo mejora la legitimidad de las instituciones internacionales, sino que también asegura que las necesidades y preocupaciones de un rango más amplio de países sean abordadas. A su vez, esto puede conducir a soluciones más sostenibles y ampliamente aceptadas a los problemas globales, fomentando un sentido de responsabilidad compartida y beneficio mutuo entre todas las naciones involucradas.

Conclusión

🌐 El Sur Global - Pal´SurLa sesión de brainstorming enfatizó la necesidad de un cambio de paradigma en la gobernanza global, moviéndose hacia políticas más inclusivas, equitativas y sostenibles. El ascenso del Sur Global presenta tanto desafíos como oportunidades, requiriendo un esfuerzo colectivo para remodelar las relaciones internacionales y abordar los problemas globales apremiantes.

Al adoptar principios de compromiso más inclusivos y cooperativos, podemos crear una comunidad internacional más resiliente y equitativa, capaz de abordar tanto las crisis inmediatas como los problemas globales a largo plazo. Este enfoque redefinido enfatizaría el respeto mutuo, las responsabilidades compartidas y un compromiso con el desarrollo sostenible, asegurando que los esfuerzos internacionales estén orientados hacia la promoción de la armonía global, la sostenibilidad y la prosperidad para todos.

Lista de participantes

Khalid Malik es Copresidente del Foro de Sostenibilidad Global y asesor del Representante Permanente de Pakistán ante la ONU.

Óscar Arias Sánchez, activista costarricense y laureado con el Premio Nobel de la Paz, se desempeñó como Presidente de Costa Rica de 1986 a 1990 y de 2006 a 2010.

Paolo Acanfora es Profesor Asociado de Historia Contemporánea en la Universidad de Roma «La Sapienza». Es miembro del Comité Científico y asesor del Presidente en el Consejo de Administración de «Civitas – Forum de Archivos e Investigación sobre la Democracia Cristiana».

Paolo Acanfora es Profesor Asociado de Historia Contemporánea en la Universidad de Roma «La Sapienza». Es miembro del Comité Científico y asesor del Presidente en el Consejo de Administración de «Civitas – Forum de Archivos e Investigación sobre la Democracia Cristiana»

Antonio Bernardini en 2020, se convirtió en el Representante Permanente de Italia ante las Organizaciones Internacionales en París y fue nombrado Embajador en 2022 antes de retirarse más tarde ese año.

Ingeborg Breines es una activista noruega por la paz con formación en literatura francesa, historia de las ideas, arte y filosofía. Ha ocupado roles importantes en la UNESCO, incluyendo Asesora Especial sobre Mujeres y Género, y Directora del Programa de Mujeres y Cultura de Paz.

Cecilia Capanna es periodista independiente apasionada por los problemas globales, los derechos humanos y el activismo climático, fundadora y directora del blog Profethica.com.

Franco Dinelli, físico con una licenciatura de la Universidad de Pisa y un doctorado de la Universidad de Oxford. Involucrado en Pax Christi Italia, ha ocupando varios roles de liderazgo y organizando eventos a favor de los derechos palestinos, y actualmente es presidente del Centro de Estudios Económico-Sociales para la Paz.

Pasquale Ferrara es el Director General de Asuntos Políticos y Seguridad Internacional en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia, con una formación académica en relaciones internacionales.

Jorge Heine es profesor investigador en la Escuela de Estudios Globales Pardee de la Universidad de Boston. Ha sido ministro en el gabinete de Chile y embajador en China, India y Sudáfrica. Exvicepresidente de la Asociación Internacional de Ciencia Política, ha publicado 17 libro.

Mushahid Hussain Sayed es senador en Pakistán, periodista y académico. Fue declarado «Prisionero de Conciencia» por Amnistía Internacional: fue prisionero político del régimen militar durante 440 días, sin cargos.  Copresidente de la Conferencia Internacional de Partidos Políticos Asiáticos.

Federico Mayor Zaragoza es bioquímico y exrector de la Universidad de Granada. Se desempeñó como Ministro de Educación y Ciencia de España (1981-1982), Director General de la UNESCO (1987-1999), y ha presidido varias organizaciones internacionales como la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte (2010-2017).

Lucio Pascarelli es un experto en TIC con más de 40 años de experiencia en los campos internacional y humanitario, incluyendo roles de alta dirección como Director de Tecnología y Jefe de Operaciones TIC y Ciberseguridad en la Agencia de la ONU para los Refugiados.

Mario Pezzini es Asesor Especial para ciencias sociales y humanas en la UNESCO y editor de la Development Cooperation Review en India. Es exdirector del Centro de Desarrollo de la OCDE y Asesor Especial del Secretario General de la OCDE sobre Desarrollo (2010-2022).

Roberto Savio es periodista, experto en comunicaciones, comentarista político, activista por la justicia social y climática y defensor de la gobernanza global. En 1964, fundó la agencia de noticias IPS Inter Press Service. En 2008, fundó OtherNews emprendiendo una nueva misión para salvaguardar la democracia en peligro en estos tiempos difíciles y contradictorios.

Boaventura de Sousa Santos es Profesor Emérito de Sociología en la Universidad de Coimbra y Académico Jurídico Distinguido en la Universidad de Wisconsin-Madison. Es conocido por sus extensos escritos sobre globalización, sociología del derecho, movimientos sociales y epistemología.

Sergio Vento sirvió 42 años en el Servicio Exterior Italiano. Fue Asesor Diplomático de cuatro Primeros Ministros Italianos y Embajador de Italia en Belgrado, París, Washington y en la ONU en Nueva York. También asesoró al Ministro de Hacienda sobre la reducción de la deuda de América Latina.

Mons. Janvier Marie Gustave Yameogo, nacido en Koudougou, Burkina Faso, es una figura prominente en el Dicasterio para la Comunicación del Vaticano y fue nombrado Prelado de Su Santidad en 2018. Tiene una vasta experiencia en enseñanza y comunicación, sirviendo en varios roles en el Vaticano desde 2006. Dirigióe la comunicación diocesana en Koudougou de 1999 a 2006. Con amplia experiencia en enseñanza y comunicación, con una Maestría en Teología del Institut Catholique de Toulouse.

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