Honduras: resistencia y memoria, disputa y futuro
Santiago Masetti
A la par de los actos y recordatorios cumplidos por el pueblo y gobierno hondureños para repudiar el golpismo en este país centroamericano, tuvieron sus encuentros la II Cumbre Social de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), el Foro de San Pablo, la Internacional Progresista y el Grupo de Puebla.
Durante la primera jornada, el 27 al mediodía, la noticia de intento de golpe de Estado al gobierno de Luis Arce en Bolivia impactó entre los presentes, quienes en su totalidad coincidieron en que el ataque a la democracia en la nación altiplánica-amazónica obedecía a señales emitidas por Washington y que esa acción coincidía con el natalicio del presidente chileno, Salvador Allende, y se realizaba a menos de 24 horas de conmemorarse los 15 años de la interrupción democrática en Honduras. Una para nada extraña coincidencia en el calendario.
En ese contexto entonces, las más de 400 delegaciones provenientes de países de América Latina, África y Asía ocuparon los asientos del Salón Sortilegio del Hotel Plaza Juan Carlos, de Tegucigalpa, ante la inauguración oficial de la II Cumbre de la Celac.
Declaración de Tegucigalpa
“Quienes nos integramos a los trabajos de la Convocatoria de Celac Social, el Foro de Sao Paulo, el Grupo de Puebla y estas Mesas de la Integración Latinoamericana y Caribeña, donde participamos líderes intelectuales y hermanos con conciencia social, nos hemos reunido en Tegucigalpa, capital de Honduras, en el corazón de América Central para conmemorar y rendir un justo homenaje a la Resistencia Hondureña y su lucha pacífica contra el golpe de Estado hasta derrotar la narco dictadura que por 12 años y 7 meses oprimió al pueblo hondureño”, leyó un alto funcionario de la cancillería del país sede.
El comunicado señaló: “El golpe de Estado repudiado internacionalmente representó no solo un crimen de lesa humanidad, sino un acto de corrupción que derivó en la imposición de una narco dictadura que saqueó las arcas del estado, acrecentó la pobreza, la marginación y la desigualdad social”.
Además, la Declaración de Tegucigalpa puntualizó que el “socialismo democrático” que rubrica el gobierno de Xiomara Castro es “necesario para preservar la especie humana y el planeta, en proceso de destrucción por la imposición neoliberal y los terribles efectos del capitalismo global”.
“América Latina y el Caribe sufrimos los efectos destructivos del Colonialismo y del Imperialismo en sus formas más crueles de violencia, injustos bloqueos y sanciones, golpes de Estado, lawfare y el abuso de las prácticas comerciales monopólicas y del entramado financiero mundial, que nos condenan a vivir endeudados en menoscabo de la dignidad y soberanía nacional”, señala el documento.
Durante la última semana de junio Honduras fue el principal escenario de la izquierda, el progresismo y los movimientos populares de nuestro continente. Aquí se reunieron por tres días para participar de las actividades al cumplirse el decimoquinto aniversario del golpe de Estado perpetrado por políticos locales, militares, empresarios, la Iglesia y Estados Unidos, entre otros, contra el entonces presidente José Manuel Zelaya, el 28 de junio de 2009. También, se denunció a los “procesos oportunistas y amañados” como es el caso del CIADI; se solidarizó con Palestina y condenó “enérgicamente el genocidio perpetrado en su contra por la invasión militar de Israel a la Franja de Gaza”.
“Nos sumamos a la condena mundial que realiza anualmente la Asamblea General de Naciones Unidas contra el infame y cruel bloqueo económico y comercial al pueblo y gobierno de Cuba, y condenamos las injustas sanciones contra los pueblos de Nicaragua y Venezuela, víctimas de la rapacidad de los planes geopolíticos de los Estados Unidos. Estas acciones criminales e irracionales son injerencistas y carecen de todo sentido humanitario y pacífico”, se subrayó en otro pasaje del comunicado.
La celebración por la liberación de Julián Assange dijo presente, como así también la exigencia del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), del Partido Libre y los Hondureños, “para que los operadores de justicia acusen y condenen a los perpetradores del golpe de Estado y a los responsables de la corrupción público-privada de alto impacto, que transcurridos 15 años continúan en la impunidad. Honduras tiene derecho a la verdad, a que se haga justicia, a la reparación del daño y a que se dicten las medidas de no repetición de estos crímenes”, afirmó la declaración.
El cierre del primer día de actividades y posicionamientos latinoamericanos en esta ciudad centroamericana no sólo dejó posturas oficiales y de debate, sino varias interrogantes para comprender la importancia que tiene el proceso político-social de resistencia y de refundación en Honduras.
Historias que deben ser contadas
René Amador es un histórico militante de Libre, un referente de la resistencia desde el minuto uno del golpe de Estado realizado contra José Manuel Zelaya en 2009. Un hombre juvenil, jovial, conversador y divertido que por haber sido blanco de la reacción derechista hondureña debió exiliarse 12 años en diferentes países del mundo.
Amador logró salir a El Salvador tres meses después del golpe de Estado y luego de salvarse de varios intentos de secuestro, asesinato y falsos atentados comenzó una nueva etapa de su vida y su militancia, que lo instalaron en Europa, lugar donde ahora reside y trabaja en la Embajada de su país en Roma. Un militante de izquierda, con argumentos y que sabe leer la actualidad de su país al detalle.
Desde su experiencia y capacidad de observación fue que me relató cómo fue la asonada militar, “oligárquica, empresarial y estadounidense que desalojó al presidente de Honduras” y narró con lujos de detalles la resistencia de su pueblo, sus compañeros, los caídos y los traidores.
También se refirió a “las salidas” y “caminos” que construyeron los hondureños, primero con el FNRP y luego con el partido Libertad y Refundación (Libre), para luego de 12 años de dictadura, dos elecciones arrebatadas, asesinatos, saqueo y corrupción, pudiese llegar Xiomara Castro a la presidencia de esta nación centroamericana.
Una visita reveladora a Radio Nacional
Un día antes que comiencen las actividades formales de la Celac social, Amador me acompañó a visitar las oficinas de Radio Nacional de Honduras (RNH), donde pude conocer sus instalaciones y a los periodistas que allí despliegan una capacidad periodística asombrosa. Todos ellos relataron cómo la administración golpista saqueó la radio y que al llegar a su centro de trabajo lo único que se encontraron fueron cables inservibles, ya que el resto de las instalaciones y herramientas, como computadoras, impresoras, micrófonos, consolas y hasta una unidad de exteriores desapareció de la RNH y nadie brindó una explicación al respecto.
Tomy Barahona, es el director de la RNH, al igual que Amador, un hombre que formó parte importante de la resistencia y desde las ventanas del séptimo piso, donde se encuentran los estudios de la radio, graficaba cómo fue uno de los combates callejeros que la juventud hondureña libro contra la policía militar en esa zona de Tegucigalpa. Y una vez más aparecían los asesinados por la narco-dictadura y las historias de heroísmo que se encuentran con facilidad entre los militantes de Libre y en el pueblo hondureño.
Lluvias y condena al elegido por los muertos
Mientras la decimoséptima lluvia del día caía sobre Tegucigalpa, se conoció la noticia de que el ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue condenado por un tribunal de Nueva York a 45 años de cárcel por cargos de narcotráfico.
JOH, como se lo conoce en este país, llegó a la presidencia en 2017 gracias a un tremendo fraude electoral, en unos sufragios donde votaron los muertos. Así fue como el centro de cómputos, tras sufrir un “casual” e “inesperado” corte del suministro eléctrico, anunciaba que el derechista Partido Nacional, que se encontraba por varios puntos de diferencia debajo del candidato de Libre, Salvador Nasralla, pasaba al primer lugar por tan sólo poco más de un punto.
Entrada la noche, los militantes y algunos integrantes de las delegaciones internacionales se reunieron a comer en “La Trackeria”, que es un amplio bar instalado en una de las esquinas del Distrito Plaza General San Martín, donde tenían lugar los encuentros y reuniones organizadas por el gobierno de Honduras.
Allí se encontraba el dueño del establecimiento, Fernando Varela, quien además es un reconocido periodista radial del programa “La hora del Té”, que en hondureño significa algo así como el momento de la verdad.
De posiciones inteligentes, chistes agudos y desafíos de rapidez mental, Varela opinó acerca del impacto que tiene en Honduras la sentencia a JOH, mientras que Amador aseguraba que la decisión del tribunal de Nueva York fue suave y beneficia al ex mandatario narcotraficante, ya que se abría la posibilidad de que recupere la libertad en diez años.
No faltó la siguiente especulación: en caso de que Donald Trump venza en las próximas elecciones de Estados Unidos, JOH podría ser liberado.
“El que no salta es mapache”
La segunda jornada fue la más emotiva y reveladora. Tuvieron lugar los debates que existen en el seno de Libre y del proceso de refundación en Honduras, al ser esta una organización profundamente democrática y con participación popular.
Ese día se cumplían los 15 años del golpe de Estado en Honduras, de la creación de la Resistencia y del inicio de un ciclo político que ubica al país en un lugar destacado en la disputa permanente de las fuerzas nacionales y progresistas contra la reacción en América Latina.
Se reflexionó también sobre la vuelta a los golpes de Estado que se registraron en otras latitudes del continente, como fue el que sufrió Fernando Lugo en Paraguay (2012); el impeachment a la mandataria brasileña, Dilma Roussef (2016) y el arrebato de la presidencia a Evo Morales en Bolivia (2019).
El acto central por el 15 aniversario del golpe de Estado en Honduras se realizó en el gimnasio del Instituto Central Vicente Cáceres, sitio donde nació formalmente el FRNP, el que luego logró no solo vencer a la derecha y al golpismo, sino que ubicó al frente del Ejecutivo hondureño a la primera mujer presidenta de su historia.
Allí estaban el ex presidente José Manuel Zelaya, la actual mandataria Xiomara Castro; la candidata presidencial de Libre, Rixi Moncada; el dirigente sindical, Juan Barahona, el vicecanciller Torres y otras personalidades del gobierno hondureño.
También participaron invitados internacionales y las delegaciones de los familiares de los asesinados y desaparecidos. La jornada tuvo una destacada cobertura periodística de diferentes lugares del mundo.
El color y el fervor lo puso la militancia que enarboló banderas y pancartas con los nombres de las víctimas de la dictadura, al son de los cánticos que supo entonar la Resistencia; y una canción concitó la atención, decía así: “El que no salta es mapache”, y Amador me explicó que se refería a aquellos y aquellas que se encuentran en altos cargos administrativos del Gobierno, pero que no salieron a las calles a movilizarse o enfrentar a los golpistas durante los 12 años de interrupción democrática.
El gabinete de Gobierno más joven de América
Ese gesto de salud e inteligencia ideológica por parte de la militancia de Libre, sumado a la intervención de la presidenta Xiomara Castro, sensibilizada por el significado de la fecha, fueron propicios para la proyección de un breve documental de la realizadora Katia Lara, que resume los principales acontecimientos de hace 15 años y muestra a los militantes luchando contra la dictadura, muchos de los cuales forman parte del actual gabinete de Gobierno, el más joven de América.
En ese contexto emotivo tomaron la palabra, la coordinadora general del Comité de Familiares de los Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), Berta Oliva y otros representantes sociales.
También hicieron uso de la palabra la canciller de México, Alicia Bárcena; el ex presidente argentino, Alberto Fernández y el jefe de Estado de Venezuela, Nicolás Maduro, que envió un mensaje grabado donde aseguró que existe un compromiso total de su país con el proceso de cambio hondureño que lidera la presidenta Xiomara Castro.
Y la jefa de Estado resaltó “siempre se nos hace un nudo en la garganta, porque seguimos aspirando a la justicia de nuestros mártires…con la convicción de que tenemos que seguir luchando por este pueblo, por Honduras, por la justicia social para todo el pueblo hondureño”.
Por su parte, Zelaya tomó el micrófono y aseguró: “Nosotros somos producto de un pueblo, de una lucha, de una convicción, de una consciencia, que cada día toma más fuerza, hacia buscar nuestros objetivos”.
El cierre
Sí, salió el sol y la II Cumbre de la Celac Social, concluyó con definiciones estratégicas de las comisiones de Soberanía Alimentaria, Justicia Ambiental y Climática y de Libertad de Expresión.
Las palabras finales estuvieron a cargo del secretario privado de la presidencia de Honduras, Héctor Zelaya, la secretaría ejecutiva del Foro de San Pablo, Mónica Valente, el representante coordinador de la Celac en Honduras y vicecanciller, Gerardo Torres, y Patricia Rodas, ex canciller en el gobierno de Manuel Zelaya, al momento del golpe de Estado.
Al tomar la palabra, Torres contó que en todas las mesas de trabajo existieron disensos algo que catalogó “como muy bueno”, luego llamó “al debate constante” y recomendó a quienes critican al proceso de integración democrática de América Latina y el Caribe que lean y reflexionen sobre los trabajos realizados por más de 400 organizaciones.
“América Latina late cada vez que sus organizaciones sociales y políticas se juntan y debaten…El sueño de los libertadores tiene que saber pasar a los libertarios”, concluyó Torres al finalizar las jornadas en las que también cumplieron un rol destacado el Foro de San Pablo, la Internacional Progresista y el Grupo de Puebla.
Sucedió durante la última semana de junio de 2024, en Honduras. Allí estuvo presente la vocación latinoamericana de independencia y justicia.
* Periodista, Licenciado en Historia de la Universidad de la Habana. Fue Jefe Editorial de la revista internacional Correo del Alba. La Paz, Bolivia, Redactor de la Agencia Periodística de Buenos Aires (Agepeba) y Director del Portal del Sur (www.portaldelsur.info). Colaborador de Prensa Latina y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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