Orsi, Delgado y Ojeda serán los candidatos presidenciales uruguayos en octubre
Luvis H. Pareja
Yamandú Orsi, Álvaro Delgado y Andrés Ojeda ganaron este domingo en los comicios internos del Frente Amplio (FA), el Partido Nacional (PN) y el Partido Colorado (PC), respectivamente, y competirán por la presidencia de la República en las elecciones nacionales de octubre. El panorama general estaba cargado de expectativas, sobre todo por la fuerte probabilidad del retorno de un gobierno frenteamplista.
El FA logró su cometido para estas elecciones internas y superó la votación de los comicios pasados, mientras el Partido Nacional del presidente Luis Lacalle disminuyó la participación en 142.069 votos en comparación con la interna anterior, de 2019, cuando llegó a 457.376 votos (42,4% del electorado).
Con votación voluntaria y en un día muy frío, la gente más motivada por la política seleccionó a los candidatos que hicieron campañas relativamente más moderadas. Lo que quedó en claro y es lo más importante, es que en octubre la gran opción será entre Orsi por el Frente Amplio y Delgado por el PN: que ambos hayan ganado sus internas con amplia ventaja dice mucho sobre el estado de la opinión pública
En la misma noche del domingo, mientras Orsi selló rápidamente la fórmula con (su vencida) Carolina Cosse, en el comando de Delgado demoraron más de tres horas para anunciar, sorpresivamente, a Valeria Ripoll como candidata a la vicepresidencia.
Con la sorpresiva designación de Ripoll -una exfrenteamplista y exdirigente del sindicato de la Intendencia de Montevideo- Delgado apuntó a un público ajeno al de los blancos más tradicionales y relegó a Raffo, una decisión que no sería sencilla de digerir para parte de la militancia blanca que esperaban que ese lugar lo ocupara alguien con probada trayectoria en el partido.
La coalición de izquierda alcanzó los 402.222 votos, 143.062 más que en junio de 2019, cuando obtuvo 259.160 votos. En esa instancia hubo cuatro contendientes: Daniel Martínez, Óscar Andrade, Mario Bergara y Cosse. Martínez resultó ganador, con 42% de los votos, para perder luego las elecciones nacionales ante Luis Lacalle, candidato de la Coalición Multicolor de la derecha, utilizada para desalojar al gobierno frenteamplista tras 15 años.
Estos resultados no garantizan nada acerca de las elecciones nacionales. La participación de la ciudadanía en las internas fue 53% en 1999, 43% en 2004, 41% en 2009, 38% en 2014, 39% en 2019 y 36% este domingo. El mínimo ascenso de hace cinco años acompañó a factores coyunturales que hicieron más atractivas las competencias.
Pese a la matriz que quisieron imprimir los medios hegemónicos, el centroizquierdista Frente Amplio logró muchos más votos que cinco años atrás, y los blancos (o nacionalistas) del presidente Luis Lacalle obtuvieron mucho menos, desilusionados por la labor del gobierno o por la notoria ventaja de Álvaro Delgado en las encuestas previas que puede haber sido desmotivadora para las filas blancas, donde se reeditó el duelo histórico entre herreristas y wilsonistas, con el añadido de una fuerte inversión de Juan Sartori en la campaña.
Delgado también ganó holgadamene entre los blancos, con 74,3% de los votos, mientras Laura Raffo apenas sumó 19%. Pero, a diferencia de lo que sucedió en el FA, no optó por la segunda postulante más votada para completar la fórmula, sino a la sindicalita Ripoll. La votación dejó heridas abiertas en la interna nacionalista.
En la interna colorada, Andrés Ojeda fue el candidato más votado, aunque a diferencia de lo que sucedió en 2019, cuando Ernesto Talvi obtuvo 53,8% de los votos, Ojeda se ubicó en 39,9%. En un segundo nivel quedaron posicionados los precandidatos Robert Silva (22,6%), Gabriel Gurméndez (18,5%) y Tabaré Viera (17,7%). Carolina Ache y Zaida González obtuvieron 0,9% y 0,2%. Ojeda, quien no designó a su compañero de fórmaula presidencial, destacó que ahora empieza la “interna de la coalición” y llamó a trabajar “espalda con espalda” para “ganarle al Frente Amplio”
En el Partido Colorado, tras un período de predominio de Pedro Bordaberry, estaba la novedad de Ernesto Talvi, quien desafió y venció a Julio María Sanguinetti. En el FA, por primera vez en mucho tiempo sin Tabaré Vázquez, José Mujica ni Danilo Astori en competencia por la postulación, el resultado era incierto y parecía posible que abriera paso a un relevo de largo plazo, aunque esto no sucedió.
Se produjo el debut en las internas del derechista Cabildo Abierto, integrante de la actual coalición de gobierno. Sumó 16.561 sufragios, mucho menos que los 45.000 logrados en 2019. Tras las internas apostó a la continuidad de la coalición Multicolor (de derecha, hoy en el gobierno): “No tiene por qué ser diferente a lo que era en su momento con Lacalle y con Talvi”
Es evidente que la alternativa de fondo es continuar con el actual rumbo o corregirlo, pero da la impresión de que, teniendo claro esto, incluso la mayoría de las personas más politizadas fueron cautelosas, con la vista puesta en la franja de aún indecisos en la que pueden ser más atractivos, por sus características personales, Orsi y Delgado.
Quizá la campaña hacia las nacionales se parezca por momentos a una tensa pulseada, de esas en las que se emplea mucha fuerza, pero los resultados se miden en milímetros hasta que uno de los contendientes logra imponerse.
Orsi-Cosse, por el retorno al poder
Orsi, ex intendente del departamento de Canelones y apadrinado por el expresidente José Mujica, obtuvo el 60 por ciento de los votos partidarios, mientras que Cosse, con apoyo de los partidos Comunista y Socialista, alcanzó el 37.5%. El FA condirmó la fórmula Orsi- Cosse poara compeir en octubre: «Queremos construir un oapis más juso», ijo Orsi, y proyectándose a un eventual cuarto gobierno del FA, planteó como prioridades la reducción de la pobreza infantil, la disminución de la inseguridad y “los problemas en salud”
“Nuestro Frente es amplio, es una fuerza diversa que busca representar a quienes hacen del trabajo y la solidaridad la razón de nuestra lucha cotidiana, pero también es amplio en su mirada para transformar y cambiar todo lo que haga falta para el bienestar de nuestro pueblo”. “Somos el cambio, buscamos el cambio, que está lejos de entenderse como una demolición”, advirtió, y agregó que no van a “caer en el berretín de quienes vienen a refundar todo empezando todo desde cero”, señaló Orsi junto a Cosse en la noche dominguera.
“Esta amplitud también tiene que estar presente, fundamentalmente, en el ejercicio del gobierno”, señaló, tras asegurar que la “esencia” de su compromiso es “unir para ganar, unir para gobernar, unir al Uruguay para cambiar”. “No vamos a gobernar para un pedazo de país, vamos a gobernar para todas y para todos. Hay que desterrar la idea de que el que gana aplasta al otro”, añadió.
Al cierre de su discurso, Orsi propuso “unir al Uruguay”, a la capital con el interior y “al país rural agropecuario con los servicios y las industrias de nuestras ciudades”. “Hay que unir nuestra historia con nuestro futuro”, resaltó, y abogó por “unir sin excluir”, para que “nadie sufra porque no le alcanza para llegar a fin de mes, queremos construir ese país más justo”.
*Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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