Declaración final de la segunda reunión de la Celac Social
Las más de 400 organizaciones políticas y movimientos sociales de América Latina y el Caribe y países del Sur Global (de mujeres, juventudes, sindicales, campesinos, juristas, artistas, de derechos humanos, ambientalistas, intelectuales y otros), presentes en la II CELAC Social, consideramos que este espacio, promovido soberanamente por estas organizaciones, es un símbolo de la democracia en la región y un derecho de los pueblos.
Lamentamos profundamente el posicionamiento de algunos Gobiernos que, en vez de abrir y promover espacios institucionalizados que reconozcan la voz de los pueblos, dedican esfuerzos a censurar y acallar la participación de las fuerzas vivas de América Latina y el Caribe en los procesos de integración regional.
Agradecemos la voluntad del Gobierno de Honduras de procurar estos espacios, querer escucharnos y comprometerse tanto en construir puentes entre las organizaciones y movimientos sociales y los gobiernos de América Latina y el Caribe.
INJERENCIA IMPERIALISTA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
La injerencia violenta y de distintas intensidades de Estados Unidos en América Latina y el Caribe ha estado presente desde nuestras independencias formales, formalizada con la doctrina Monroe que muestra crudamente su vigencia. En estos tiempos de decadencia de su potencia imperialista, recrudece sus modos violentos y de todo tipo sobre las organizaciones populares de la región, pero sobre todo enfocando sus ataques en los gobiernos populares.
Ello se traduce en la demonización de sus referentes y liderazgos para desprestigiar esos procesos, la desestabilización y ataques a sus democracias participativas y protagónicas y el intento permanente de generar escenarios de guerras civiles e inducir a cambios de régimen, eufemismo para disfrazar golpes de Estado.
Militarización, ensayos de invasión, utilización de redes de organizaciones bien articuladas en la internacional de derecha y su sofisticada utilización de las redes digitales complementan los ataques económicos inflacionarios, manipulación monetaria, el endeudamiento como mecanismo de dependencia, y los bloqueos criminales.
Los pueblos y gobiernos populares que resisten estas embestidas son ejemplos que defender y apoyar sin titubeos y con creatividad potenciada desde la CELAC Social.
Hace exactamente 15 años un golpe de Estado terminaba con la experiencia refundacional de Manuel Zelaya. Las Fuerzas Armadas y sectores parlamentarios, con el apoyo de Estados Unidos, explicitaron con este quiebre institucional su oposición a cualquier avance social y a la adhesión de ese país al ALBA-TCP. Honduras ingresó así
en un ciclo de oscurantismo. Pero los derrotados de entonces iniciaron la construcción de un proyecto social de mayorías, rompiendo el histórico bipartidismo, creando un instrumento político nuevo: el Partido Libre, y llevando a Xiomara Castro al Palacio José Cecilio del Valle.
Cuando el presidente Hugo Chávez soñó con un mecanismo de integración, pero sin Estados Unidos y Canadá, aún la marea progresista reunía a gobiernos más fuertes y cohesionados en esa idea. En febrero de 2010, se funda la CELAC y tres años después se realiza la primera cumbre en Santiago de Chile. Chávez, envía desde Cuba un discurso vibrante sobre la importancia de la unidad latinoamericana, evocando las figuras de Simón Bolívar y José Martí, y recordando el bicentenario de la Campaña Admirable de Bolívar, como un símbolo hacia la recuperación de la identidad y unidad perdida debido a la fragmentación histórica.
Once años después, la ultraderecha viene ganado terreno en Nuestra América, la victoria de un experimento inédito de destrucción de cualquier lazo social en la Argentina, como el que representa Javier Milei, marcan el nuevo tiempo que azota a la región. En ese curso de la historia, se demuestra como un acierto la construcción de la CELAC Social, que tuvo su primer hito en Buenos Aires en febrero de 2023.
Allí, organizaciones sociales, políticas, sindicales, feministas, territoriales, de pueblos originarios y otros colectivos volvieron a poner sobre el tapete los temas irresueltos de la agenda regional.
En este escenario está más que justificada la necesidad de relanzar una fuerte y poderosa iniciativa integracionista que sea parte de la recuperación de una agenda social y popular que contribuya al enfrentamiento del proyecto de retroceso social, político, económico y cultural que impone la ultraderecha en la región. La CELAC puede hacer un contrapeso a la dispersión, aislamiento y atomización que impone la agenda conservadora con el
auxilio del imperialismo para disminuir el peso de la región en el escenario internacional.
Hoy se necesita una CELAC vigorosa y con capacidad de acción para exigir el fin del bloqueo contra Cuba, Venezuela y Nicaragua; quitar a Cuba de la lista de Estados que patrocinan el terrorismo, demandar la descolonización y desmilitarización de las Islas Malvinas, hoy base nuclear de la OTAN; avanzar en una verdadera liberación para Puerto Rico y el Caribe porque de los 17 países que la ONU considera como territorios no
autónomos “cuyos pueblos no hayan alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio”, nueve de ellos están en Nuestra América.
Hoy se necesita tomar posición activa ante las amenazas de la generala del Comando Sur, Laura Richardson, quien en varias oportunidades expresó las apetencias imperiales sobre nuestros bienes comunes y territorios. Decenas de bases y otras instalaciones estadounidenses aún persisten en muchos de nuestros países. El horizonte común debe
ser la desmilitarización y la soberanía plena.
Hoy se necesita que la CELAC dinamice, no como mero enunciado, que Nuestra América es zona de paz, que avance en más soberanía y derechos para los pueblos a través de una agenda social distributiva, política, cultural, económica, social, sanitaria, educativa, ambiental y energética común.
El hecho de que todavía siguen impunes los que mandaran matar a nuestra hermana Berta Cáceres, sino también la prisión política de Daniel Jadue en Chile, de Jorge Glass en Ecuador y muchos otros compañeros y compañeras en toda la región, así como la nueva invasión imperialista en Haití, son apenas algunos ejemplos del reto que tenemos para concretar esta proclama de Zona de Paz en Nuestra América.
A pesar de la crisis y paralización con que los gobiernos de derecha sometieron a las instituciones de la integración regional, especialmente la UNASUR y la CELAC, los movimientos y organizaciones sociales, así como partidos del campo popular, progresista y de izquierda, no han dejado de impulsar espacios e iniciativas para la integración desde los pueblos, con propuestas en distintos ejes como son la democracia e integración regional, trabajo digno, política regional de migración, nueva arquitectura financiera regional, justicia fiscal, transición justa y feminista, soberanía alimentaria y justicia climática entre otros.
Por tanto, nos pronunciamos:
MESA INTEGRACIÓN LATAM – FSP.:La integración regional de América Latina y el Caribe es una herramienta fundamental que nos aparta del tutelaje imperialista y pone en el centro nuestros propios procesos históricos de lucha y emancipación. Es una de las garantías de la democracia para avanzar en los derechos de los pueblos, y debe permanecer y consolidarse más allá de los gobiernos, a través de espacios de hermanamiento continental como la CELAC Social.
Dentro de una integración multipolar a nivel mundial, nuestra región es un ejemplo de construcción de modelos políticos y culturales para dar respuestas contra la guerra, la destrucción ambiental, las violaciones de derechos humanos, las migraciones, etc.
ESTUDIANTES.- La organización estudiantil en América Latina y el Caribe es un ejemplo de lucha popular
y conquista de derechos. Las luchas por la educación pública representan un punto de encuentro y convergencia de nuestras sociedades, aglutinador de voluntades para la realización efectiva de nuestros pueblos. Las federaciones estudiantiles representan un actor central en la construcción democrática de nuestros países. Los estudiantes, las
organizaciones y los gobiernos deben trabajar articuladamente para garantizar que la educación sea una herramienta emancipadora efectiva.
JUVENTUD.- América Latina y el Caribe tiene actualmente la generación más grande de jóvenes de su
historia. Esto representa afrontar retos, desafíos y reflexiones sobre su desarrollo, que deben ser abordados desde la formación militante y la construcción de espacios representativos y de coordinación regional para dar esta lucha continental con planes de acción específicos. Los jóvenes de la región, convocados en este primer Foro de Juventud
de CELAC Social, reafirmamos nuestro compromiso con la democracia y nos posicionamos contra todas las formas de coerción impuestas hacia nuestros países, principalmente contra las sanciones y el bloqueo a Cuba y Venezuela.
MUJERES Y RESISTENCIAS POPULARES.- En la democracia y autodeterminación de los pueblos, las mujeres luchamos por dos cosas importantes: igualdad y justicia social. Resulta necesario evidenciar todo tipo de
desigualdad para reafirmar los procesos populares hacia el socialismo democrático. En este sentido, es primordial repensar la democracia tradicional en una democracia participativa que acorte las desigualdades, así como priorizar la organización popular y el tejido social.
Existe la necesidad de una lucha consciente por la emancipación de las mujeres en el socialismo. En este contexto, es de suma importancia la unidad y acción global contra la extrema derecha y el odio misógino en la lucha por el desarrollo integral de nuestra comunidad y nuestros pueblos. En el sur global, el crecimiento de la pobreza nos exhorta más a defender nuestros derechos y, en un sistema patriarcal, mujeres y resistencia son sinónimos. Por eso nuestra lucha es antifacista, anticapitalista, feminista y antipatriarcal.
La lucha antipatriarcal requiere de la unidad y acción entre mujeres de América Latina, pero también del resto del mundo en la construcción de una hoja de ruta para avanzar en los derechos de las mujeres y dar una respuesta global ante el odio misógino. En esta lucha es prioridad el empoderamiento de mujeres invisibilizadas, invertir en igualdad, servicios y cuidados para un futuro de paz.
CRISIS DEL CAPITALISMO, MIGRACIONES Y LUCHAS SOCIALES.- La migración que se presenta como un problema de los países latinoamericanos en realidad es provocada por la falta de trabajo, por la desigualdad, violencia y pobreza. El capitalismo salvaje agudiza más está problemática ya que las empresas transnacionales
y el injerencismo norteamericano favorecen el extractivismo y la reprimarización económica. Por lo tanto, no habrá solución al problema migratorio construyendo muros sino a partir de la consolidación de los procesos populares en nuestros países y el fortalecimiento de la integración regional.
Defendemos el derecho a la migración como parte de la construcción del proceso de lucha por la dignidad más allá de las fronteras, por parte de los grupos progresistas, continúa y nunca se detendrá.
JUSTICIA AMBIENTAL.- Existe un reconocimiento claro de que la lucha por la justicia ambiental no puede
separarse de los derechos humanos, especialmente los de los pueblos indígenas y comunidades locales. La defensa de la tierra y los recursos naturales va de la mano con la protección de la vida y la cultura de estos grupos. En este sentido, es importante destacar la resistencia activa contra las industrias extractivas y la militarización de los
territorios, así como la violencia y la impunidad que enfrentan los defensores del medioambiente. Proteger a los defensores de la vida es prioridad
. Así como lo es la crítica al sistema capitalista y a las prácticas imperialistas que priorizan las ganancias sobre la vida y los derechos ambientales. La integración regional es clave para enfrentar los desafíos ambientales de manera efectiva y proponer enfoques más equitativos y sostenibles que pongan en el centro la vida y la justicia social.
POLITIZACIÓN DE LA JUSTICIA (LAWFARE).- El Lawfare o guerra judicial es el mecanismo que los de arriba han utilizado en nuestro tiempo para criminalizar a dirigentes sociales y proyectos populares, sin pruebas ni debido
proceso, con la complicidad de jueces que, en la práctica han privatizado la justicia, sentenciando sin evidencias y siendo útiles a la persecución política. No estamos en condiciones de zanjar el histórico debate en torno a si la guerra es la continuación de la política por otros medios o la política es la continuación de la guerra, pero sí, respecto de la guerra, estamos muy cerca por cuanto en ambas hipótesis se fabrican enemigos que deben ser aniquilados (física o políticamente).
No podemos olvidar el papel fundamental que tienen los medios de comunicación en el lawfare, que es una subcategoría de las fake news, que miente, tuerce la realidad y crea un escenario ficticio que tiene por finalidad la destrucción del dirigente popular. Ha llegado el momento de repensar la independencia del Poder Judicial. Una independencia de los factores reales del poder.
ESTADO PLURAL DESDE LAS RESISTENCIAS Y LUCHAS ORGANIZADAS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y AFRODESCENDIENTES.- Uno de los grandes desafíos de las izquierdas es la descolonización de su pensamiento.
Así mismo, es una tarea de los pueblos en resistencia alfabetizar a las izquierdas de las naciones que no puede haber revolución sin los pueblos originarios y afrodescendientes.
Y debe ser un compromiso de todos, la construcción de un modelo de Estado que reivindique el nombre de Abya Yala, en sus lenguas, tradiciones, filosofías y conocimientos ancestrales, para hacernos cargo de la plurinacional y dar cuenta de la diversidad de pueblos. La reivindicación de nuestras identidades originarias nos permitirá una efectiva disputa de lo público.
Desde este espacio de confluencias, nos sumamos a la justa exigencia de lanzar un nuevo Decenio Internacional de los y las Afrodescendientes, y nos comprometemos a sumarnos y convocarnos en ese sentido.
CIADI Y JUSTICIA SOCIAL: SOBERANÍA DE LOS PUEBLOS FRENTE AL PODER CORPORATIVO.- Nos encontramos frente a un sistema neocolonial que tiene en uno de sus centros al Banco Mundial, que es el mayor prestamista y simultáneamente el mayor árbitro de disputas. Nuestros países deben denunciar estos tratados y salir del CIADI, que solo han contribuido a aumentar la miseria. Asimismo, deben continuar las auditorías sociales y
ciudadanas sobre este tipo de acuerdos sobre disputas entre empresas y los Estados.
SOBERANÍA ALIMENTARIA, TRABAJO DECENTE Y LA ECONOMÍA FEMINISTA COMO EJE DE LA INTEGRACIÓN REGIONAL.- La apropiación de los bienes comunes de la naturaleza y la biodiversidad, la vulneración de los derechos laborales, en particular de las mujeres son pilares centrales del modelo
capitalista extractivista y agronegocios. Para enfrentar este modelo debemos consolidar una agenda regional de reforma agraria con justicia social, ambiental y de género.
Fomentar la producción local y soberana con arraigo productivo y cuidado del medioambiente. Nosotros y nosotras, los que vivimos en el territorio, en el campo debemos pelear para que sea en el campo donde se garanticen los derechos y se impulsen a la educación y formación.
En alianza con las ciudades, los pequeños productores y agricultores, respetando nuestras formas comunitarias y solidarias de producción, a través del comercio justo debemos consolidar un nuevo modelo de desarrollo.
JUSTICIA FISCAL: LA LUCHA CONTRA LA OLIGARQUÍA TRASNACIONAL.- Los pueblos deben de avanzar hacia la soberanía fiscal, detener de manera categórica la evasión fiscal, detener que los que más paguen sean los ciudadanos y ciudadanas, puesto que el 60 % de lo recaudado viene de los impuestos de consumo y no sobre los impuestos de los patrimonios.
La justicia tributaria es caminar con el pueblo hacia la distribución correcta de la producción de un país. Es necesario crear mecanismos para para evitar el saqueo a través de exoneraciones y evasiones, crear el impuesto mínimo a los ricos, evitar el saqueo del Estado a través de contrataciones leoninas que alimenta la corrupción público-privada.
CONSTRUYENDO EL FUTURO: UNA VISIÓN DEL HORIZONTE PROGRESISTA.- La OTAN es una amenaza para la seguridad de todos los países del mundo. El imperialismo es un fenómeno económico, ideológico, educativo. Es preciso configurar un programa de verdadero socialismo democrático, sobre la reafirmación de la soberanía
popular, empoderando a las personas sobre su propio destino. Los bienes naturales no pueden estar sometidos a la lógica de los mercados.
La lucha cultural es clave.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN VS. NOTICIAS FALSAS.- La difusión y manipulación de la opinión pública adquiere una nueva dimensión en nuestro tiempo con el peso de las corporaciones que manipulan las plataformas de comunicación, induciendo la crisis política a través de la segmentación y el individualismo autoritario. Los
recientes casos, como el de Julián Assange, muestran la conexión entre las gigantes de las nuevas tecnologías y los intereses del imperialismo norteamericano.
Para garantizar la soberanía tecnológica y comunicativa, los pueblos necesitamos coordinar regionalmente una estrategia integral de lucha política y democratización, que sume el territorio digital, los medios tradicionales, la movilización popular y las acciones de los gobiernos populares.
Por esto, los movimientos sociales y organizaciones populares reunidas en Tegucigalpa entre los días 27, 28 y 29 de junio reafirmamos nuestro compromiso con la integración de los pueblos de la América Latina y el Caribe, nos adherimos y hacemos propia la Declaración de Tegucigalpa: a 15 años del crimen del golpe de Estado militar que continúa en la impunidad, abrazamos la Declaración de la comisión de familiares de desaparecidos y las organizaciones de derechos humanos de América Latina y el Caribe reunidos en la mesa de trabajo Justicia
Transicional y Memoria.
Para finalizar, reiteramos el agradecimiento al Gobierno y movimientos sociales de Honduras y a la presidenta Iris Xiomara Castro Sarmiento por abrirnos las puertas del pueblo hondureño y generar este intercambio de ideas y debate fraterno.
Tegucigalpa, 29 de junio de 2024
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