Tambores de guerra en la Unión Europea

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Isabella Arria

La Unión Europea afronta sus décimas elecciones parlamentarias, donde 370 millones de europeos están llamados a acudir a las urnas para elegir a sus 720 representante, entre tambores de guerra y llamadas a la paz –o al rearme– en los dos frentes abiertos en los márgenes de su territorio: Ucrania y la Franja de Gaza.

Se perciben como las elecciones más trascendentales para la esencia del bloque comunitario. El Parlamento Europeo es la institución que menos margen de maniobra tiene, pero es la única elegida en las urnas. El poder real recae en la Comisión Europea, el brazo ejecutivo, y en el Consejo, formado por los 27 Estados miembros.Vista general del hemiciclo del Parlamento Europeo, a 13 de julio de 2023.

El estallido de la guerra en Ucrania ha consolidado una política de remilitarización de la UE que cuenta con un amplio consenso. Si se entiende la Resolución del primero de marzo de 2022 como el momento fundacional de esta tendencia, ya se evidencia la homogeneidad de este posicionamiento.

El bloque comunitario deberá sortear durante el próximo lustro los embates de un mundo cada vez más inestable, consolidar los objetivos climáticos y echar a rodar las legislaciones sobre asilo. Y enfrenta este reto con la extrema derecha atravesando su mejor momento de forma de las últimas décadas.

La legislatura saliente deja un legado importante de primeras veces en la UE: una pionera ley que regula la Inteligencia Artificial, la inédita financiación de armas a un país en guerra, el mayor fondo anticrisis de la historia de la UE o el desbloqueo del Pacto de Asilo y Migración.

Bajo los grandes discursos electoralistas, pocos de ellos con consignas de sostenibilidad, igualdad e identidad, se esconden todas aquellas decisiones tomadas en materia de defensa por los diferentes organismos de la Unión Europea. De los siete, sólo el Parlamento Europeo está compuesto por políticos elegidos por los ciudadanos de los 27 Estados miembros.

El ascenso ultraderechista no es repentino ni exclusivo de los comicios europeos, sino espejo de una tendencia que lleva consolidándose durante los últimos meses y años en cada vez más países europeos. Desde Finlandia hasta Hungría, Italia o Países Bajos.

Esta coyuntura llega en un momento complicado para las tropas ucranianas, con la situación humanitaria en Gaza crecientemente insostenible, bajo la amenaza del regreso de Donald Trump, que en su primer mandato se refirió a la UE como un enemigo, o con el bolsillo de los ciudadanos menguando y la pérdida de competitividad de las empresas europeas, señala la anlista española Mría Zornoza.

Seguridad y Defensa

El Informe Anual de Política Común de Seguridad y Defensa, aprobado por mayoría simple del Pleno del Parlamento Europeo el 28 de febrero, señala hacia dónde cree el Parlamento Europeo que debe ir la política exterior y militar de los Estados miembros, al recoger la urgencia por acelerar el rearme de los Estados miembros para blindarse frente a las «amenazas» que suponen Rusia y los conflictos latentes en Oriente Próximo, África Occidental y África saheliana.

Los europarlamentarios también destacan las ingentes inyecciones de capital en investigación y desarrollo de tecnología militar, y reafirman la estrategia de política para la próxima década: actuar, invertir, anticiparse y asociarse. Y solicitan el nombramiento de un comisario de Defensa,  figura inexistente en la Comisión Europea, «que sea responsable de una verdadera Unión Europea de Defensa».Debe aspirar la Unión Europea a tener un ejército propio?

El texto contó con el apoyo del 76% de los europarlamentarios provenientes de cinco de los siete grupos parlamentarios europeos: los democristianos del Partido Popular Europeo (PPE), al que pertenece el PP español; los socialistas del S&D (a los que pertenece el PSOE); los liberales de Renew, del que formaba parte Ciudadanos; Los Verdes; y un eurodiputado del grupo de la extrema derecha contraria a la OTAN, Identidad y Democracia (ID).

Una Europa remilitarizada

Además de la izquierda; tampoco mostró su apoyo al informe el segundo grupo de extrema derecha del Parlamento Europeo, los Reformistas y Conservadores Europeos (ERC), en el que se integra Vox española. El 56% de sus europarlamentarios se abstuvieron durante la votación, permitiendo su aprobación, pero sin mostrar su apoyo explícito.

Sus razones distan mucho de ser pacifistas, ya que tienen posturas aún más extremistas sobre el refuerzo de fronteras y la intervención en la guerra de Ucrania de lo que finalmente recogió el documento.Este  grupo tiene un fuerte componente euroescéptico y teme perder autonomía –en este caso, militar– frente a los consensos de la UE, revela un informe del diario español Público.

El grupo de la Izquierda rechazó el texto y algunas de las cuestiones centrales  del informe, como la conversión de la UE en una alianza militar o la aspiración de crear un comisario de Defensa. Asimismo, critican que se use la invasión ilegal de Ucrania como «pretexto para un gasto militar masivo en armamento que conduce a una espiral de escalada».

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Criticaron que este gasto masivo se dirija únicamente a «una victoria militar de Ucrania en lugar de hacerlo en un alto el fuego inmediato y una negociación para poner fin al derramamiento de sangre». Varias de las enmiendas presentadas por los izaquierdistas no fueron aprobadas: para las democracias liberales de Europa se agota el tiempo de la diplomacia y comienza el del rearme.

Todo ello deja en claro la doble vara de medir con la que la UE aborda la invasión rusa de Ucrania y la masacre y genocidio en la Franja de Gaza por parte de Israel.

Pese a que el grueso del documento orbita en torno al apoyo militar a Ucrania para combatir la invasión de Rusia, el grupo parlamentario de los Verdes solicitó priorizar aún más el envío de armas a Kiev, instando a los Estados miembros a entablar un diálogo con las empresas de defensa para garantizar la entrega de munición y misiles a este país por encima de los envíos a otros. Asimismo, solicitaron aumentar la inversión y la calidad de estos envíos.

Ucrania parece ser la excusa de una estrategia belicista que se viene macerando tiempo atrás y en la que el Brexit (salida del Reino Unido de la UE)  tuvo un papel fundamental debido a la crisis de identidad que desató en el seno de la UE. Reino Unido había sido «el gran tapón» de los 27 al desarrollo de «dinámicas militaristas», impulsadas en gran medida por Francia.El régimen de guerra en Europa - Sandro Mezzadra | Sin Permiso

En la Eurocámara se destaca la escasa acogida de las solicitudes del alto al fuego en Palestina reflejadas en tres de las 21 enmiendas sometidas a votación, las únicas que tenían un enfoque explícitamente antimilitarista. Finalmente, las solicitudes de alto al fuego en Gaza no fueron incluidas en el informe, aunque sí salió adelante la que pedía a Israel no intervenir en Rafah.

Tampoco fueron aprobadas ocho de las 11 que pedían la condena explícita a Israel por su estrategia militar, que incluye la matanza de civiles: los grupos que más se opusieron a estas propuestas fueron desde el centroderecha hasta la extrema derecha, pero prácticamente todo el arco parlamentario estuvo de acuerdo en llevar a cabo una investigación sobre la financiación de Hamás por parte de terceros países.

*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

 

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