Argentina: Un discurso presidencial autoelogioso… y la triste realidad
Claudio della Croce
En un autoelogioso discurso grabado, Javier Milei, el presidente libertariano argentino, defendió en cadena nacional de radio y televisión el rumbo económico de una gestión que beneficia al capital concentrado y cumple con los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI). que ya ha dejado a tres millones de nuevos pobres desde que asumiera el 10 de diciembre último.
Milei, acompañado por el ministro de Economía Luis Caputo, el presidente del Banco Central Santiago Bausili y el secretario de Finanzas Pablo Quirno, celebró el superávit fiscal del 0,2% en el trimestre, pero omitió señalar que ese supuesto logro se basó en dejar de pagar varios compromisos del Estado a la par de un feroz ajuste aplicadao a la sociedad, con peso superlativo en los sectores más vulnerable, como muestran las caída del poder adquisitivo, del consumo y la actividad industrial del país.
A horas de la marcha federal universitaria y en medio de nuevos tarifazos y aumentos millonarios a los extipendios de los funcionarios de su administración,destacó en su tercera cadena desde el inicio de su administración, que durante marzo se registró un «superávit financiero de más de 275 mil millones de pesos», y agradeció a su equipo financiero, al cual calificó de «verdaderos patriotas». «La era del Estado presente ha terminado», afirmó.
Lo que celebró Milei es el desfinanciamiento en áreas claves como la obra pública y la cultura, y los recortes en las partidas de coparticipación de las provincias. «La era del supuesto Estado presente se ha terminado. Ha sido un fracaso estrepitoso», remarcó.
“Destacamos la reducción del 76% de las transferencias a las provincias, un sistema tóxico. Una reducción del 87% en la obra pública, vinculada al festival de corrupción. Estas serán transferidas al sector privado. Además hemos reducido el tamaño del Estado, cerrando organismos que se usaban para perseguir a quien piensa distinto. Eliminamos la pauta a los medios», dijo el presidente.
El dato que festejan Javier Milei y Luis Caputo no se debe al impacto positivo de una expansión económica ni tampoco a un ajuste inteligente de los gastos, sino porque el gobierno permitió que se licúen o directamente dejó de pagar una buena porción de sus obligaciones, algunas de ellas de enorme impacto social.
Guido Zack, director de Economía en la organización Fundar,señaló que el Presidente “decidió sobrerreaccionar devaluando más de lo que el FMI y el mercado esperaban y generar una consolidación fiscal que alcance un superávit financiero, y no un equilibrio primario”. Añadió que la contracara de esa moneda es “más recesión y afectación de los ingresos”.
Tampoco cree que el superávit alcanzado pueda ser sostenible en el tiempo si la recesión se profundiza y la postergación de pagos al sector energético o la acumulación de deuda flotante continúa. “Ni la estabilidad financiera, el equilibrio fiscal, acumulación de reservas y sostenibilidad del tipo de cambio están para nada aseguradas. Ni siquiera el sendero a la baja de la inflación es estable en estas condiciones”, aseveró.
Esconder la realidad
Por detrás del resultado fiscal superavitario del primer trimestre que el gobierno celebra, se quiere esconder un ajuste de enorme proporciones que afecta a la sociedad argentina en general y en particular a jubilados, docentes, estudiantes, empleados públicos, personas que sufren enfermedades graves de salud, científicos y obreros.
«El gobierno anuncia la vuelta del superávit fiscal y comercial con acumulación de reservas. Habla de supuestos ‘superávits gemelos’ cuando, analizando los datos completos, debiéramos hablar de ‘deudas gemelas’, explicando el mecanismo oculto de cómo se lograron», señaló la Confederación General del Trabajo (CGT), principal central sindical.
El supuesto superávit comercial es consecuencia de la brutal recesión y el desplome de las importaciones, sumado a la diferencia por las importaciones no pagadas (que se transforman en deuda comercial). La recesión para el presente año se prevé en el orden del 5% como piso, la mayor desde el 2009.
A ello se añade la acumulación de reservas postergando pagos de importaciones. Si a los no pagos de bienes, se le agregan los pagos restringidos de servicios (unos 2.000 millones de dólares), el aumento de deuda comercial totaliza aproximadamente unos 8.800 millones.
La CGT indicó que el superavit se logró licuando los ingresos a las y los jubilados: sus haberes cayeron un 40% en términos reales en los últimos 12 meses, ubicándose entre los registros históricamente más bajos, peores que los del año 2001 y porque el gobierno paró las transferencias a las provincias (un recorte del 62%, ajustado por inflación) afectando servicios esenciales como educación y seguridad social.
Añade que también desfinanció los pagos a jubilados provinciales y los sueldos a docentes, entre otras funciones esenciales, y que mantiene deudas con empresas de energía y gas: el Tesoro no cumple los contratos y puede romper esa cadena de pagos. Acumula una deuda del orden de los 2000-2200 millones de dólares. Si esta situación no se regulariza, las empresas privadas podrían entrar en problemas financieros graves colocando en riesgo el normal abastecimiento de electricidad.
La central obrera denunció asimismo el desfinanciamiento de la educación pública y deudas con las universidades: sin incrementos presupuestarios las universidades no podrán funcionar a partir del segundo semestre de este año, y la interrupción de la obra pública, atrasando o discontinuando proyectos estratégicos, vitales para reducir el gasto en subsidios y en importación de energía, con el brutal costo social que significa la pérdida de 100.000 puestos de trabajo.
Otra semana difícil
La semana comenzó con pésimas noticias para los trabajadores: el boleto del tren aumentó “apenas” un 54 por ciento para el Área Metropolitana de Buenos Aires -donde sobreviven 15 millones de habitantes, el 37% de los argentinos- y regionales y de mediana y larga distancia.
Mientras, Milei fue denunciado el lunes por el ex juez federal de cámara Eduardo Freiler, por incurrir, entre otros, en apología del delito, debido a que durante su discurso en el hotel Llao Llao ante empresarios y dirigentes políticos de la derecha regional, alentó la fuga de dólares comprados en el mercado negro.
El 19 de abril pasado, Milei afirmó: “Se les van los dólares entonces ponen controles de capitales, entonces al que fuga ya es un delincuente. Es un héroe, el que fuga es un héroe, no importa de dónde venga la plata, es decir logró escaparse de las garras del Estado”, se despachó. “la verdad que si lo compran en negro mejor, porque así no tienen que pagar un montón de impuestos estúpidos», añadió.
Finanzas y CIA
El jefe del Gabinete presidencial, Nicolás Posse (conocido como “el mudo”, porque los argentinos no le conocen la voz), viajó la semana pasada a Estados Unidos para reunirse por tercera vez desde que asumió este gobierno con el titular de la agencia estadounidense de inteligencia CIA, William Burns, quien recientemente estuvo en Argentina.
Posse asistió acompañado por el ministro de Economía, Luis Caputo. El motivo de la reunión era pedir que la CIA ayude a “quebrar la resistencia del FMI” para conseguir cinco mil millones de dólares extra.
Queda en evidencia la doctrina de política exterior que Milei anunció ante la jefa del Comando Sur, la generala Laura Richardson, a comienzos de este mes: subordinación en todos los órdenes a cambio de nueva deuda, es decir más subordinación, que puede incluir la dolarización de la economía del país.
Hablando de plusmarcas, Argentina será el país que más intereses pagará por la tasa extra que cobra a los países sobreendeudados. La mitad de los 9.800 millones de dólares que espera recaudar el FMI por cobrar un interés más alto serán pagados por el país, que es también el más endeudado con el organismo desde el acuerdo que firmó durante la gestión del neoliberal Mauricio Macri.
Los sobrecargos van en contra de la Carta Constitutiva del FMI ya que agrega una dificultad más a los países para poder sobreponerse de las crisis externas y retomar el crecimiento
*Economista y docente universitario argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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