La Patria no se vende: Milei, la realidad y el fin del embelesamiento
Claudio Della Croce
Más de un millón y medio de personas salieron a la calle en Argentina contra el ajustazo del presidente ultraderechista Javier Milei, aunque la represiva ministra de Seguridad Patricia Bullrich haya hablado de “apenas 40 mil”y que soldados y policías hayan bloqueado el puente Pueyrredón para que los trabajadores no ingresaran desde el sur a la ciudad de Buenos Aires.
El embelesamiento con la figura del anarcoliberal ultraderechista Javier Milei parece haber llegado a su fin, tras los disparates pronunciados en el Foro de Davos y la respuesta contundente de los argentinos a sus planes de enajenamiento del país.
Marcharon con la consigna de “la Patria no se vende”, que también es “yo no me vendo”, dejando en claro que no todo es mercancía, que es el mensaje de Milei. El acto fue la expresión de los que salieron a defender sus derechos, ante el discurso ultraderechista que intenta convertir en mercancía hasta los sentimientos y lleva un desprecio implícito a todo lo que suene a Patria.
La primera huelga general convocada durante el gobierno de este extremista neoliberal, los ciudadanos expresaron su malestar con una serie de medidas que en sólo 45 días han empobrecido a las mayorías, coartado libertades fundamentales, convertido en prohibitivos derechos como la vivienda o la salud, disparado la corrupción, favorecido a un puñado de magnates y llevado al país al borde del abismo financiero y social, señala un editorial del diario mexicano La Jornada.
Y no sólo marcharon y pararon en la capital, sino en Córdoba, Rosario, Bariloche, Tucumán, Jujuy, San Fe, Santa Cruz,Neuquén… Una multitud sin afiliación ni conducción decidió manifestarse lisa y llanamente porque se siente agraviada en su dignidad, en sus derechos, en su calidad de vida por La Libertad Avanza de Milei .
Fue la respuesta a la estrategia brutal del gobierno de enviar el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y la llamada Ley ómnibus para destruir el sistema previsional, las relaciones laborales y los derechos de los trabajadores, privatizar las empresas del Estado, destruir la pequeña y mediana industria nacional, atacar a la cultura, desproteger el medio ambiente, destruir salarios, jubilaciones e ingresos con una mega devaluación sin actualización salarial y favorecer a las grandes corporaciones nacionales y trasnacionales con exenciones impositivas y desregulaciones.
Con más de mil artículos, estos paquetes de modificaciones a la Constitución y a leyes secundarias intean demoler los derechos laborales (haciendo casi imposibles las huelgas, habilitando los despidos injustificados y extendiendo hasta nueve meses el periodo de prueba previo a la contratación); entregar a capitales privados todas las empresas públicas, sin importar que sean rentables y altamente estratégicas.
También intentan eliminar todas las regulaciones, incluso cuando son necesarias para evitar desastres financieros o industriales; quitar todas las restricciones para que los extranjeros adquieran tierras. Y, además, estos proyectos de leyes otorgan al Ejecutivo poderes extraordinarios para legislar sin el Congreso y gobernar sin ningún contrapeso durante dos años: suspenden la democracia e instauran una dictadura por decreto.
Para imponer tanto el DNU como la llamada Ley ómnibus -calificadas de inconstitucionales por los más destacados juristas y personajes de la derecha- el gobierno somete a los gobernantes provinciales a una enorme presión, usando el presupuesto como un mecanismo de extorsión, poniéndolos en la disyuntiva de apoyarlo o encarar la total falta de recursos para cumplir sus funciones: salvar al país o entregarlo a los buitres nacionales y foráneos que llevan largo tiempo asediándolo.
Quienes se colmaron la Plaza de los Dos Congresos en Buenos Aires y todas las calles y avenidad ayacentes, y marcharon en cada ciudad del interior del país, están lejos de ofrecer un cheque en blanco ni a los dirigentes sindicales, ni a quienes aparecen como referentes, ni a los legisladores.
Y aún hay un sector del país, alentado por los medios hegemónicos de comunicación, que dice que para salir adelante hay que sacrificarse y mantiene expectativa para el futuro en las políticas del gobierno, a pesar de los golpes que ha recibido por la megadevaluación y la caída del consumo al unísono de la desmedida alza de los precios.
Luis Bruschtein señala que el acto en Congreso rompió varias marcas históricas. Es el primero que se le hace a un gobierno a 45 días de asumir. Es uno de los actos gremiales más masivos de la democracia. Y fue convocado en plenas vacaciones y con mucho calor. Contra la ley ómnibus, fue un acto ómnibus. La estrategia brutal del Gobierno despertó una resistencia pacífica, pero motivada y combativa.
La prensa internacional
El papelón del discurso de Javier Milei en el Foro Económico de Davos, denunciando enemigos socializantes en cada rincón, atacando a casi a todo el mundo (incluso organizaciones internacionales y la Agenda 2030 contra la pobreza de la ONU), subrayando su antifeminismo y su negacionismo climático, llamando héroes a los gerentes de las trasnacionales, asumiendo un liderazgo anti-Estado, hizo que mucha gente que no lo conocía se convenciera de lo sectario y peligroso de sus ideas
The New York Times, El País, Folha de Sao Paulo y Le Monde, entre otros medios del mundo occidental, siguieron de cerca la jornada de movilizaciones en todo el país. Argentinos en huelga gritan que ‘la patria no se vende’ contra la agenda liberal de Milei”, publicó el diario brasileño Folha de Sao Paulo, y desarrolló: “El país mantiene huelga general mientras el Congreso discute un paquete de leyes para desregular la economía”.
El oficialista País de Uruguay, señaló: “Tras el inédito paro general en Argentina, la Justicia frenó la reforma laboral de Milei”, en alusión al reciente fallo de la jueza del fuero laboral Liliana Rodríguez Fernández que declaró la invalidez de seis artículos del mega DNU.
“Un paro nacional en Argentina pone a prueba las propuestas de Milei”, publicó The New York Times, que eligió una foto de la marcha frente al Monumento a la Bandera, en Rosario, mientras France24 tituló “Milei enfrenta el primer paro nacional en años, mientras la ‘ley ómnibus’ sigue en vilo. La Radio Francia Internacional (RFI) señaló:“Otro disparo de advertencia contra el nuevo poder ultraliberal en Argentina”.
El italiano La Reppublica tituló “Argentina, primer golpe contra Milei. Buenos Aires paralizada por las protestas”. Y sostiene que “500.000 personas en la capital, y otro millón en el resto del país, se han cruzado de brazos contra la “Ley Ómnibus” sobre privatizaciones y recortes. El Parlamento pospone el debate una semana”.
En España El País tituló: “Decenas de miles de personas protestan en Argentina en el primer paro general contra Milei”y Le Monde, de Francia, señaló que “En Argentina, el presidente Javier Milei enfrentó una huelga general y numerosas manifestaciones”. Ya no son sólo halagos. La realidad es dura.
*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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