Gigantes en el ring: el 2024 y el enfrentamiento entre China y EEUU
Paula Giménez y Matías Caciabue
El año 2023 se caracterizó por la continuidad de las disputas a nivel económico, geopolítico y militar que están reconfigurando el planeta. Como venimos afirmando, el “enfrentamiento del G2”, entre China y EEUU, es la pugna de dos grandes proyectos estratégicos que articulan y enlazan dos grandes campos de fuerzas sociales, con palancas financieras, comerciales, tecnológicas, institucionales, militares y multilaterales.
A lo largo del año que pasó, la disputa se vio profundizada, con un recalentamiento de la llamada “guerra comercial y tecnológica”, por un lado, y un incremento de reuniones bilaterales entre funcionarios de ambos países, por otro, como intento permanente de reducir las mismas.
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La lucha por imponer y controlar los tiempos sociales de producción, de la llamada Cuarta Revolución Industrial, es el factor subyacente de la denominada guerra comercial y tecnológica entre China y los EEUU, siendo el eje ordenador del conjunto de estos enfrentamientos.
En este contexto, una Aristocracia Financiera y Tecnológica subsume a los Estados porque su escala de enfrentamiento, ligado a la trama de sus intereses, son de alcance global. Por tanto, sus nuevos valores se enfrentan a los valores de la vieja industria de la otrora Nación-Imperial, para transformarla en la nueva industria digital-global.
En octubre de 2022, la administración de los Estados Unidos dio a conocer un conjunto de restricciones a las exportaciones de tecnología de semiconductores, prohibiendo la venta a empresas chinas de equipos u otra tecnología que luego podría usarse para fabricar chips avanzados. A lo largo del 2023 las políticas estadounidenses han continuado en esta línea, buscando mantener una ventaja sobre la capacidad tecnológica china, adoptando un enfoque mucho más restrictivo destinado a evitar que Beijing avance en sectores de vanguardia, o incluso a obligar a China a retroceder en sus capacidades tecnológicas.
Un hecho trascendente, que marca el elevado nivel de disputa, es que a pesar de los diferentes paquetes de sanciones impuestos por el gobierno norteamericano, en el mes de noviembre el presidente Xi Jinping se reunió con más de 300 empresarios de EEUU, donde se refirió al posicionamiento de China respecto al avance tecnológico. En dicha reunión participaron Tim Cook, titular de Apple, y el magnate Elon Musk, quienes tienen proyectos tecnológicos en territorio chino y visitaron el país en 2023, reuniéndose con funcionarios de alto nivel. Previamente, en mayo, había sido Bill Gates quien se reunió con Xi Jinping.
El Dragón del Oriente, su proyecto de la BRI y la proyección del BRICS
La Nueva Ruta de la Seda o BRI (por Belt and Road Initiative, en inglés), emblema del gobierno de Xi Jinping que ya cumple 10 años, consiste en el despliegue económico global del proyecto estratégico de Pekín. En octubre se llevó a cabo el III Foro de Cooperación Internacional de la BRI en Beijing, el proyecto que involucra a 152 países y más de 30 organizaciones internacionales, de las cuales 22 pertenecen a la región de América Latina y el Caribe.
Otro hito importante lo constituyó en agosto la XV Cumbre de los BRICS en Johannesburgo, bajo el lema: “BRICS y África: Asociación para un crecimiento mutuamente acelerado, desarrollo sostenible y multilateralismo inclusivo”. Esta cumbre tuvo la particularidad que en la misma se anunció el ingreso de Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Argentina (quien renunció tras el cambio de gobierno) e Irán al bloque, a partir de enero de 2024, aumentando el peso del bloque. También se planteó la creación de una moneda para transacciones comerciales e inversiones entre los miembros de BRICS, y la capacidad para reducir y reemplazar la moneda dólar.
La apertura reflejada por estos hechos guardó también relación con la economía: Desde diciembre de 2022, emergió nuevamente la apertura de China, buscando la participación de las empresas privadas en los principales proyectos estratégicos nacionales y fortalecer la protección de los derechos de propiedad intelectual para las mismas. Ocho ministerios emitieron medidas para apoyar la economía privada, comprometiéndose a brindar un acceso justo para que las empresas privadas participen en importantes proyectos nacionales y empresas tecnológicas, aumentando el apoyo financiero y de tierras, y fortaleciendo la protección legal de las empresas privadas.
El Águila del Norte y un naufragio bancario
Apenas se anunció la quiebra del Silicon Valley Bank, a principios de marzo de 2023, los grandes bancos estadounidenses comenzaron a flexibilizar los requisitos para la apertura de cuentas. Los grandes bancos, intentaban así agilizar al máximo los canales por los cuales se dio un enorme flujo de depósitos desde los bancos pequeños y medianos, hacia los más poderosos del país.
Luego de la séptima suba consecutiva de tasas, y del quiebre del Silicon Valley Bank, le seguía la quiebra del Signature Bank, inaugurando así la crisis bancaria estadounidense que parecía contagiar a Europa con la quiebra del Credit Suisse.
Las quiebras tanto del Silicon Valley Bank como del Signature Bank estuvieron fuertemente influenciadas por la suba de tasas actuales y la desregulación financiera del 2018, complementadas por, según concluyó la investigación de la FED, una mala gestión de riesgos.
Esto desató un proceso que también se había evidenciado en la crisis financiera del 2008, en el que los depósitos empiezan a irse de la banca comercial hacia la banca de inversión, intentando buscar mayores rendimientos, en un contexto de altas tasas de interés. Según Forbes, se espera que los depósitos de tan sólo 3 bancos (JP Morgan, Wells Fargo y Bank of America) hayan caído U$S 521 mil millones respecto al año anterior, la mayor caída en una década.
Idas y vueltas en la diplomacia de los gigantes
Frente a las diferentes medidas y sanciones tomadas por el gobierno de los EEUU en materia económica, se pudo ver un intento de mejorar las relaciones diplomáticas con China, de la que no pueden desprenderse en términos económicos. La misma se materializó en diferentes visitas de funcionarios estadounidenses de alto rango a la República Popular China tales como Antony Blinken, el Secretario de Estado (Canciller), en el mes de junio; Janet Yellen, la Secretaria del Tesoro (Ministra de Economía); John Kerry, enviado presidencial para el clima y ex Secretario de Estado de Obama, en el mes de julio; y Gina Raimondo, Secretaria de Comercio, en el mes de agosto.
Esto culminó con la reunión entre Joe Biden y Xi Jinping en el mes de noviembre, luego de un año de no compartir reuniones bilaterales. Al finalizar la reunión Biden destacó tres grandes acuerdos:
1. Compromiso de reducir significativamente el flujo de químicos que se utiliza para la producción del fentanilo, el cual se cobra la vida de casi 200 estadounidenses al día.
2. Reestablecer las comunicaciones directas entre las fuerzas militares de ambos países, las cuales se habían roto tras la visita de Nancy Pelosi, por entonces presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU a la isla de Taiwán.
3. Generar cooperación entre expertos en relación a los riesgos y desafíos de la inteligencia artificial.
En relación a la disputa comercial y económica entre ambos países, Biden planteó “una competencia responsable para que no haya un conflicto accidental, donde sea posible que nuestros intereses coincidan”, mientras que Xi Jinping, previo a la reunión, afirmó que “el planeta Tierra es lo suficientemente grande para que los dos países tengan éxito”.
Las elecciones estadounidenses de 2024: Trump reloaded
El 15 de agosto, Donald Trump y dieciocho de sus ex funcionarios fueron acusados de intentar anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 en el estado de Georgia. Si son declarados culpables de los cargos de extorsión, los acusados cumplirán condena en prisión, dijo Fani Willis, fiscal de distrito del condado de Fulton.
En un comunicado, Trump dijo que “la justicia y el estado de derecho están oficialmente muertos en Estados Unidos”.
Por otro lado, el 25 de agosto, el ex presidente regresó a “X” (ex Twitter), compartiendo su fotografía policial y un enlace a su sitio web horas después de su entrega y posterior liberación de una cárcel de Atlanta por cargos relacionados con sus intentos de revertir los resultados de las elecciones. Mientras que Elon Musk, empresario y dueño de X, dijo: “Siguiente nivel”. La cuenta de Trump había sido suspendida por la plataforma de redes sociales después de los disturbios del Capitolio el 6 de enero de 2021.
Elon Musk restableció la cuenta en noviembre después de comprar la plataforma, pero Trump no había tuiteado desde entonces.
Cuatro grandes encuestas nacionales de Estados Unidos en octubre del año 2023 indicaron que, si las elecciones tuvieran lugar en ese momento, Donald Trump se impondría a Joe Biden en los comicios presidenciales de este año. La diferencia del ex mandatario en las filas republicanas era superior en más de 60 puntos respecto al resto de los aspirantes sumados del Partido del Elefante, el animal con que se caracteriza a los republicanos.
Trump es acusado de 97 delitos ante los Tribunales Federales norteamericanos; y esto ocurre cuando más de 80% de los votantes republicanos consideran que esas acusaciones son deliberadamente fraguadas.
La tremenda polarización y enfrentamiento interno de la sociedad norteamericana torna cada vez más disfuncional y fragmentado a su sistema político como lo demostró la remoción anticipada en octubre de este año, por obra de un grupo de representantes republicanos, del presidente de ese signo de la Cámara Baja, Kevin McCarthy.
El problema central de EEUU no deja de estar enmarcado en las profundas contradicciones en las que se sumerge el mundo, y esto sucede al tiempo que la superpotencia norteamericana disputa el control de la 4° revolución industrial a través de un despliegue extraordinario de la Inteligencia artificial.
Desafíos y oportunidades para un 2024 de monstruos
Lo sucedido a lo largo del 2023 da indicios de lo que será este 2024. La disputa del G2 marcará el ritmo de la arena internacional. Considerando las transformaciones estructurales y sistémicas que se están dando, las tensiones entre ambos proyectos estratégicos se profundizarán.
A la par de la escalada de enfrentamiento entre los proyectos del gran capital se profundiza la oportunidad de las Fuerzas Nacional-Populares de avanzar en la estructuración de programas políticos que contengan sus intereses. Algo de todo eso impulsa el exitoso primer año de gestión de Lula Da Silva.
Por supuesto, la apertura a la posibilidad de un cambio demanda de las grandes mayorías la construcción de proyectos políticos de tintes soberanistas e igualitaristas. Por eso, es momento de redefiniciones programáticas de fondo, entre ellas, de los contornos y límites de la democracia liberal, que viene oficiando de partera del monstruo neofascista que golpea en estas y otras latitudes. No queda más remedio que avanzar en la participación protagónica de las mayorías en las decisiones sobre la vida social y política.
*Giménez es Licenciada en Psicología y Magister en Seguridad y Defensa de la Nación y en Seguridad Internacional y Estudios Estratégicos. Caciabue es Licenciado en Ciencia Política y Secretario General de la Universidad de la Defensa Nacional UNDEF en Argentina. Ambos son investigadores del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).
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