Ucrania desespera ante la merma del financiamiento de Occidente para su guerra
Isabella Arria
A pesar del agotamiento de los recursos humanos en el Ejército ucraniano y de la falta de resultados en el campo de batalla, «Estados Unidos intenta hacer realidad sus ambiciones de liderazgo mundial a costa de las vidas de ucranianos», declaró este martes el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú,
A pesar de las persistentes declaraciones de solidaridad, el cansancio de los aliados del gobierno de Volodomir Zelenski es inocultable. La sensibilidad de la opinión pública mundial está ahora más centrada en el ataque de Hamás y el genocidio y destrucción de la franja de Gaza por parte de Israel que en la guerra en Ucrania, donde no se produjeron avances significativos en el terreno militar en los últimos meses, aún cuando la intensidad de los ataques ha crecido estos últimos días.
Zelenski dijo este martes que había «signos claros de una desaceleración» en la industria de defensa rusa y pidió más medidas para eliminar las trabas en las sanciones impuestas a Moscú. No proporcionó evidencia de su afirmación sobre el estado de la industria de defensa rusa. Los funcionarios rusos han dicho que se ha intensificado la producción de equipo militar.
El año terminó mal para la economía de guerra ucraniana, puesto que a los tropiezos de la solidaridad internacional se añaden las dificultades internas que acarreará en el funcionamiento de su Administración la falta de fondos: dos millones de empleados públicos y un millón de receptores de ayudas sociales están a punto de quedarse sin ingresos.
El gobierno del demócrata Joe Biden anunció un paquete de ayuda militar para Ucrania de 250 millones de dólares, que será el último si el Congreso estadounidense -controlado por los republicanos- no autoriza los nuevos fondos para el financiamiento de la guerra, del orden 61.000 millones de dólares. Los republicanos exigen como contrapartida nuevas y más restrictivas medidas para la entrada de inmigrantes por la frontera con México.
Tampoco la Unión Europea ha conseguido aprobar su paquete de ayuda a Ucrania, de 50 mil millones de euros, bloqueados por la oposición del primer ministro húngaro Víctor Orbán. Aún queda un margen para proveer un fondo multilateral de 20.000 millones al margen del presupuesto de la UE.
El primer ministro belga, Alexander De Croo, mantuvo este martes conversaciones por separado con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y con el canciller alemán, Olaf Scholz, de cara a la próxima cumbre extraordinaria de la Unión Europea (UE), para tratar de desbloquear la ayuda financiara de 50.000 millones de euros para los próximos años que veta Hungría.
La vice primera ministra para la Integración Europea y Euroatlántica de Ucrania, Olha Stefanishyna, afirmó este martes que la «supervivencia» de su país depende de que la Unión Europea (UE) logre dar luz verde a un apoyo de 50.000 millones de euros para los próximos años procedente de la revisión del presupuesto comunitario hasta 2027.
«Que se complete este apoyo financiero para los próximos cuatro años, es vital para nosotros, y básicamente no nos podemos imaginar la situación si la decisión no se toma el 1 de febrero», añadió.
250 mil ucranianos muertos en 2023
Las bajas entre las tropas ucranianas durante el año pasado superaron las 215.000 personas y la pérdida de de 28.000 armas, dijo el ministro ruso, quien subrayó que «el régimen de Kiev sigue masacrando a sus soldados y busca cualquier oportunidad para reponer las filas» de sus Fuerzas Armadas. «Las tropas rusas están reduciendo metódicamente el potencial de combate de las Fuerzas Armadas ucranianas y mantienen la iniciativa estratégica a lo largo de toda la línea de contacto», añadió.
Dos días antes, el ex fiscal general de Ucrania, Yuri Lutsenko, afirmó que las tropas ucranianas están sufriendo enormes pérdidas en el campo de batalla, que se cuentan por decenas de miles de efectivos al mes.
«Tenemos que ser honestos: 500.000 bajas, de las que se habla ahora (desde el inicio de la guerra), si lo dividimos en meses, son 30.000 al mes. Y entonces entenderemos más o menos lo que está pasando en el frente. Son muertos y gravemente heridos. Tenemos que decir la verdad a la gente, estoy seguro de que los ucranianos merecen saber la verdad», subrayó.
Ahora Ucrania se dispone a ampliar el reclutamiento para la guerra contra Rusia. La propuesta legislativa reduce de 27 a 25 años la edad para ser llamado a filas, introduce más sanciones para los que traten de escaparse y obliga a los ciudadanos en el extranjero a tener actualizados sus documentos militares
Mientras, Estados Unidos ha cifrado en más de 300.000 las bajas rusas en los 23 meses de enfrentamientos. Lo notable parece ser la capacidad rusa para resistir a las sanciones occidentales y encontrar sistemas para eludirlas.
Si a esto se suma el aumento de la producción de su industria militar y el suministro de munición por parte de Corea del Norte y de Irán, puede entenderse la parsimonia con la que Putin se enfrenta a una guerra que quiere prolongar cuanto sea posible.
La guerra entra en su segundo año en 2024, y el panorama ha cambiado. Parece estancada en batallas sangrientas de trincheras y ataques aéreos, que han cobrado la vida o herido a miles de soldados en ambos bandos. Aquel “fervor patriótico” que llevó a muchos ucranianos al campo de batalla se va desvaneciendo ante la dureza de la guerra.
La asistencia de Occidente tampoco es la misma del inicio, e incluso otros aliados parecen cuestionarse la extensión y los costos del conflicto. Las arcas de Ucrania ya son un motivo de preocupación. La incertidumbre sobre el nivel de asistencia militar y financiera de Estados Unidos podría definir los caminos de Kiev durante el segundo año de guerra.
Hay que mantener una visión realista sobre la prolongación de la guerra, a la que puede contribuir el eventual regreso de Donald Trump a la presidencia de EEUU, en detrimento de Ucrania. Según George Mansfield, esta “es una guerra de Biden, no de EEUU”.
Y la Unión Europea no parece estar preparada para enfrentarse al golpe que significaría para la cohesión de la Alianza Atlántica (OTAN) la salida de EEUU, y para asumir en tal caso todas las exigencias de solidaridad con Ucrania.
*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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