Terminó 2023: Argentina estaba mal, llegó Milei…y ahora está peor
Juan Guahán
Este 2023 se inició bajo el aura que se conmemoraban los 40 años de una “democracia ininterrumpida”. Los “viejos dirigentes” (aunque varios de los mismos hayan nacido después de la restauración institucional de 1983) se felicitaron mutuamente por tamaño éxito. Esa continuidad institucional, era desconocida desde el momento que fueron echados los gobiernos conservadores de los tiempos del “fraude patriótico” y su herencia, la “década infame”, en los años 40’ del siglo pasado.
Hace 40 años, nos alegramos ¡cómo no alegrarse! por las libertades recuperadas, gracias a la dignidad del pueblo argentino y al sacrificio de sus mejores hijos. Porque el cuerpo puede perder la libertad, pero la dignidad se puede mantener aun en las peores condiciones. Sobran los ejemplos de la historia donde pueblos o personas dignas pudieron sobreponerse a la falta de libertades y dar por tierra contra los tiranos o explotadores. Nuestra gran reserva moral es la dignidad que anida en el alma de los pueblos.
Por eso las libertades recuperadas hace 40 años atrás fueron una gran conquista, pero los gobiernos constitucionales, reconocidos como “democráticos”, que se fueron sucediendo no estuvieron a la altura de los tiempos y no fueron capaces de complementar esa libertad con las respuestas que aseguraran la dignidad que nos merecemos.
El pueblo se hartó, se cansó. Desde una especie de restauración oligárquica de los sectores financieros vino la respuesta, que progresismo e izquierda no supieron construir. Javier Milei, con su confuso discurso sobre la “Casta”, con su ¡Libertad Carajo! y su liberalismo extremo, se constituyó en alternativa.
Argentina no es un caso más entre los países que transitan una larga decadencia. A pesar de sus gigantescas posibilidades, su estanflación y su pobreza generalizada no tienen explicación solo por la crisis global del capitalismo. La dirigencia de nuestro sistema político parece no advertirlo, no se da cuenta que ya no nos salva una buena cosecha, por aquello de que: ¡Dios es argentino!
Por ahí andan las debilidades de Milei con su propuesta, privilegiando la mirada hacia el occidente desarrollado como lo hiciera –bajo otras condiciones- la Generación del 80’ hace 145 años atrás. Ahora, empalmando con los intereses del capital financiero internacional -aunque lejos de ser el “país de la esperanza”- se está transformando en el pedigüeño del que muchos aprovechan para darnos una sobrevida que -a ellos- les permita saquear lo que queda. Por eso Milei navega entre oleajes, algunos de ellos bastante peligrosos para nuestro futuro, que pueden terminar dilapidando lo poco que resta de nuestra soberanía nacional.
No es mejor la situación de los partidos y fuerzas tradicionales, que festejan -por adelantado- dando por supuesto que ¡ellos volverán! Un ejemplo típico de esta irresponsabilidad la dejó Guillermo Moreno -quien fuera funcionario de Néstor y Cristina Kirchner- cuando afirmó: “Si el peronismo se organiza, toma las decisiones que tiene que tomar, y hablo de organizarse, nada de resistencia, las próximas elecciones son papita para el loro. ¿O quién va a hacerlo, la UCR de Lousteau?”
En esas palabras no existe la menor autocrítica que permita pensar que han entendido porqué el peronismo fue derrotado electoralmente. Además, supone que Milei se irá por algún designio divino, porque Guillermo Moreno propone “nada de resistencia”. Así piensa un peronismo tradicional luego de haber gobernado durante casi 2/3 de estos últimos 40 años. De lo que piensa el radicalismo poco sabemos, pero por lo menos tiene la virtud –en este tema- de callarse la boca. A esta dirigencia no se les pasa por la cabeza que hay un agotamiento institucional y que ellos y sus partidos forman parte del mismo. De su fracaso nació Milei.
Ahora, esas fuerzas tradicionales, esperan el fracaso de Milei para volver y así continuar con este círculo vicioso que fortalece nuestra dependencia, poniendo en peligro nuestra integridad territorial.
Al fracaso de los 40 años de esta democracia ya le pasó factura el pueblo en estas elecciones. No es seguro que esa deuda se salde por el fracaso –eventual– de Milei. De darse esta circunstancia es probable que la Argentina ¡por fin! debata sobre el futuro que queremos construir.
¡Cuidado con la nueva «grieta»!: populistas vs liberales
Pasa el tiempo, pero siguen las mañas de los poderosos. Ahora que se cierra este 2023 ya vienen preparando la versión 2024 de la nueva grieta que quieren imponer. Ella es, para este singular modo de pensar, la existente entre “liberales” y “populistas”.
Los “liberales” –obviamente- están representados por los seguidores del candidato triunfante y la política que nos proponen. Ellos tienen enfrente a las diversas variantes de lo que suelen llaman “populismo”, u otras veces denominan “socialismo” o “comunismo”.
Trabajan para instalar esa grieta para que ella encubra lo que pasa en la realidad y siga avanzando la política de desorganización popular, destrucción nacional y mayor explotación a los trabajadores. Ahora resta saber: ¿Podrán imponer esa lectura a la sociedad? Si lo logran, ¿cuánto les durará? Esa respuesta no está en las manos del poder, la tiene el pueblo… con su voluntad de lucha para RESISTIR y de su capacidad de CONSTRUIR –simultáneamente- un futuro distinto, ni cipayo, ni capitalista.
Hoy, domingo 31 de diciembre del año que se va, hay dos gravísimos problemas a los que tenemos que abocarnos, para explicarlos y organizarnos para darles solución.
Uno, es la inflación que ésta destruyendo la economía familiar de millones de hogares del pueblo. Sobre este tema de la inflación, la Fundación Libertad y Progreso -cercana al pensamiento del presidente- augura que sería del 29% para este mes, cerrando el año con una anual del 219%.
El otro son los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) con los cuales el Presidente, como si fuera un emperador, de otros tiempos, se atribuye funciones que no le corresponden, para disponer sobre la libertad (que paradojalmente dice defender) y los bienes de millones de compatriotas.
Estos son los principales legados de lo ocurrido este año, coronando los 40 años de vigencia de esta democracia que ha terminado por alumbrar un futuro más que incierto. El mismo destruye nuestra soberanía política y diluye muchos aspectos que sostienen la integridad territorial.
Por otra parte, el DNU profundiza las desigualdades ya existentes en la sociedad. En nombre de la libertad eliminan todas las defensas que le quedan al pueblo trabajador, agregando el empobreciendo de nuevos sectores sociales.
El combate teórico sobre la necesidad de no intervenir ante las desigualdades existentes, es acompañado por medidas prácticas que las ahondan. Esta tendencia no es inocente, ni gratuita. La mayor parte de los temas incorporados a los DNU benefician a unos y perjudican a otros, favoreciendo la concentración económica.
Por todas las razones precedentes, la primera necesidad del movimiento popular -para los tiempos que corren- es evitar la continuidad del DNU enviado por el Ejecutivo al Parlamento. Esto es una necesidad económica, social, política para las mayorías populares y también para las provincias argentinas.
Dicho DNU concentra aún más las actuales desigualdades y transforma a nuestro país en un dominio del poder financiero internacional, bajo la administración del “Virrey” Milei. Los promotores de este despropósito esperan oprimir a nuestro pueblo trabajador hasta hacerlo cautivo de las conveniencias económica y financieras de los dueños del mundo.
Los legisladores y/o los miembros de la Corte Suprema que “formulen, consientan o firmen” esta norma cargarán con “la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria” (Artículo 29 de la Constitución Nacional)
2023, el año más caluroso de la historia
Hace unos meses atrás los científicos dudaban, pero ahora sobre el filo del 2023 lo han confirmado: Este año, desde que hay registros de temperaturas -y según esa medición-, es el más caluroso de la historia de la humanidad,
La causa, genéricamente hablando, es clara y bastante compartida: Se trata del “Cambio Climático”, provocado por el calentamiento global.
James Hansen, quien advirtiera hace cuatro décadas sobre las implicancias de ese fenómeno –ahora- en los días previos a la Cumbre Climática COP28, realizada en Dubai, entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre, dijo sin medias lenguas: “Somos unos malditos idiotas, lo que viene es mucho peor”. Esta advertencia tiene que ver con el hecho que el último gran acuerdo sobre esta cuestión se hizo en París 2015, donde se estableció que el tope de aumento de la temperatura, respecto a la existente antes de esta era industrial, no debía sobrepasar 1,5°C. Hoy, a pocos años de ese Acuerdo, quedan en pie tres ideas. Una, que ese límite es insuficiente. Dos, que es tardío. Tres, que ya la temperatura ha subido un 1,43ºC y no da señales de parar.
El planeta se ha sobrecalentado. Su principal causante, desde los inicios del proceso de industrialización, es la emisión de gases de efecto invernadero. De allí que los principales responsables de esa situación sean los grandes países industrializados. Pero –ahora- éstos se niegan a cumplir con sus responsabilidades históricas, limitando ese proceso de emisión de gases, poniendo fin a la constante suba de la temperatura y ayudando a la humanidad a hacerlo.
Eso, hasta ahora, ha sido imposible de concretar. La ideología del progreso sin límites y las necesidades políticas de los diferentes Estados van en contra de lo que la humanidad necesita, aunque se lo vaya enmascarando con diversas falacias.
De continuarse este camino hacia el 2050 la temperatura habrá subido 3°C y sus efectos pueden ser catastróficos. Algunos acontecimientos del verano europeo y las situaciones que hoy atraviesa nuestro país, particularmente los pueblos de nuestra región mesopotámica, son una prueba de ello. Los fenómenos naturales van adquiriendo dos características notorias. Son cada vez más extremos y ocurren con mayor frecuencia.
Un avance, aunque bastante tardío, fue la decisión que, para el 2050, ya no se utilizarían combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). Los 200 países asistentes a COP28 se fueron con ese compromiso.
A pesar de posiciones de tipo negacionista del actual gobierno, acerca de la influencia humana en este calentamiento global, Argentina estuvo presente. El mismo día que asumió Milei llegó a Dubai una nueva delegación presidida por una funcionaria de la Cancillería y ratificó la voluntad de nuestro país de cumplir con los Acuerdos de París (2015).
Así terminamos el 2023. Este Cambio Climático y el genocidio israelí sobre el pueblo palestino en Gaza, constituyen las evidencias más ilustrativas sobre las tendencias morales y políticas predominantes en la cultura occidental, a cinco siglos que fuimos integrados a la misma, con la invasión, conquista y colonización de estas tierras y sometimiento de sus pueblos.
El colmo del gorilismo en el Ingenio Ledesma: prohiben «coquear»
Montados sobre esta oleada de negación de derechos y un gorilismo extremo, la familia Blaquier, dueña del Ingenio Ledesma (Jujuy), ha prohibido “coquear” dentro de la planta o -al ingresar- llevar consigo hojas de coca. Las mismas son utilizadas para el “coqueo”, una práctica milenaria de los pueblos andinos que fue prohibida por la dictadura en 1978 y restablecida su legalidad en 1989. Quienes vulneran esta prohibición son sancionados.
Es bueno recordar que la familia Blaquier (particularmente el fallecido Carlos Alberto) tenía viejas cuentas pendientes por la represión desatada entre marzo y julio de 1976. Fueron los tiempos de “La Noche del Apagón”, donde varios vehículos –algunos de la propia empresa Ledesma- aprovechando la oscuridad producida por esos apagones, secuestraron personal del Ingenio y militantes de Libertador General San Martín. Hubo 444 detenidos, 55 de los cuales siguen figurando como “desaparecidos”. Entre estos últimos está Luis Arédez, médico de Libertador General San Martín y quiera fuera electo Intendente de la mencionada ciudad en las elecciones de 1973.
El Ingenio Ledesma publicita que trata de una “planta libre de coqueo”
Resulta claro que la aventura planteada por Milei, no se agota en los aspectos económicos. Ella va mucho más allá y quiere dar vuelta los valores culturales. El “coqueo” de los pueblos andinos es parte de su cultura tradicional. La integración al mundo moderno, que propugnan estos “libertarios truchos” demanda destruir ese aspecto cultural y transformar a esos pueblos, auténticos dueños de la tierra que estos intrusos usufructúan, para transformarlos en persona “aptas” para el progreso del mundo moderno del decadente mundo occidental, cuyo poderío la administración de Milei intenta restaurar.
*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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