EEUU, cómplice y financista del genocidio en Gaza
Isabella Arria
El gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, usó la facultad de autoridad de emergencia para permitir la venta de 14 mil proyectiles para tanques de guerra a Israel sin que se pusiera a revisión del Congreso, informó el Pentágono . El Departamento de Estado hizo uso de una declaración de emergencia en virtud de la Ley de Control de Exportación de Armas para la entrega inmediata a Tel Aviv del material militar por valor de 106.5 millones de dólares, informó la dependencia. Los proyectiles forman parte de una venta mayor, que el gobierno de Biden está pidiendo al Congreso que apruebe. El paquete está valorado en más de 500 millones de dólares para 45 mil proyectiles para los tanques Merkava de Israel, desplegados en su ofensiva en Gaza.
Sintonía ideológica, intereses económicos y completa indiferencia ante la masacre de inocentes refuerza la complicidad entre las administraciones de Joe Biden y el ultraderechista Benjamin Netanyahu, quien lleva adelante el mayor crimen de guerra de su siniestro historial, mientras buena parte de la llamada comunidad internacional sigue mirando hacia otro lado, emitiendo condenas vacuas y unirse para desplegar todos los instrumentos legales a su alcance a fin de parar la salvaje ofensiva que busca desaparecer a la nación palestina.
El gobierno de Biden no sólo permanece totalmente insensible ante el genocidio que lleva a cabo su aliado, sino que lo considera en línea con sus intereses: en una serie, el equipo del anciano Joe Biden ha sido cínico en cuanto a los beneficios económicos que el país recibe por mantener en marcha la maquinaria de la muerte, cuando instó al Congreso a aprobar 100 mil millones de dólares más en armamento para Ucrania e Israel, exponiendo la manera en que el envío de equipamiento militar se usa para reabastecer sus arsenales con material nuevo hecho en Estados Unidos.
La oficina de presupuesto estadounidense afirmó que el pedido de recursos incluye más de 50 mil millones en contratos militares a favor de empresas en casi todos los 50 estados, y el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, se ufanó ante periodistas de que estas asistencias han impulsado y ampliado líneas de producción y apoyado empleos bien remunerados… a costa de la vida y la supervivencia del pueblo palestino. Para el gobierno de Estados Unidos, la guerra es un negocio más.
Los grupos defensores de derechos civiles expresaron su preocupación por la venta, afirmando que no se ajusta al declamado esfuerzo de la Casa Blanca para presionar a que Israel reduzca al mínimo las víctimas civiles. El secretario de Estado estadounidese, Antony Blinken, justificó ante el Congreso que los proyectiles debían suministrarse inmediatamente a Israel por tener relación con la seguridad nacional de Estados Unidos, según el comunicado del Pentágono. La venta procederá del inventario del ejército estadounidense y consistirá en cartuchos para tanques M830A1 de 120 milímetros de alto explosivo antitanque polivalentes con trazador (MPAT) y equipo conexo, expuso el Pentágono en el desglose.
La medida se produce al tiempo que la petición del presidente Joe Biden de un paquete de ayuda de casi 106 mil millones de dólares para Ucrania, Israel y otros asuntos de seguridad nacional languidece en el Congreso, atrapado en un debate sobre la política de migración y la seguridad fronteriza de Estados Unidos. A medida que se intensifica la guerra, la forma y el lugar exactos en que se utilizan las armas estadounidenses en el conflicto han sido objeto de un mayor escrutinio, a pesar de que funcionarios en Washington afirman que no hay planes de poner condiciones a la ayuda militar a Israel ni de considerar la posibilidad de retener parte de ella.
La situación en Gaza
La situación en Gaza genera un auténtico terror: de los 17 mil palestinos asesinados por el ejército israelí, 70 por ciento eran mujeres y niños. El grupo Save the Children señala que la cantidad de muertos en Gaza es tan alta que sobrepasa a todos los menores muertos en las zonas de conflicto del planeta desde 2019 a la fecha. Los médicos que arriesgan sus vidas para atender a las víctimas de los bombardeos israelíes relatan historias devastadoras sobre pequeños con el cerebro expuesto, cada hueso de la cara roto, amputaciones múltiples, quemaduras.
Un médico británico dice haber perdido la cuenta de los pequeños con heridas espantosas que ha atendido, y todo indica que la situación no hará sino empeorar: esta semana las tropas de Israel irrumpieron en el sur de Gaza, donde se apiñan casi dos millones de civiles desplazados hacia allí por indicación del propio gobierno israelí, en lo que no puede considerarse más que un acto de sadismo extremo y un crimen de lesa humanidad. Corolario del matrimonio entre los dos gobiernos es que ha sido precisamente el conflicto palestino el que ha motivado la mayoría de los vetos practicados por Estados Unidos en el Consejo de Seguridad, hasta 45 veces en toda su historia, siempre para ponerse del lado de su principal aliado en el mundo, Israel.
Además de dejar al menos 17.000 palestinos asesinados, la guerra ha provocado el desplazamiento del 85 % de los dos millones de gazatíes, y otros ataques en Cisjordania con cientos de palestinos muertos, heridos y detenidos.
El veto en la ONU
Estados Unidos volvió este viernes a vetar una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para pedir un alto el fuego humanitario inmediato en Gaza que había presentado Emiratos Árabes Unidos y en solo 24 horas fue apadrinada por 97 países miembros. El llamamiento fue apoyado por 13 miembros del Consejo y contó además con la abstención del Reino Unido. La iniciativa del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, fue respaldada por 13 de 15 integrantes del Consejo, mientras Reino Unido se abstuvo y Washington emitió el único voto en contra. Es la segunda vez desde que comenzó la guerra de Gaza que Estados Unidos veta una resolución de este tenor, alineándose una vez más con Israel, que argumenta que ese alto el fuego serviría a Hamás para rearmarse y mantener cautivos a los 138 rehenes en la Franja.
La votación de este viernes se produjo a instancias del propio secretario general, António Guterres, que recurrió a un mecanismo excepcional de la carta fundacional de la ONU, el artículo 99, que le habilita para pedir la intervención del Consejo en casos de graves amenazas para la paz y la seguridad en el mundo. Guterres hizo ante el Consejo una dramática exposición de la situación, recordando que Gaza «se asoma al abismo» y que «los ojos del mundo, y de la Historia, están mirando (hacia el Consejo). Es hora de actuar».
El veto constituye una demostración más de que el gobierno del «demócrata» Joe Biden está decidido a acompañar hasta el final a Israel en su campaña de exterminio de la población palestina. Ya el mundo está acostumbrado a la exhibición de las cotas de hipocresía del gobierno estadounidense en su adhesión a Tel Aviv: mientras el secretario de Estado, Antony Blinken, denunció la brecha entre las intenciones declaradas por Israel de proteger a civiles y el creciente número de muertos en el terreno, la Casa Blanca frenó un intento más de la comunidad internacional para detener la masacre.
Tras el veto estadounidense, el representante de Emiratos Árabes, Mohamed Abshahab, lamentó esta votación negativa preguntándose «¿Qué mensaje estamos transmitiendo a los palestinos si no podemos unirnos tras un llamamiento a parar los bombardeos incesantes sobre Gaza?». Por su parte, el representante de EEUU, Robert Wood, justificó el veto por que la resolución se redactara, según dijo, «de manera precipitada» y fuera «desequilibrada y divorciada de la realidad, porque no podría haber movido las cosas ni un ápice sobre el terreno».
El pasado 18 de octubre, Estados Unidos vetó también en solitario una resolución similar que pedía un alto el fuego y que presentó en ese caso Brasil, argumentando que aquel texto no mencionaba el derecho de Israel a la autodefensa, como si ello justificara el asesinato de 17.000 palestinos, entre ellos 6.000 niños, la devastación del territorio gazatí, el bloqueo total por aire, mar y tierra que impide la entrada de ayuda humanitaria, entre otras atrocidades que viene cometiendo con su castigo colectivo contra el pueblo palestino.
*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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