Gaza: Una tregua que no resuelve el problema de fondo
Isabella Arria
Ha tenido que pasar mes y medio desde que comenzó la guerra y que hayan sido asesinados más de 14.100 palestinos para que se haya alcanzado un acuerdo entre el gobierno israelí de Benjamín Netanyahu y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que no supone una tregua definitiva sino una “pausa humanitaria” de cuatro días en la Franja de Gaza para que pueda llegar un poco más de ayuda a los civiles.
La contrapartida va a ser un intercambio de presos por rehenes. Israel se ha comprometido a liberar 150 presos que se encuentran en sus cárceles, todos ellos mujeres y menores de 19 años y Hamás liberará 50 de los 240 israelíes que capturó en su ataque del pasado 7 de octubre.
El acuerdo ha sido posible tras unas negociaciones auspiciadas por la mediación de Catar y Egipto. Hamás ha afirmado que, “después de difíciles y complejas negociaciones durante muchos días”, las partes han alcanzado un acuerdo de tregua humanitaria, que exige el cese de las acciones militares del Ejército israelí, que durará cuatro días y que se ha conseguido con los “incansables esfuerzos” de estos dos países.
Se calcula que las hostilidades han causado unos mil 200 muertos (número que no se ha movido en más de un mes) y cerca de cinco mil 500 heridos en Israel, mientras en la franja de Gaza los fallecidos ascienden a 13 mil 300 y los heridos a más de 31 mil. Las cifras crecen a diario por los persistentes bombardeos israelíes contra hospitales, escuelas, campos de refugiados, edificios habitacionales, instalaciones de la ONU y todo tipo de infraestructuras claramente civiles.
“Cuando un bando pierde mil por ciento más vidas que su agresor, no puede hablarse de una guerra: los únicos términos apropiados son los de masacre y genocidio”, señala un editorial del diario mexicano La Jornada citado por la prensa europea.
Netanyahu fue enfático en que el alto el fuego (de cuatro días), necesario para la salida de los rehenes, y que permitirá el ingreso de ayuda humanitaria, de ninguna manera se traducirá en un alto el fuego permanente, lo cual tildó de tontería. El premier insistió en dejar claro que estamos en guerra y la continuaremos hasta que logremos todos nuestros objetivos: eliminar a Hamas, devolver a todos los rehenes y desaparecidos y garantizar que no habrá ninguna amenaza para Israel en Gaza.
Durante los días que dure la tregua, las autoridades israelíes, que se han comprometido a no arrestar ni atacar a nadie en la Franja de Gaza, deberán paralizar “el tráfico aéreo en el sur” de Gaza, y solo podrá volar en el norte de la Franja durante seis horas diarias, de las 10:00 a las 16:00. A su vez, Israel deberá garantizar la circulación de personas por la avenida Salahedin, que cruza Gaza de norte a sur, y por donde estas últimas semanas se dieron las evacuaciones.
El pacto, tal y como ha indicado Hamás en un comunicado, implicará “el acceso de cientos de camiones con ayuda humanitaria, de socorro médico y combustible a todas las zonas de la Franja” tanto norte como sur.
Este acuerdo se ha hecho público después de que el gabinete de emergencia de Israel aprobara este miércoles, tras más de ocho horas, un alto el fuego temporal, alegando que está “comprometido” a traer “a todos los secuestrados a casa”, sin que eso signifique el fin del conflicto.
Algunos partidos políticos habían mostrado su oposición al acuerdo antes de la votación. Sin embargo, según el portal de noticias Ynet, los ministros de Otsmá Yehudit, del titular de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, habrían votado en contra. El titular de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, anunció que sus ministros de Sionismo Religioso cambiaron su opinión y votaron a favor al ser convencidos de que la presión para erradicar a Hamás continuaría después de la tregua.
Netanyahu afirmó que el acuerdo incluye visitas de la Cruz Roja a los rehenes que no serán liberados, así como medicamentos. Además, agregó que esta tregua no significa el fin de la ofensiva israelí en el enclave.
“No detendremos la guerra después del alto el fuego (…) Es una tontería sugerir que detendremos la guerra después del alto el fuego para devolver a los rehenes. Me gustaría dejarlo claro: estamos en guerra y continuaremos la guerra hasta que logremos todos nuestros objetivos: eliminar a Hamás, devolver a todos los rehenes y desaparecidos y garantizar que no habrá ninguna amenaza para Israel en Gaza”, dijo.
Insistió en dejar claro que estamos en guerra y la continuaremos hasta que logremos todos nuestros objetivos: eliminar a Hamas, devolver a todos los rehenes y desaparecidos y garantizar que no habrá ninguna amenaza para Israel en Gaza.
La ministra de Inteligencia, Gila Gamliel, despejó cualquier duda acerca de cómo entiende el gobierno de ultraderecha el fin de cualquier amenaza para Israel: llamó a expulsar a todos los palestinos de Gaza y promover su reasentamiento voluntario en países de acogida, es decir, a desaparecer esa parte de Palestina.
Dos terceras partes de los 2.4 millones de habitantes de la franja ya fueron desplazados por los bombardeos genocidas de las fuerzas armadas israelíes, y 80 por ciento de los gazatíes son refugiados o descendientes de los 760 mil palestinos cuyas tierras fueron robadas para crear el Estado de Israel en 1948, por lo que la propuesta del partido Likud significa culminar el despojo comenzado hace 75 años.
Antes del inicio de la actual operación de exterminio, Israel mantenía a cinco mil rehenes (eufemísticamente llamados prisioneros) palestinos en su poder, y la cifra se ha duplicado desde entonces. En las últimas semanas, Tel Aviv ha secuestrado a cuatro mil trabajadores gazatíes que se encontraban en Israel en el momento del ataque lanzado por Hamas, además de abducir a más de un millar de personas en redadas en Cisjordania y Jerusalén Este.
Si bien se ha producido un alivio por la puesta en libertad de una parte de los civiles secuestrados por ambos lados, lo urgente es un cese completo de la limpieza étnica perpetrada contra el pueblo palestino.
También el reconocimiento por parte de Israel de que la única salida realista, legal y apegada a los derechos humanos para los problemas de inseguridad que padecen sus ciudadanos a causa de la resistencia palestina al despojo colonialista pasa por el establecimiento del Estado palestino y la devolución de tierras de acuerdo con las fronteras de 1967, tal como lo ha determinado la comunidad internacional a través de una serie de resoluciones de Naciones Unidas.
La Unión Europea, que ha sido incapaz en este tiempo de consensuar una postura común con respecto a su papel en el conflicto, ha manifestado su “gran satisfacción” por la tregua. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció que la UE aprovechará esta pausa para lleva a la franja una “oleada humanitaria”.
Precisamente, este jueves inicia un viaje oficial a la zona el presidente de turno de la Unión Europea, el español Pedro Sánchez, en su primera gira tras ser investido presidente la semana pasada, quien visitará Israel, Palestina y también Egipto. Uno de los objetivos de Sánchez en su visita será avanzar en la celebración de una Conferencia Internacional de Paz, que acogería España en un plazo de seis meses.
*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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