Bolivia en riesgo de ingobernabilidad
Boris Acosta Reyes
Jerges Mercado, presidente de la Cámara de Diputados de Bolivia, advirtió sobre el riesgo de ingobernabilidad si el Gobierno no logra asegurar apoyo en la Asamblea Legislativa e incluso señaló su temor por un adelanto de las elecciones: la estabilidad depende de las decisiones que tomen los legisladores en los próximos días, aseguró.
La Asamblea Legislativa está sumergida en desencuentros en la aprobación de leyes de iniciativa del Gobierno y la misma conformación de directivas para la legislatura 2023-2024. El Movimiento al Socialismo (MAS) quedó dividido entre quienes apoyan al expresidente Evo Morales, que aspira a un nuevo mandato, y el actual jefe de Estado, Luis Arce.
Si Luis Arce no sufre un gran desgaste o no es desalojado del gobierno hasta 2024, lo más probable es que sea el político mejor posicionado en la intención de voto. La amenaza a la estabilidad democrática y del gobierno, parece ir dirigida a romper la unidad del MAS y cercenar la posible candidatura de Arce a la reelección.
“Si los grupos radicales, podríamos llamarlos conservadores del ala evista, y la derecha más reaccionaria consiguen unirse y tomar el control de las cámaras, como Gobierno estamos frente a un escenario donde tenemos un presidente cautivo”, dijo Mercado.
El legislador recordó que en el pasado estos escenarios derivaron en ingobernabilidad. “Ocurrió antes, por ejemplo, con Hernán Siles Zuazo. También con Carlos Mesa, que nunca pudo conformar su bancada y terminó con un levantamiento en las calles. Al no tener apoyo en las cámaras de Diputados y Senadores, terminó también yéndose”, reflexionó.
Si el Gobierno no logra el apoyo que requiere entre los legisladores, Mercado prevé que “van a haber dos caminos: o hincarse ante ellos o inclusive precipitar un adelanto de las elecciones o una sucesión presidencial. Esto es así, porque manejar el Ejecutivo, teniendo en contra a las dos cámaras, es muy difícil”, advirtió.
De momento no está claro cual de los dos dirigentes podrá quedarse con las siglas del exitoso MAS, pero estar en el poder y tener en sus manos los presupuestos públicos da ventaja a Arce. La ventaja que Morales podría tener en el indigenismo puede verse contrarrestada por la bandera que igualmente enarbola el vicepresidente de Arce, David Choquehuanca,
El diputado orureño Juan José Jáuregui consideró que aún no se han agotado instancias. “No comparto ese escenario de adelantar un proceso electoral porque creo que aún no se ha agotado los escenarios de una construcción de consensos por voluntad de los legisladores o por presión de los sectores sociales. “Luego de que se transite ese escenario, podríamos hablar de otro de esta naturaleza”, señaló.
Mientras, el presidente de la Cámara de Senadores, Andrónico Rodríguez, hizo un repaso a la fractura del Movimiento Al Socialismo (MAS) y dijo que no hay salida a la crisis, aunque necesidad de sincerarse entre sí. “Digámonos de frente qué es lo que está generando conflicto” en el partido, añadió.
Rodríguez, allegado al expresidente Evo Morales (2006-2019), consideró que en la democracia interna del partido de gobierno sus correligionarios deben “perder el miedo, pero no el respeto”. “Yo digo, con todos sus defectos, Evo merece mucho respeto por lo que significa en la historia del país”, afirmó el senador.
Andrónico denunció que hay funcionario del gobierno del presidente Luis Arce empeñados en “atacar” a Morales. Nuestro gobierno debe tomar en cuenta “con mucha seriedad” que, “en la medida en que comienzan a atacar de manera planificada a Evo, como si el enemigo principal es Evo”, se afecta al partido.
“El proceso de cambio, definitivamente, el MAS, se ponen en cuestión y en riesgo cuando empezamos a generar este conflicto de debates entre luchistas y evistas, alas radicales y renovadoras”, cuestionó Rodríguez, promovido a la reelección en la presidencia de la Cámara de Senadores, funciones a las es posible que acceda por cuarta vez consecutiva en tres años.
El presidente Arce está enfrentando desde el principio de su mandato una “guerra híbrida” a doble banda, intensa y sostenida: de una parte de la derecha, que llevó adelante un golpe de Estado en noviembre de 2019; y desde “adentro”, desde los que sienten predestinados a ser ministros toda la vida, señala un editorial de La Época.
Los primeros reaccionaron con la violencia ante la cruzada contra la impunidad que se tradujo con las detenciones de Jeanine Áñez, Marco Antonio Pumari, Luis Fernando Camacho y otros. Los segundos, motivados por la incomprensión de la modificación de lo que el sociólogo Fernando Mayorga llama “el mapa de poder organizacional del MAS-IPSP”, añade.
“Algunos no están de acuerdo con lo que expreso”, pero hay que decirlo, “el enemigo natural del político es el otro político” y no se entiende que “luchistas y evistas estén peleando de todo y nada”, lamentó.
En este escenario de división oficialista, la oposición tendría una oportunidad para obtener el triunfo que no logró en 2020. Pero siguen las divisiones internas y los personalismos y no aparece el candidato que pueda juntar a la derecha y los intereses regionalistas.
*Sociólogo y periodista bolivano, colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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