La gran estafa de los fondos buitre y la Corte Suprema estadounidense
Claudio della Croce
La congresista estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez acusó a un juez de la Corte Suprema de ese país de haber fallado en contra de Argentina en la causa de los fondos buitre por negocios personales. Paul Singer, uno de los multimillonarios que se benefició con el fallo, financió viajes de lujo y gastos descomunales del magistrado.
Una verdadera estafa que vuelve a demostrar la necesidad de rechazar los pagos de la deuda externa si realmente se pretende defender la soberanía. la finalidad de este tipo de fraudes:obtener ganancias multimillonarias atando a países dependientes como Argentina a una espiral interminable de deuda, condicionando sus decisiones económicas y políticas.
Un mecanismo de dominación imperialista: de esa manera se va haciendo del control de distintos recursos estratégicos ante la necesidad de los Estados de conseguir dólares para afrontar deudas impagables.La denuncia de la congresista expone como opera el lobby de magnates multimillonarios como Singer para conseguir fallos a su medida y obtener ganancias siderales en disputas consideradas como «de alto riesgo».
Ahora se puede entender bien porqué fueron bautizados como fondos buitre: invierten comprando títulos de deuda pública a muy bajo costo, en países que se encuentran ahogados económicamente, y luego litigan en tribunales internacionales buscando obtener el total del valor de esos bonos, quedándose con porcentajes incalculables a su favor.
El mecanismo demuestra la estafa que representan, quedándose con fondos millonarios que se van por la ventanilla de la deuda en vez de ser invertidos en salud, educación, vivienda y trabajo para dar respuesta a las necesidades populares.
El caso es escandaloso por todos lados y muestra la complicidad que existe entre el Poder Judicial de EEUU y el poder económico, y cómo éste influye en casos tan determinantes como el de los fondos buitre. En marzo de 2016, a meses de asumir el neoliberal Mauricio Macri la presidencia argentina, el Congreso terminó convalidando el pago del 100% de lo reclamado por los buitres.
«Tenemos una corrupción extraordinaria y una compra al por mayor de miembros de la Corte Suprema», dijo la congresista. Alito fue uno de los jueces que en 2014 falló en contra de la Argentina en favor de Singer, que embolsó 2.400 millones de dólares. «No fue una mala ganancia luego de la inversión en aquel viaje de pesca», dijo Ocasio-Cortez, tras mostrar una foto sonriente de los pescadores Alito y Singer que certifica el conflicto de intereses.
Desde sectores populares argentinos -incluso desde el kirchnerismo- se ha impulsado la necesidad de desconocer la deuda que ha sido tomada para beneficiar a un puñado de ricos a costa del empobrecimiento de millones de trabajadores.
Tras conocerse la denuncia, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner difundió el discurso de Ocasio-Cortez en sus redes sociales y señaló: «Que no te mientan más. Es así cómo se logran, en el Poder Judicial de EEUU, fallos a favor de Fondos Buitre y en contra de la Argentina, tu país». Al final de su última presidencia, Cristina Kirchner criticó en varias oportunidades el fallo del juez Thomas Griesa a favor de los fondos buitre.
“Hay tres cosas que no se pueden ocultar por mucho tiempo: el sol, la luna y la verdad”. La batalla contra los buitres tiene larga data. La batalla contra los buitres no es actual y la Argentina la sufrió en otras oportunidades, cuando litigaron contra el país reclamando el pago de bonos que habían entrado al default de 2001. En 2012 un fallo del juez de Nueva York, Thomas Griesa, inclinó la balanza a favor de los fondos buitre al tomar la decisión de que Argentina debía pagar el valor total de los bonos.
El fondo buitre de Singer, NML, por ejemplo, celebró ese fallo porque implicaba obtener un retorno total de 1500 por ciento de su inversión inicial, producto de los bajos precios que pagó por la deuda en default y por la tasa de compensación del 9 por ciento bajo las leyes de Nueva York.
Argentina se negó a pagar ese fallo, a pesar de la fuerte presión del lobby financiero internacional. Los fondos buitres intentaron todo tipo de maniobras para para presionar al país, lo que incluyó la detención temporal de la fragata Libertad, el buque insignia de la Marina argentina, en un puerto de Ghana
Lehman… y después Ocasio Cortez
El ‘crash’ del banco estadounidense Lehman Brothers en 2008, que provocó la Gran Recesión, desnudó la vulnerabilidad de los Estados y sus economías ante la insostenible y creciente magnitud de unos gigantes financieros que ignoraron todos los riesgos. Desató una cascada de crisis de ámbito planetario al socaire de las hipotecas subprime.
El capítulo tras la crisis fue el de las consecuencias, tremendas para amplias capas de las clases medias y bajas de occidente que fueron perdiendo sus viviendas y/o viendo cómo se volatilizaban sus ahorros pero no tanto para los responsables de los bancos y entidades financieras que desataron el crash.
Ni tampoco para los responsables de los gobiernos y organismos de regulación, especialmente la Secretaría del Tesoro y la Reserva Federal de EEUU, que o no lo vieron venir o no entendieron lo que venía. La tercera opción es que no quisieron entenderlo, quizás por temor a la magnitud del desaguisado que debían afrontar.
«Nadie debería poder comprar la Corte Suprema, pero eso es exactamente lo que está sucediendo», señaló Ocasio-Cortez, quien difundió en su cuenta de Twitter un pequeño fragmento de su intervención en la Cámara de Representantes de EEUU exponiendo la corrupción y los distintos vínculos que unen a miembros de la Corte Suprema con empresarios multimillonarios que se ven beneficiados por sus fallos.
Pero en particular, la congresista demócrata apuntó contra uno en especial: el juez Samuel Alito, encargado de fallar en contra de Argentina en la causa que favoreció a los fondos buitre en 2014 y condenó al Estado argentino por la suma de 2.400 millones de dólares.
La denuncia de Ocasio-Cortez, de ascendencia puertorriqueña, se basa en una investigación realizada por ProPublica, una organización sin fines de lucro que se dedica al periodismo de investigación y que difundió el caso del juez Alito en junio pasado con un detallado informe.
En el informe se señala que: «A principios de julio de 2008, Samuel Alito se encontraba en la orilla de un río en un rincón remoto de Alaska. El juez de la Corte Suprema estaba de vacaciones en un lujoso albergue de pesca que cobraba más de 1.000 dólares al día, y después de pescar un salmón real casi del tamaño de su pierna, Alito posó para una fotografía”.
“A su izquierda, un hombre estaba radiante: Paul Singer, un multimillonario de fondos de cobertura que ha pedido repetidamente a la Corte Suprema que falle a su favor en disputas comerciales de alto riesgo», añadía ProPublica.
El informe, retomado por Ocasio-Cortez en su discurso, expone la relación entre el Alito y el magnate. En ese “viaje de pesca” el juez voló en un avión privado que habría costado más de 200.000 dólares, algo que no incluyó en sus declaraciones financieras que establece la ley.
En los años siguientes «el fondo de cobertura de Singer acudió a los tribunales al menos diez veces» y se refiere a la disputa entre Singer y Argentina: «En 2014, el tribunal acordó resolver una cuestión clave en una batalla de una década entre el fondo de cobertura de Singer y la nación Argentina. Alito no se recusó del caso y votó con una mayoría de 7 a 1 a favor de Singer. Al final, el fondo de cobertura recibió 2.400 millones de dólares».
*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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