Elecciones en Ecuador, entre hartazgo, apatía y -sobre todo- miedo
Eloy Osvaldo Proaño
Los ecuatorianos elegirán presidente el 15 de octubre conmocionados por la violencia, los crímenes y en medio de un profundo desgaste por el ruido político al que ha estado sometido desde el 2020, en el que el país ha pasado de una campaña electoral a otra.
Las iniciales expectativas de hallar una alternativa distinta a las élites protagonistas de la reciente trifulca entre el Gobierno del banquero-presidente Guillermo Lasso y la Asamblea Nacional se disiparon, y el campo popular no elevó su caudal de votos. La segunda vuelta de las elecciones anticipadas será la versión 2.0 del balotaje del 2021, nuevamente el correísmo se enfrentará al fracasado neoliberalismo.
Son dos opciones con ideologías opuestas, González es la opción de la Revolución Ciudadana del expresidente Rafael Correa, que se define de izquierda progresista, aunque tanto el partido como la candidata, han mostrado una postura conservadora en temas como el matrimonio LGBTI y el aborto por violación. Noboa, por su parte, se define de centro derecha, pero representa a los más ricos.
El correísmo tiene a su favor las 48 alcaldías que consiguió en las elecciones regionales de febrero, incluidas las ciudades más grandes como Quito y Guayaquil, y captó un importante espacio con las prefecturas que lideran las provincias. Pero Luisa González tiene que demostrar liderazgo propio, no solo que pertenece a un partido político. El correísmo busca subir su techo de votantes (tuvo un 33% en la primera vuelta) entre los jóvenes y los indecisos.
Daniel Noboa (con un 23% de los votos en la primera vuelta) es hijo de Álvaro Noboa, quien llegó tres veces a la segunda vuelta de las cinco ocasiones que se postuló a la Presidencia. Es un apellido que lleva todo este siglo en la papeleta. Daniel volvió a tomar el jingle representativo de la campaña de su padre por los recuerdos que genera.
En los últimos días, Ecuador es testigo de una preocupante ola de violencia que ha perturbado la paz y la estabilidad en el país: el asesinato del alcalde de Manta y del candidato a la presidencia Fernando Villavicencio, los coches bomba detonados, los asaltos, las “vacunas” y otros hechos relacionados muestran cómo está el país. Ninguno de los dos candidatos representa el imaginario de mano dura en la lucha contra la inseguridad.
A propósito de la ventaja electoral -dentro de la derecha- lograda por Daniel Noboa en la última elección presidencial, se ha destapado en las redes una ruidosa campaña afanada en ubicar a esta familia como baluarte del sacrificio y el trabajo.No es una cruzada inocente; es una campaña tiene componentes ideológicos y políticos definidos y busca apuntalar la naturaleza de un sistema social podrido.
“Heredé de mi padre la pobreza”, ha dicho Luis Noboa Naranjo, abuelo del candidato Daniel Noboa. Dizque vendía lotería y anunciaba peleas de box y que ganó su primer millón exportando arroz en el barco Río Iguazú, el año 1941, pero no ha contado nunca como ganó los siguientes millones. Lo cierto es que los Noboa vienen de una cuna vinculada a encopetadas familias de la aristocracia.
Con ellos comparten relaciones de sangre e intereses económicos afines con la banca, el comercio y la renta. Así, el cuarto abuelo de Daniel Noboa, Diego Noboa Arteta, fue presidente de la república el año 1850.
Hoy, obviando los abusos contra los trabajadores y el odio feroz entre hermanos por quedarse con la fortuna que dejó Luis Noboa, la publicidad señala que le tienen aversión porque es rico, joven, guapo, talentoso, y olvidan que los Noboa debe al fisco más de noventa millones de dólares.
Para recordar: en 1939 el abuelo del candidato Noboa se vio involucrado en el turbio negocio de una carga de oro que iba al Perú. En 1968 Asaad Bucaram, alcalde de Guayaquil clausuró el muelle que la familia Noboa tenía en la orilla del río Guayas por porque no pagaba impuestos.
El abuelo Noboa aplicó la desleal practica del dumping en perjuicio de la exportadora de banano ecuatoriana Tropical Fruit, para favorecer a la extranjera Standard Fruit. En 1964 el gobierno clausuró la piladora de la familia Noboa, argumentando que estaba en negocios turbios con el arroz.
En 1974 la dictadura de Rodríguez Lara, acusó a Noboa de evadir impuestos, lo obligó a pagar y encarceló a uno de sus empleados, León Febres Cordero. Esto asustó al “patriota” Noboa Naranjo que fue a radicarse en los EE.UU., pues en 1944 ya había pisado la cárcel como consecuencia de la asonada del 28 de mayo de ese año.
Un sistema judicial con algunos (quizá muchos) jueces corruptos al servicio de la delincuencia, es una amenaza para la justicia y reduce la confianza en el sistema de judicial. En Ecuador, el 82 % de las causas judiciales quedan impunes. En las filas policiales se encuentran narcos generales y policías involucrados en las mafias delincuenciales, un flagelo que socava la credibilidad en quines deben proteger y tutelar los derechos de los ciudadanos.
El analista Jaime Chuchuca señala que en política no hay coincidencias, sino planes secuenciales de distintas fuerzas. La reciente denuncia de La Posta, al gobierno del banquero-presidente Guillermo Lasso, por su complicidad en la persecución a periodistas y policías, por el caso el Gran Padrino; además de ocultar información de atentados contra Fernando Villavicencio, son parte de este entramado de motines y atentados institucionales, señala en Opción
Luisa González y Daniel Noboa, que fueron parte de la Asamblea Nacional cesada, con una acción parlamentaria deslucida, representan a esos proyectos ideológicos y económicos que quieren ser gobierno. El voto del próximo 15 de octubre será emocional ante el hartazgo, la apatía y el miedo
*Analista e investigador ecuatoriano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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