Teoría de los dos demonios, un pasado ocultado y la reparación a víctimas de la guerrilla
Nicolás Centurión
La cámara de Diputados aprobó un proyecto de reparación a víctimas sólo de los tupamaros. La iniciativa, presentada por el Poder Ejecutivo del derechista Luis Lacalle y vitoreada por la formación de ultraderecha Cabildo Abierto, volverá al Senado con las modificaciones pertinentes.
Para el centroizquierdista Frente Amplio se trata de una reedición de la «teoría de los dos demonios», al no contemplar la violencia de los grupos de ultraderecha.
El texto establece una «indemnización moral, social y económica» a víctimas de grupos armados entre el primero de enero 1962 y el 31 de diciembre de 1976. La reparación moral consiste en “la construcción de uno o varios memoriales dirigidos a las víctimas que enaltezcan y visibilicen su consideración como tales, sean estas civiles, militares o policiales”.
Además de hacer un corte histórico bastante antojadizo y polémico, no contempla la violencia de la ultraderecha. El texto, que ya contaba con la media sanción del Senado desde diciembre de 2022, recibió 50 votos oficialistas de los 93 diputados presentes en la sesión, que culminó el miércoles a primera hora de la madrugada.
En cuanto a la reparación social, el proyecto establece que se “deberán adecuar los programas, libros de texto y todo recurso educativo abierto referidos a la temática en cuestión, a los efectos de darle cabida al relato de las víctimas o de sus herederos, cónyuges o concubinos supérstites acerca de sus vivencias respecto del acaecimiento de los hechos o actos que dieron origen a su calidad”.
Sobre las reparaciones económicas propone diferentes cuantificaciones en las indemnizaciones o pensiones que pueden ir desde las 100.000 unidades indexadas “por menoscabo de un derecho” hasta las 500.000 unidades indexadas por única vez o una pensión especial de 10.000 unidades indexadas “por fallecimiento”.
Además, se crea “la Comisión para la Reparación de las Víctimas de Bandas o Grupos Armados de Carácter Ideológico, la que funcionará en la órbita de la Presidencia de la República” y tendrá como cometido “atender y dar por probadas las calidades de los beneficiarios”.
Líderes del Frente Amplio e investigadores del Instituto de Ciencias Históricas de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación cuestionaron el proyecto, señalando que su redacción comprende solo a las acciones de la guerrilla urbana marxista del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) y excluye a grupos armados de ultraderecha, como los «Escuadrones de la muerte», que también operaron en los años 60.
El General tiene a quien escribirle
«Al fin el proyecto que presentamos en la Cámara de Senadores, con algunos cambios en Diputados, fue aprobado en esta Cámara», publicó en su cuenta de Twitter el excomandante en jefe del Ejército y actual senador Guido Manini Ríos, líder de Cabildo Abierto y agregó «medio siglo después empieza a hacerse justicia histórica».
Manini Ríos no es ningún incauto y menos improvisado. Utilizar el verbo “empezar” no es arbitrario ni azaroso. Es un terrón más en el latifundio que la derecha viene abonando desde hace décadas a la teoría de los demonios. Uno de sus mayores exponentes es el dos veces presidente Julio María Sanguinetti, integrante del Partido Colorado, que fuera el partido político impulsor del golpe de Estado con Juan María Bordaberry a la cabeza.
Sanguinetti y uno de los hijos del ex dictador, Pedro Bordaberry; son las dos personas con mayor intención de voto dentro del Partido Colorado de cara a las elecciones del 2024. En este contexto, 50 años después los dinosaurios se esfuerzan en pervivir.
Pero volvamos un poco antes del 62, mojón que plantea el proyecto de ley.
República Oriental del Farenheit
En 1955 el poeta uruguayo Washington Benavides editó con dinero propio su primer libro, Tata Vizcacha, compuesto por poemas que describían a varios personajes “ajustados a la ‘moral’ vizcachera del acomodo” de su Tacuarembó natal. El libro generó tal revuelo que casi todos sus ejemplares terminaron en una hoguera en la plaza de la ciudad.
Ese mismo año, el 17 de setiembre, durante el desarrollo de una asamblea de trabajadores y vecinos del barrio que se realizaba en la calle, salieron de Ferrosmalt (una de las más importantes empresas metalúrgicas del Uruguay que se dedicaba a la fabricación y armado de electrodomésticos) seis camiones con unos doscientos rompehuelgas de la empresa, protegidos por efectivos policiales.
Desde los camiones comenzaron a disparar y una bala hirió mortalmente a María del Carmen Díaz y de forma más leve a otra mujer, Piñeyrúa de Falero y su hijo. María del Carmen Díaz tenía 42 años y era madre de ocho hijos.
El 28 de marzo de 1956, muere Ruben Palao, primer mártir de la industria frigorífica, a raíz de una huelga de hambre. Era prosecretario del Sindicato Unión Obrera Castro. César “Coco” Muñoz, obrero del Frigorífico Nacional, falleció a finales de 1957 apuñalado por cuatro rompehuelgas.
En 1955 los metalúrgicos lanzaron una huelga y en 1956 paró el gremio de la industria de la carne a partir de una movilización de los obreros de Fray Bentos, que organizaron una marcha hacia Montevideo. En 1957 esa huelga se repitió y se sumó a ella la de los trabajadores arroceros. Estos marcharon del departamento de Treinta y Tres hacia la capital. A la vuelta fueron reprimidos brutalmente por el ejército y la policía, lo que dejó como saldo 200 despidos y listas negras de trabajadores.
Por la reciente liberación de los Archivos del Terror, se volvió a confirmar el espionaje en democracia posdictadura, pero también se encontraron archivos de espionaje en democracia predictadura. Tal es el caso sufrido por los trabajadores de la remolacha (azucareros) en el departamento de Paysandú en 1958.
En sus memorias, Philip Agee (ex agente de la CIA) se refiere a las estrechas relaciones de la agencia estadounidense con los servicios de inteligencia policial y militar uruguayos, lo cual es refrendado por Howard Hunt, jefe de la base montevideana entre 1957 y 1960.
El 1958 es un año histórico para el movimiento popular, ya que se promulga la Ley Orgánica de la Universidad de la República. Entre otras cosas consagra el cogobierno de estudiantes y su autonomía de cualquier gobierno. Dicha ley no estuvo exenta de lucha donde corrió sangre. Las famosas marchas bajo la consigna “Obreros y estudiantes, unidos y adelante” fueron reprimidas ferozmente el 21 de agosto y primero de setiembre.
En 1959 asumió un gobierno colegiado, integrado en su mayoría por integrantes del Partido Nacional, que hoy lidera la coalición derechista gobernante. Las listas nacionalistas para integrar el Consejo Nacional de Gobierno en 1958 incluían una unión entre ruralistas y “herreristas”, las dos alas más conservadores del Partido Nacional.
Allí, por ejemplo, se encontraba Benito Nardone (agente de la CIA) quien en 1961 declaró que ya era hora de que “los militares debían hacerse cargo del gobierno”, y el escribano Faustino Harrison, que acuñó la famosa frase “a la democracia hay que darle unas vacaciones”.
Este colegiado abrió las puertas de Uruguay al Fondo Monetario Internacional (FMI) firmando la primera carta de intención. La apuesta a la liberalización de la economía inauguró una década que, en su primera mitad, se caracterizó por la profundización de la crisis económica y una intensa movilización social.
Ese mismo año se puso en marcha el “Plan Ortiz”, en alusión al ministro de economía que lo diseñó. Las consecuencias: espiral inflacionario, devaluación y aumento del coste de vida.
Walter Motta era un joven trabajador del Frigorífico Nacional que murió asesinado en 1961 por dos tiros por un policía, en lo que ellos llamaban “asonada”. En 1669 muchos obreros habían sido expulsados del Frigorífico Nacional, por su lucha por la restitución al trabajo, exigiendo la votación de una ley que los amparara.
En 1960 bandas fascistas atacan con disparos la sede de la Universidad de la República. Ese año y el siguiente se suceden varios ataques a locales identificados con el Partido Comunista del Uruguay (PCU). Por ejemplo a fin de año, en un festejo del diario comunista El Popular, fue dispersado a balazos.
El 17 de agosto de 1961, el “Che” Guevara realizó su intervención en el Paraninfo de la Universidad de la República, donde terminó señalando que en el Uruguay todavía había condiciones para desarrollar las luchas populares en los marcos de la democracia reinante y advirtió que cuando se dispara el primer tiro nunca se sabe cuándo es el último.
Bueno, esa misma noche, en un intento de magnicidio contra Ernesto Guevara, una bala fue a parar a la humanidad del profesor Arbelio Ramirez.
En el 62 los atentados se sostienen y debido a un incendio provocado en un local del PCU, fallece Olivio Raúl Píriz, de tan solo 5 meses de vida, hijo de los serenos de dicho local. En julio del mismo año, un grupo-comando neo-azi secuestró a la militante Soledad Barrett y quiso forzarla a gritar consignas contrarias a sus convicciones.
– Grite ¡Viva Hitler!, a lo que Soledad respondió con “Muera Hitler”.
– Grite ¡Muera Castro!, y la joven respondió con “¡Vivan Castro y la Revolución Cubana!”.
Tras el intento fallido, los secuestradores de Soledad le marcaron una esvástica en su cuerpo con una navaja y la arrojaron encapuchada a la calle.
En 1963 en Uruguay surgen las primeras organizaciones armadas. Ese mismo año se formó el Coordinador, un grupo de autodefensa contra las bandas fascistas de la época y que fuera la proto-organización que a la postre se llamaría MLN- Tupamaros. Recién en enero de 1966, esta organización tendría su primera convención y sus militantes pronto tuvieron que pasar a la clandestinidad.
En 1964 quiebra el Banco Regional y al año siguiente el Banco Transatlántico es intervenido y se decreta la clausura del mismo. De allí se desprende el affaire de “las bolsas negras”, donde se encontraron créditos especiales concedidos a varias personalidades políticas.
Raúl Denis fue el quinto mártir de la industria de la carne. Falleció en el año 1964 a manos de un “carnero” (rompehuelga) que junto a otros de su misma condición, habían usurpado los lugares de trabajo de los compañeros de carga y descarga. Era trabajador del Frigorífico Nacional.
En 1967, por conflictos en el puerto y el correo, estos entes fueron militarizados por orden del gobierno del Partido Colorado. El primero de mayo, Día de los Trabajadores, fue prohibida una manifestación organizada por la Central Nacional de Trabajadores (CNT) por 18 de julio, la principal avenida montevideana. Doce sindicalistas bancarios fueron presos por participar de una huelga. El 9 de octubre el gobierno decretó medidas prontas de seguridad, clausurando el diario El Popular, el semanario Marcha y Verdad, publicado por los huelguistas de la industria gráfica.
Pero el garrote no venía solo al lomo sino al bolsillo también. Entre agosto de 1967 y julio de 1968, los precios al consumidor crecieron un 182%. El salario real del conjunto de los trabajadores era, entre 1961 y 1966, el 80% del de 1957, fecha que registró el pico más alto del salario en el siglo; descendió al 76% en 1967, para bajar abruptamente al 61% en el primer semestre de 1968.
Cuando el gobierno impuso la congelación de precios y salarios, en junio de 1968, el salario real era de apenas el 53% del de once años atrás, siendo los funcionarios estatales los más perjudicados, ya que percibían apenas un tercio del salario de 1957.
En 1968 la ofensiva de las clases dominantes treparía un peldaño más. Una de las primeras medidas del gobierno de Jorge Pacheco Areco fue solicitar 25 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional y 20 millones al Banco Interamericano de Desarrollo. Uruguay nuevamente caía en los brazos del FMI.
Durante el mandato de Pacheco Areco se censuraron medios de prensa como el diario Época, dirigido en su momento por el escritor Eduardo Galeano, o también el semanario socialista El Sol, y se prohibieron partidos políticos como el Partido Socialista.
El 13 de junio de 1968 Pacheco citó a su gabinete, aseguró que las movilizaciones de estudiantes eran una «punta de lanza», de una «revolución internacional en ciernes», que Uruguay «corría el riesgo de quedar asfixiado económicamente», y había que tomar decisiones drásticas.
Así fue que decretó las medidas prontas de seguridad y gobernó mil 117 de mil 541 días con esta política. El 14 de agosto terminó muriendo -luego de que una bala disparada por la policía le atravesara la pierna el 12 de agosto-, Liber Arce, el primer mártir estudiantil. Lamentablemente la lista se engrosaría hasta 1973 con los nombres de Hugo de los Santos, Susana Pintos, Heber Nieto, Julio Spósito, Íbero Gutierrez, Santiago Rodríguez Muela, Joaquín Kluver, Ramón Peré, Nibia Sabalsagaray y Walter Medina.
En 1968 se militarizaron también los ente autónomos (estatales) de la energía, del agua y de los combustibles (UTE, OSE, ANCAP) y las telecomunicaciones. Entes a Pasaron por la cárcel ,il 614 obreros, según una alocución del senador Oscar Andrade en el parlamento.
El gobierno levantó las medidas de seguridad el 15 de marzo pero las reimplantó el 24 de junio. En enero fue muerto un obrero municipal durante una manifestación de estatales y en abril comenzó la huelga de toda la industria frigorífica (14.000 obreros), la más importante del país y el sector laboral con mayor capacidad de movilización.
El 21 de enero de 1969, Arturo Recalde, obrero municipal, participaba de una manifestación de trabajadores frente al ministerio de Economía, . Un coronel retirado del ejército, Camilo Rodríguez Fernández, arremete contra los manifestantes y dispara a los trabajadores hiriendo mortalmente a Recalde.
Un informe de una comisión parlamentaria, integrada por Colorados y Blancos, por unanimidad confirmó que en Uruguay se torturaba en democracia. Recordemos que el Frente Amplio no existía, recién se fundaría en 1971 y al país lo gobernaban partidos tradicionales desde su fundación.
En 1971 las elecciones nacionales estuvieron teñidas de violencia política. Hasta el día de hoy se denuncia el fraude por parte del Partido Colorado contra el Partido Nacional y sobre todo contra la figura del candidato Wilson Ferreira Aldunate. Por supuesto, el propio fraude es un atentado contra la democracia. Pero también atentan contra el candidato frentista, el general Liber Seregni, y un niño muere también a raíz de un atentado en Rocha y fallece otro obrero frigorífico en el barrio Cerro.
1971 se transforma tristemente en el año donde se da cuenta del primer desaparecido en democracia: Abel Ayala, estudiante de medicina, el 17 de julio. Se presume que pudo haber sido secuestrado por algún grupo parapolicial «Escuadrón de la muerte»- «Comando Caza Tupamaros Óscar Bargueño» en coordinación con la Dirección Nacional de Información e Inteligencia, ya que pocos días luego de su desaparición ese grupo tortura y asesina al estudiante Manuel Ramos Filippini.
El año 1972, uno de los más cruentos y antesala del golpe cívico-militar, dejó masacres a su paso. Por ejemplo los mártires de la seccional del PCU, con ocho asesinatos por parte de las fuerzas represivas a la luz del día y en plena vía pública; Las muchachas de abril, tres muchachas acribilladas por las fuerzas “del orden”.
Y así podríamos con bandas parapoliciales, escuadrones de la muerte, bandas fascistas, la Juventud Uruguaya de Pie (JUP) fundada nada más y nada menos que por el hermano del actual senador Guido Manini Ríos.
Este mismo senador, ex militar que dice que se “empezó” recién ahora -con este proyecto de ley reparatorio de las víctimas de la guerrilla-, a hacer justicia. El mismo que decidió omitir gran parte de la historia e incluso tuvo el tupé de acusar al pueblo uruguayo de no manifestarse contra la dictadura, en pleno parlamento.
Un pueblo uruguayo que ya le estaba poniendo el pecho a las balas y más. Todo esto en una supuesta democracia, según la derecha y que los malvados Tupamaros se levantaron un día y de buenas a primeras destruyeron la inmaculada y pacífica sociedad uruguaya. Lo que la derecha y la ultraderecha nunca aclaran es por qué sucedió el golpe de Estado en 1973 si la guerrilla armada estaba presa, asesinada, desaparecida o exiliada en su enorme mayoría.
Nunca contestan la justificación del golpe de Estado, por qué si supuestamente era una guerra entre Ejército y Tupamaros, torturaron, asesinaron, violaron, robaron, secuestraron, desaparecieron y ejecutaron tantas vejaciones a simples trabajadores y trabajadores, sindicalistas, militantes sociales y cualquiera que osara levantar la voz contra el régimen.
Allí, la derecha culta y patricia, que tanto se jacta de la ilustración y la educación, se escuda en la amnesia e intenta olvidar inmensos retazos de historia.
El espejismo de la democracia
La tacita de plata del Río de la Plata, el Uruguay de las vacas gordas, ese Uruguay donde pareciera que entre la dictadura de Gabriel Terra (1933) y del golpe cívico-militar de 1973 no pasó nada. Salvo unos trasnochados guerrilleros que en 1964 iniciaron acciones armadas. Pero pareciera que no pasa nada, ni escuadrones de la muerte, ni bandas fascistas, ni logias militares (perdón la reiteración), ni la Doctrina de Seguridad, ni el FMI con sus recetas de austeridad y sus políticas hambreadoras.
Pareciera que tampoco hubo gobiernos cipayos, Plan Cóndor ni un plan sistemático de ajuste a la clase trabajadora, que hasta el día de hoy no se recupera. La derecha se empeña en reescribir la historia con las mismas manos manchadas de sangre con las que intenta olvidar los trabajadores que asesinó.
* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP).Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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