Petro y el ELN firmaron en Cuba un cese al fuego por seis meses
Elmer Pineda dos Santos
El gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) firmaron en La Habana un acuerdo de cese al fuego nacional y temporal de seis meses, en presencia del presidente Gustavo Petro, del jefe máximo de esta guerrilla, Antonio García y del mandatario cubano Miguel Díaz-Canel, las delegaciones del Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) que toman parte en los diálogos de paz concluyeron el tercer ciclo de negociaciones y firmaron los Acuerdos de Cuba.
.El objetivo de fondo para Petro es alcanzar «la paz total». Este podría ser un principio de acuerdo a largo plazo que lleve a la desmovilización de la guerrilla activa más antigua de América Latina. Petro resaltó que se trata de un «acuerdo parcial», pero que es el camino para que en 2025 Colombia viva el fin de otro conflicto.
Este cese al fuego contempla una primera fase de alistamiento, hasta el 6 de julio, en la que se dará la orden de detener las ofensivas y que se oficializará el 3 de agosto por 180 días, es decir, que Colombia disfrutaría del cese de enfrentamientos entre el Estado y el ELN durante lo que resta de año.
Con la firma del texto, las partes han decidido «dar inmediato cumplimiento a los acuerdos de Cuba», dentro de los cuales está «el cese al fuego bilateral nacional y temporal», dijo el canciller cubano, Bruno Rodríguez, en la clausura del tercer ciclo de la Mesa de Diálogos de Paz, que se inició el 2 de mayo en La Habana.
El presidente colombiano viene sufriendo semanas de desestabilización desde los medios hegemónicos de comunicación, los políticos de derecha y algunos estamentos militares. Tras una gigantesca marcha en apoyo a sus políticas sociales y contra la desestabilización, logró este acuerdo.
«En mayo de 2025 cesa definitivamente la guerra de décadas entre el ELN y el Estado», aseguró un Petro, quien tomó la decisión de viajar a Cuba el miércoles en la mañana, antes de sumarse a las manifestaciones a favor de su Gobierno, donde se dio un baño de masas y subió a un estrado para decir que no era «un presidente abandonado en su palacio presidencial».
El acuerdo de cese al fuego con la última gran guerrilla colombiana ya estaba cerrado desde días antes y el mismo Petro lo había revelado, de manera velada, al subir a su Twitter una foto de una reunión militar donde en una pantalla, se veía una diapositiva en la que explicaba cómo funcionaría la disminución de las hostilidades.
A finales de 2022, Petro, primer presidente de izquierda de Colombia y exguerrillero del Movimiento 19 de Abril (M19), impulsó este proceso que comenzó en noviembre en Venezuela y continuó en marzo en México. El avance hacia este cese se había estancado desde enero, cuando la guerrilla rechazó una propuesta del presidente, anunciada en la víspera de Año Nuevo.
El documento firmado en La Habana señala que el acuerdo de cese al fuego tendrá tres momentos, entre los cuales está la creación de «un canal de comunicación entre las partes a través del representante especial del secretario general de Naciones Unidas en Colombia».
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, felicitó al gobierno de Colombia y al ELN por el acuerdo en un comunicado. “Estos son pasos importantes que dan esperanza al pueblo colombiano, especialmente a las comunidades más afectadas por el conflicto», señaló. El 3 de agosto se iniciará la implementación del cese total hostilidades, así como de los protocolos y del mecanismo de monitoreo y verificación, que se acordarán en próximos días.
La firma de este acuerdo ocurre la misma semana que la fiscalía de Colombia anunció la suspensión de la orden de captura contra Antonio García, líder máximo de esta guerrilla fundada en 1964 bajo la inspiración de la revolución cubana.
El jefe negociador del ELN, Israel Ramírez, alias «Pablo Beltrán», aseguró que entre las acciones cubiertas en el cese al fuego no están incluidas por el momento las actividades de «financiamiento» de la guerrilla. «Si a usted le quitan una cuchara, le tienen que dar otra», aseguró Beltrán en referencia a las fuentes de financiamiento .
Beltrán explicó que hay una «docena» de acciones ofensivas acordadas que quedarán restringidas a partir del 6 julio en cumplimiento del cese al fuego. En el período hasta el 3 de agosto, agregó, se deberían acordar los protocolos que contemplen las acciones de financiamiento, agregó.
Las dos partes fijaron un calendario que estipula mayo de 2025 como el límite para tener firmados los tres primeros puntos de seis del acuerdo final –participación, democracia y transformaciones–, lo que permitiría a Petro acabar su mandato alcanzando la paz con la última gran guerrilla latinoamericana.
Durante la clausura del encuentro, Petro dijo que «El mundo de las armas y de matarnos entre todos desde hace décadas (…) debe cesar. La violencia que vivimos por generaciones, de la que hemos hecho parte pero hemos intentado superar, nos dice que no nos hemos podido construir como nación».
Por su parte, el negociador del ELN, Pablo Beltrán, dijo «que este sea el acuerdo de la gente». Y advirtió que «cuenten con el ELN para resolver causas, no consecuencias». También pidió la inclusión de la sociedad civil para cambiar el Estado. «Aspiramos a que haya, con la participación de la sociedad, análisis profundos de las causas que originan el conflicto».
* Periodista cubanoasociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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