Lula, el seductor, pasó por Montevideo y calmó a Luis Lacalle

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Luvis Hochimín Pareja

Tras las chispas que sirgieran en la VII Cumbre de la Comunidad de Estados latinoamericanos y del Caribe (Celac) en Buenos Aires, los presidentes de Uruguay y Brasil, Luis Lacalle y Luiz Inacio Lula da Silva analizaron las urgencias del Mercado Común del Sur (Mercosur) y lograron destensionar la relación entre ambos países.

Uruguay ya había anunciado su intención de negociar un acuerdo de libre comercio con China, un tema que genera visiones encontradas entre los países del bloque. En ese sentido, Lula consideró que es «urgente y sumamente necesario» que el Mercosur cierre un acuerdo con la Unión Europea (UE) antes de sentarse a negociar con el gigante asiático y otras regiones.

Lula, sin llegar a estar doce horas en Montevideo, dejó satisfechos a todos, oficialismo derechista y oposición centroizquierdista, con discursos y gestos que fueron leídos como propios de alguien que está por encima del bien y del mal. También se hizo espacio para visitar a quien considera su hermano, el expresiente José “Pepe” Mujica, en un encuentro en el que más que sonreír se abrazaron fraternalmente para agradecerse el apoyo incondicional en las malas.

Para el gobierno uruguayo, el saldo de la visita fue positivo: no hubo un trancazo, se registró un buen ambiente y se descomprimió la situación. En el gobierno conservador uruguayo había cautela y cierto temor por el tono con el que aterrizara Lula y la posición que asumiera respecto a las negociaciones de acuerdos comerciales con países por fuera del Mercosur.

«No brigamos, porque podríamos haber peleado pero no peleamos, simplemente dejamos nuestros puntos de matiz para avanzar, para mejorar», resumió Lacalle.

Luego de su paso por Buenos Aires para participar de la VII cumbre de la Celac, Lula cruzó el Río de la Plata y, además de reunirse con Lacalle, recibió una distinción por su contribución a la protección del medio ambiente de parte de la intendenta de Montevideo,la frenteamplista  Carolina Cosse, en un acto en el que el mandatario brasileño destacó el papel de las mujeres en la política y la sociedad actual,Lula con Cosse en la Intendencia de Montevideo

Miles de montevideano se habían congregado allí para saludar al mítico presidente. Cosse destacó que el reconocimiento entregado a Lula busca «honrar su trayectoria en defensa del planeta», y recordó el programa «Fome Zero» (Hambre Cero), y por proteger a la Amazonia contra la deforestación. “Neruda decía que hay que tener una ardiente paciencia, y usted es un ejemplo de esto», dijo Cosse, precandidata a la presidencia.

«Terminó el tiempo de que la política era cosa de hombres, el sindicalismo, la lucha social, el trabajo de fábrica. Las mujeres conquistaron su derecho y para nada son el sexo frágil, las mujeres tienen la capacidad de gobernar y ser mejor que los hombres», planteó Lula, quien agregó que «el mundo será aun mejor el día en que los hombres aprendan a gobernar una ciudad o un Estado como una madre cuida de sus hijos».

Sí, pero no

Lula dijo estar de acuerdo con su par uruguayo, el derechista Luis Lacalle, acerca de la necesidad de «modernizar» el Mercosur y hasta de negociar un acuerdo con China, aunque aclaró que antes es necesario que el bloque finalice la negociación de varios años con la UE para firmar un Tratado de Libre Comercio. Sobre la apertura comercial que reivindica Lacalle, aclaró que “todo gobierno tiene que luchar por los intereses del país y tratar de abrir, pero no puede perder lo que tiene seguro”

“ Es justo producir más y querer vender más, y por lo tanto es importante una apertura lo mayor posible para Lacalle Pou recibió a Lula Da Silva en Suárez y Reyesnuestros pueblos», aseguró Lula en la conferencia de prensa. Uruguay inició negociaciones con China y pidió el ingreso al Acuerdo Transpacífico sin la anuencia de sus socios del Mercosur, generando tensiones y advertencias de Brasil, Argentina y Paraguay acerca de que el bloque podría resquebrajarse.

Lacalle se vio en la necesidad de aclarar que «nosotros pertenecemos al Mercosur y tenemos esa vocación incambiada». Dijo que «a nadie escapa el peso económico y demográfico de Brasil, y si hay una decisión del presidente Lula en avanzar con China, nosotros podemos avanzar», tras replegarse para señalar que «Uruguay tiene su diálogo con China y Brasil seguramente profundice otros caminos, y nos juntaremos y diremos que Uruguay se pliega».

Pese a que Lacalle dijo que la reunión con Lula le generó «optimismo», las tensiones en el seno del bloque están instaladas. Los socios dejaron claro que la postura uruguaya de impulsar acuerdos con terceros viola los estatutos fundacionales del Mercosur, creado en 1991, y llegaron a amenazar a Montevideo con medidas jurídicas y comerciales.

En una reunión privada que se extendió por poco más de una hora, los mandatarios intercambiaron sobre dos grandes ejes: la infraestructura (hidrovía de la Laguna Merín, el puente en Yaguarón y el aeropuerto de Rivera), y la relación de Uruguay y Brasil dentro del Mercosur.

Mujica y la moneda común

Luego Lula visitó al expresidente Pepe Mujica y a su esposa Lucía Topolansky en su chacra de Rincón del Cerro. Del encuentro participaron entre otros el titular de la central sindical PIT-CNT, Marcelo Abdala, el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, el ministro de Economía de Brasil, Fernando Haddad, y el  asesor especial de Lula para temas internacionales, Celso Amorim.

En un video del encuentro, al que accedió el diario oficialista El País, se lo puede ver a Mujica cuestionando la idea de una moneda común para el continente, esbozada por Lula en los últimos días en su visita a Buenos Aires. Mujica recordó que con Argentina «hay un acuerdo para poder comprar y vender con nuestro dinero, ¡pero no lo cumplimos!», y aseguró que es más fácil empezar por ahí que «hacer una moneda».

«Tenemos que hacer muchas etapas, muchas cosas. Precisamos un nombre, una bandera, un himno… ¿Por qué? Porque los humanos somos mitológicos, las ideas las tenemos que simbolizar, tenemos que hacer cosas para los humanos, no para los economistas», agregó Mujica provocando la risa de los presentes.

Pese a los dolores en las piernas que sufre, Mujica se animó a subirse al Fusca para dar una pequeña vuelta y mostrarle que el Volkswagen de 1987 con motor brasileño sigue funcionando.

*Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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