Argentina: las ambiciones del ministro Massa, tras 94,8% de inflación en 2022

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Juan Guahán

En Argentina se difundieron las cifras de la inflación de diciembre (5,1%) y con ella la anual correspondiente al año 2022 (94,8%). Ellas aceptan distintas lecturas. Si las comparamos con las inflaciones anuales existentes en países de la eurozona (Alemania 10,1%; España 5,8%; Francia 5,9%; Italia 11,6%; Reino Unido 10,7%), la argentina es ridícula e insoportablemente alta.

Algunos países de Nuestra América, más allá de variadas crisis que atraviesan, tienen cifras de inflación anual parecidas a las del mundo desarrollado (Brasil 5,9%; Colombia 13,1%; Panamá, 2,1%; Paraguay, 8,1%; Perú, 8,5%; Uruguay 9%). En cambio, si miramos nuestros datos actuales con los ojos del 3 de agosto del año pasado, cuando Sergio Massa se hizo cargo del Ministerio de Economía ,Desarrollo Productivo y Agricultura, los números arrancan complacientes sonrisas de muchos funcionarios.

Todo ello a pesar que la inflación del 2022 casi duplicó a la del 2021 (50,6%) y fue cuarta –entre las más altas- solo superada por Venezuela, Zimbabue y Líbano.

Aunque parezca increíble, al calor de estas cifras la cara de Massa se ilumina. La sociedad y nuestros acreedores, con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a la cabeza, parecen llegar a una conclusión impensada. Massa es capaz de llevar adelante una política de ajuste que vaya haciendo bajar la inflación y lograrlo con el aval del peronismo institucional timoneado por el presidente Alberto Fernández.

Algo aún más impensado es que la propia (vicepresidenta) Cristina Fernández de Kirchner, por acción u omisión, ayude a llevar adelante un Programa de ese tipo.

Cumbre: en medio de una ola de rumores, Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa se reunieron en OlivosDe lograrse un objetivo semejante aparecen -en el horizonte- algunas situaciones un tanto inesperadas, apenas poco tiempo atrás. Una, el peronismo oficial podría (¡podría!) continuar como cabeza de una coalición gobernante; en segundo lugar, eso sería posible con la candidatura de Massa, el aval de Cristina y –por último- esas condiciones serían el entorno adecuado para que el FMI fortalezca su rol de contralor sobre la economía.

La evolución posterior de esta amalgama de situaciones es casi un tema de ciencia ficción, aunque es posible pensar que detrás de esta mascarada de normalidad se pueda producir, al interior del movimiento popular, una reacción cuyo destino y características definitorias son imposibles de calificar o medir en este momento.

Baja la inflación, sigue el estancamiento

La realidad y las perspectivas para este 2023 se asemejan a una moneda con dos caras. De un lado la satisfacción por la baja inflacionaria que restablece posibilidades de triunfo para la coalición oficialista. Pero la otra cara muestra los riesgos de estancamiento para este año, dado que –para los economistas del sistema- el enfriamiento de la economía es condición para bajar la inflación.

Kristalina Georgieva, la mandamás del FMI, ya hizo llegar sus advertencias al gobierno argentino: “para todos los países este año será duro, en especial para los países con elevados niveles de deuda” y adelantó que un tercio de la economía mundial podría entrar en recesión. Situación crítica a la que no escaparían aspectos centrales de la economía de EEUU, China y Europa.

Según la apreciación de la mayor parte de estos economistas, el 2023 nos introduce en la perspectiva de una lenta pero constante disminución de la inflación, acompañada de un desaceleramiento de la economía.

Para los organismos financieros internacionales el crecimiento global para el 2021 fue del 6% y se redujo al 3,2% en el 2022, estimándose que rondaría el 2,6% para este año. El promedio general de la inflación anual bajaría, del cercano al 9% del 2022, a menos del 5% para el 2023. En Argentina, estiman que estaría alrededor del 3% mensual.

Estas apreciaciones de los gurús de la economía significan, para la inmensa mayoría del pueblo, mayores sufrimientos porque suponen una caída del empleo y mayor desocupación. De allí que las agendas estatales surgidas de acuerdos internacionales en el sentido de bajar pobreza e indigencia perderán vigencia para este 2023.

El poderoso FMI es el encargado, por los intereses financieros mundiales, de hacer cumplir esas previsiones. En Argentina, Massa parece ser el dirigente elegido para llevar adelante ese proyecto (con el aval y el apoyo de la embajada de EEUU).

 

*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Foto principal tomada de Elcohetealaluna.com

 

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