La confianza en el gobierno de EEUU continúa a la baja: crisis de legitimidad
Mirko C. Trudeau
Los estadounidenses continúan desconfiando del gobierno federal, con bajos niveles de confianza en las tres ramas: ejecutivo, legislativo y judicial. Los estadounidenses confían mucho más en sus gobiernos estatales (57%) y locales (67%) que en cualquier rama del gobierno federal, según la última encuesta de Gallup..
No hace mucho, en 2005, la mayoría de los estadounidenses confiaba en las tres ramas. Y cuando Gallup midió por primera vez la confianza federal en 1972, no menos de dos tercios confiaban en cada rama del gobierno, señala Jeffrey M. Jones, editor en jefe de gallup.com. Gallup también informó recientemente que la confianza en la capacidad del gobierno federal para manejar problemas nacionales e internacionales sigue siendo baja.
Históricamente, la confianza en los gobiernos estatales y locales ha sido más estable que la confianza en los tres poderes federales y hoy se encuentran levemente por debajo de sus promedios históricos de 63 % y 70 %, respectivamente.
Gallup, empresa estadounidense de análisis y asesoría informó anteriormente que la confianza en el poder judicial del gobierno federal se había derrumbado en los últimos dos años; ahora se ubica en 47% (menos de la mitad). Asimismo, la confianza en la capacidad del gobierno federal para manejar problemas nacionales e internacionales sigue siendo baja.
Con un 43%, la confianza en el poder ejecutivo está solo tres puntos porcentuales por encima de su mínimo histórico de la era del escándalo Watergate. Los estadounidenses confían aún menos en el poder legislativo, con un 38 %, pero esta cifra ha sido más baja (28 %) en el pasado, según la encuesta anual de gobernanza de Gallup, realizada del 1 al 16 de septiembre.
Los estadounidenses no tienen confianza en ninguna de las tres ramas desde hace más de una década. Los niveles de confianza en los poderes ejecutivo y legislativo son similares a los de hace un año, pero ha habido una disminución de la confianza en el poder judicial, probablemente relacionado con los recientes fallos controvertidos de la Corte Suprema de EEUU, contra el aborto, los migrantes y a favor del uso de armas de fuego.
La confianza en el poder legislativo ha sido sistemáticamente la más baja de los tres poderes desde 2009 y no ha superado el 40 % desde 2010, incluido el mínimo histórico del 28 % en 2014. La confianza de los estadounidenses en el poder ejecutivo ha estado principalmente por debajo del 50 % desde 2006, excepto por varias medidas durante la presidencia de Barack Obama.
La última disminución en la confianza de los estadounidenses en el poder judicial del gobierno federal (al 47 %) significa que esta es la primera vez que la mayoría de los estadounidenses no confía en ninguno de los tres poderes. El nivel promedio de confianza en las tres ramas es de 43% este año, empatando el 2015 como el más bajo en la historia de las encuestas de Gallup.
Ese año marcó el mínimo anterior de confianza en el poder judicial (53%); la confianza en el poder legislativo (32%) era menor que la actual, mientras que la confianza en el poder ejecutivo (45%) era similar a la actual.
Los estadounidenses continúan mencionando al gobierno como el problema más importante que enfrenta el país mientras los líderes en Washington luchan por encontrar soluciones para abordar la crisis, la inflación, la inmigración ilegal, el cambio climático y la violencia armada.
Los republicanos y los demócratas tienden a confiar en las instituciones cuando están controladas por líderes de sus partidos, pero se niegan a confiar cuando los dirigentes no toman decisiones de acuerdo con sus propios puntos de vista o preferencias políticas.
Confianza en el Ejecutivo cada vez más partidista
La disminución de la confianza en el poder ejecutivo desde 2006 se atribuye en gran parte a una caída entre los independientes durante el segundo mandato de George W. Bush y una disminución continua de la confianza entre quienes se identifican con el partido de oposición al presidente de turno.
En comparación con el primer mandato de Bush, la confianza en el poder ejecutivo cayó 22 puntos entre los independientes (del 59% al 37%) y 18 puntos entre los demócratas (del 37% al 19%). Los índices de aprobación de su trabajo promediaron el 37 % durante su segundo mandato, en medio de la guerra prolongada en Irak, el desastre del huracán Katrina, el aumento de los precios de la gasolina y una economía en declive.
Durante el primer mandato de Obama, la confianza entre los independientes se recuperó a un promedio del 47%. En general, ha disminuido desde entonces, aunque todavía tiene que igualar el nivel más bajo observado durante el segundo mandato de George Bush.
Pero la confianza entre quienes se identifican con el partido de oposición al presidente ha seguido disminuyendo, cayendo a un solo dígito tanto con Donald Trump como con Joe Biden.
Durante el segundo mandato de Bill Clinton y el primero de Bush, un promedio del 39% de los opositores políticos del presidente dijeron que confiaban en el poder ejecutivo. Desde fines de la década de 1990, más de ocho de cada 10 de los que se alinean con el partido del presidente han expresado consistentemente su confianza en el poder ejecutivo.
La confianza en el poder legislativo ha mostrado un patrón diferente y hasta el final de la administración de Obama, todos los grupos del partido, incluidos los partidarios del presidente en ejercicio, sus oponentes y los independientes políticos, en general mostraron una disminución de la confianza. Los niveles de confianza se mantuvieron estables durante la administración Trump.
El patrón se ha interrumpido en los años de Biden, y la confianza de los demócratas en el poder legislativo aumentó considerablemente a medida que el presidente pudo trabajar con un Congreso demócrata durante sus primeros dos años en el cargo.
La confianza varía según el partido político
La confianza en las ramas del gobierno federal está influenciada en gran medida por la coincidencia entre la identificación del partido político de una persona y el partido que controla la institución, señala Jeffrey M. Jones. Hoy, los demócratas son mucho más propensos que los republicanos a confiar en los poderes ejecutivo y legislativo, dado que Biden es presidente y el Partido Demócrata controla ambas cámaras del Congreso.
Pero los republicanos son mucho más propensos que los demócratas a confiar en la Corte Suprema, que actualmente tiene seis jueces designados por presidentes republicanos y tres designados por demócratas.
Las brechas partidarias son mayores en las opiniones del poder ejecutivo, con casi 80 puntos que separan la confianza demócrata y republicana. En promedio, un 79 % combinado de republicanos y demócratas que viven en un estado con un gobernador de su propio partido tienen mucha o bastante confianza en el gobierno de su estado. Entre los republicanos y demócratas que viven en estados donde el gobernador es del partido opuesto, la confianza en el gobierno estatal es del 32 %.
*Analista del Observatorio de Estudios Macroeconómicos de Nueva York, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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