Petro y el diálogo con un empresariado que pasó del miedo a estudiar oportunidades

Camilo Rengifo Marín

El séptimo congreso empresarial de la Asociación Nacional de Industriales (Andi), en Cartagena la semana pasada, marca el momento en el que el empresariado colombiano pasó del miedo y la incertidumbre frente al gobierno de Gustavo Petro a la exploración cautelosa de vías de diálogo y nuevas oportunidades de inversión y crecimiento, si bien algunos medios señalan que la acogida fue más fría que con presidentes anteriores.

Durante la campaña, y en las semanas previas a la posesión, fue evidente que Petro no era el candidato preferido del sector privado, era el que había que frenar a toda costa. Sus anuncios en materia económica generaban dudas macroeconómicas (en torno a la independencia del Banco de la República o la posibilidad de expropiación), y pánico en ciertos sectores específicos (el minero-energético y el de salud, por ejemplo).

Lo cierto es que José Antonio Ocampo, nuevo ministro de Hacienda, es reconocido y respetado tanto en los mercados financieros como en el sector real, y nadie puede pensar que es un radical. Pero, los nombramientos de Carolina Corcho en la cartera de salud, e Irene Vélez en Minas, ambas con pasados activistas contra empresas privadas. agudizaron la percepción negativa y también el pánico sectorial.

El Congreso Empresarial Colombiano, evento anual que organiza la Andi y sus más de 30 cámaras sectoriales, es considerado el principal encuentro académico y social del sector privado colombiano. La reunión de la semana pasada era la primera presencial después de tres años, y su realización coincidió con la primera semana del gobierno Petro.

El primer tema de discusión fue la reforma tributaria presentada al Congreso y explicada a los asistentes por el ministro Ocampo, y refutada por Bruce MacMaster, presidente de la Andi, quien resaltó que la tarifa impositiva iba a ser muy superior a la de todos los países comparables.

Durante el Congreso, uno de los temas más discutidos fue el del gas, que para muchos de los participantes es el combustible de la transición, por su bajo costo y su menor nivel contaminante. Petro, al final de su discurso de clausura, expresó que no le gusta el gas, porque es una fuente de energía “sucia”.

Mónica Contreras (presidenta de Transportadora de Gas Internacional -TGI-, empresa líder en el tratamiento y transporte de hidrocarburos) dijo que una energía de bajas emisiones como el gas natural contribuye significativamente a la invitación del ministro de Hacienda para fortalecer la industrialización y manufactura de productos competitivos que apalanquen las exportaciones y nos ayuden a diversificar”.

Una de las prioridades del nuevo Gobierno es la reivindicación de los derechos y garantías laborales, y como contrapartida, la eliminación o restricción de modalidades alternativas de contratación, como la que se da con las distintas formas de tercerización o los contratos de prestación de servicios. Miguel Pérez García, presidente ejecutivo de Acoset, el gremio que representa a las empresas de servicios temporales, señaló que “el enemigo común es la tercerización ilegal”.

Aunque cautelosos en sus expresiones, y disciplinados en el lenguaje corporativo, el giro del miedo hacia el moderado optimismo era evidente y genuino entre los empresarios, señaló La Silla Vacía.

Bruce MacMaster, presidente de la Andi, en su intervención final ante el presidente Petro, dijo que las empresas son “el mejor vehículo para sacar adelante muchos de los objetivos que se ha planteado el nuevo gobierno”, tras reiterar las preocupaciones sobre la reforma tributaria y los otros anuncios sectoriales, e insistió en la necesidad de construir confianza y evitar la estigmatización.

Pero Petro lo dejó en claro: el libre mercado no es apto para garantizar derechos sociales, y habló de la reindustrialización como eje de su política.

Hacia Venezuela

La reapertura de Petro de las relaciones con su vecino Venezuela ha vuelto a despertar el interés por los negocios en el vecino país, aunque algunos empresarios preguntaron cómo serían las relaciones con el “presidente interino” Juan Guaidó, investido por Washington y reconocido por el anterior presidente Iván Duque, y con quien algunos delos presentes en Cartagena hizo o intentó hacer negocios.

Juan Guaidó “es inexistente (…) no tiene control en Venezuela”, asestó Petro, repiiendo lo que había declarado a la revista Semana. El presidente ha dado una buena señal con el nombramiento de Germán Umaña Mendoza como ministro de Comercio, por una larga experiencia como director de la Cámara de Comercio Colombo Venezolana.

Las empresas reencontrarán el filón de hace unos años, y de los 300 millones de dólares que hoy mueve el comercio entre las dos naciones, se podría pasar a los 7.000 millones de antes de la crisis, gracias a los síntomas de estabilización de la economía de Venezuela ayudada por los buenos precios del petróleo y el apoyo de Irán y China.

El presidente ha dado una buena señal con el nombramiento de Germán Umaña Mendoza como ministro de Comercio, por una larga experiencia como director de la Cámara de Comercio Colombo Venezolana.

Las empresas buscan reencontrar el filón de hace unos años, y de los 300 millones de dólares que hoy mueve el comercio entre las dos naciones, se podría pasar a los 7.000 millones de antes de la crisis, gracias a los síntomas de estabilización de la economía de Venezuela ayudada por los buenos precios del petróleo y el apoyo de Irán y China.

César Caicedo, CEO de Colombina y otros como Carlos Ignacio Gallego de Nutresa, Leonardo Aljure de Aldor, Felipe Henao de Superalimentos están preparándose para regresar a Venezuela. Con ellos tres aerolíneas hacen lo propio. Ya tienen autorización de la Aeronáutica Civil: Avianca con su CEO Adrián Neuhauser, Carolina Cortizzo de Wingo y Santiago Álvarez Matamoros de Latam.

Los tres están a la espera que Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (Inac) de Venezuela autorice los vuelos, hasta con siete frecuencias semanales. Latam era la única que no había cubierto rutas a ese país.

De este grupo, Nutresa tiene todavía una operación en Venezuela a través de una subsidiaria de cárnicos llamada Hermo, las demás dedicadas a la producción de alimentos salieron en la crisis.

Los afectados

El debate en el Congreso alrededor del etiquetado a las bebidas y alimentos poco saludables preparó de alguna forma a los empresarios de las bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados así que el diálogo con el gobierno de Petro y el ministro de Hacienda.

Se sabe que el ministro Ocampo ya dialogó con Miguel Escobar, presidente del Grupo Postobón, empresa de propiedad de los Ardila Gaviria, que coincidencialmente son primos hermanos del ministro y la tónica es positiva frente al nuevo impuesto, señala Las 2 Orillas.

La Organización Ardila Lule también es dueña de Nutrium, especializada en crear salsas, aderezos, compotas y pulpas de frutas, bajo las marcas Bary, Hatsu, Nature Baby, Pompella y Doña Guayaba. Los Ardila también son dueños de Incauca, empresa agroindustrial dedicada a productos y servicios derivados de la industria de la caña de azúcar.

La familia Gilinksi junto con el Grupo Empresarial Antioqueño, son los dueños mayoritarios del Grupo Nutresa donde se fabrican los productos de marcas como Zenú, Galletas Festival, Crem Helado, Chocolatinas Jet, Galletas Noel, helados como Bocatto y paletas Polet, o jamón Pietran. Los Gilinski también son dueños de productos Yupi, de papas Rizadas, Golpe y Tosti, y de Copelia con sus panelitas, cocadas y arequipe.

* Economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)