Lula amplía ventaja en encuestas tras lanzar su plan de gobierno
Juraima Almeida
El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, quien lanzó esta semana su plan de gobierno, amplió su ventaja a 17 puntos sobre el actual mandatario Jair Bolsonaro en una eventual disputa de una segunda vuelta en las elecciones presidenciales, mientras que el escenario de la primer vuelta del 2 de octubre permanece estable para los encuestadores, con 44 por ciento para Lula y 34 para el todavía mandatario.
La última encuesta de PoderData, divulgada el miércoles 22 de junio, muestra a Lula con 52 por ciento de apoyo, contra 35 por ciento de Bolsonaro para un eventual balotaje. Quince días atrás, la diferencia era de diez puntos: el actual presidente perdió cinco puntos en las últimas dos semanas.
La corrupción sigue salpicando al gobierno. Bolsonaro afirmó que la prisión del exministro de Educación Milton Ribeiro es una señal de que no interfiere en la Policía y dijo que si es encontrado responsable “deberá pagar”. Ribeiro fue preso por irregularidades y desvíos de recursos del Fondo Nacional de Educación y acusado de corrupción pasiva, prevaricato y tráfico de influencia, entre otros delitos.
Entre los acusados en este caso están también los pastores evangélicos Arilton Moura y Gilmar Santos, ligados a Jair Bolsonaro y sospechosos de actuar como intermediarios en la coptaciónb de los recursos del fondo educativo. E marzo pasado, Ribeiro dijo a la policía que él solo obedecía órdenes de Bolsonaro para que pasara los fondos a los municipios indicados por los citados pastores.
Lula da Silva, apoyado por siete partidos –progresistas, de centro, de izquierda y ecologistas- lanzó este martes su programa de gobierno para “reconstruir el Estado brasileño” con el objetivo de enfrentar las políticas de Jair Bolsonaro, a quien calificó como un “desequilibrado” que provocó un terremoto en el país.
Lula dijo que el plan de gobierno apunta a la “soberanía, que no es cuidar de las fronteras, sino que el pueblo tenga ciudadanía digna con derechos garantizados en la Constitución, que incluso están en la Biblia”. En la coyuntura, fustigó a Bolsonaro por “no hacerse cargo de su responsabilidad” al echar la culpa a la estatal Petrobras por adherir al programa precios internacionales para el consumidor interno.
Las directrices del plan de gobierno hablan de revocar la reforma laboral hecha por el gobierno de Michel Temer (2016-2019) y reforzar las empresas estatales, así como las políticas de protección ambiental, salud, educación y defensa de la selva amazónica. Lula propuso invertir en inteligencia más que en represión en la lucha contra el narcotráfico y en revisar las políticas que criminalizan a la población negra y LGBT+.
Desde la intelectualidad progresista se llama la atención sobre las realidades del país, en vista de que quienes manejan la candidatura de Lula parecen estar varados en el tiempo. Por ejemplo, alrededor de un millón y medio de personas desfilaron el domingo 19 en Sao Paulo, en la llamada Passeata Gay. Una cifra muy superior a cualquier manifestación contra Bolsonaro o de las muestras de poder de los evangelistas.
Aquellos que desprecian la “cuestión identitaria” (feminismo, LGTB+, racismo, cuestión indígena) porque “desvían la atención de la lucha de clases”, deben reflexionar y tener en cuenta la realidad de las movilizaciones populares, señala Liszt Vieira.
Añade el profesor universitario, sociólogo, y político ligado al movimiento ambientalista que otro factor a ser considerado es el de la violencia contra líderes y defensores de los pueblos indígenas, quilombolas, campesinos, ambientalistas, de aquellos que luchan contra la ganancia capitalista en su frontera agrícola agroextractivista.
En la presentación del plan de gobierno, Lula defendió a su candidato a vicepresidente, el centrista Geraldo Alckmin “¿Quién tiene más autoridad y experiencia que el exgobernador Alckmin y yo para reconstruir el país? Nadie”, afirmó Lula en el evento celebrado en un hotel de San Pablo, al que asistieron líderes partidarios de su coalición.
El abanderado del Partido de los Trabajadores señaló que “podemos implementar algún día la renta básica universal. Después de la pandemia y de la evolución tecnológica de este mundo loco digital hay una porción de la humanidad que cada vez tiene menos acceso al empleo. Alguien debe tener responsabilidad por ese empleo, y ese alguien es el Estado”, afirmó Lula.
Para Lula, Bolsonaro intentará vender Petrobras a accionistas privados este año, como acaba de ocurrir con la gigante eléctrica Eletrobras. “Tenemos un desequilibrado, un ciudadano del mal, capaz de no derramar una única lágrima por 670.000 muertos por Covid, menospreció el conocimiento científico, laboratorios públicos y perjudicó al sistema de salud, que sin ayuda del gobierno logró salvar a millones”, subrayó.
Además, anunció que el primer mes de gobierno será la construcción de un nuevo pacto federativo, por lo que pidió a los dirigentes elegir la mayor cantidad de legisladores para poner en marcha rápidamente la agenda de contrarreformas iniciadas por Temer y continuadas por Bolsonaro.
Lula dijo que las sospechas de Bolsonaro contra la urna electrónica forman parte de ser un “mentiroso compulsivo”. Uno de los temas que el presidente no abandona es la supuesta fragilidad de las urnas electrónicas, como forma de deslegitimar el proceso electoral brasileño, temática dominante en los grupos de extrema derecha de Telegram.
Letícia Cesarino, profesora de la Universidad Federal de Santa Catarina estudió el comportamiento bolsonarista en los grupos y señaló que los temas más compartidos, las discusiones y narrativas que se destacan en el conjunto de grupos y canales, “no necesariamente tienen que ver con una denuncia directa de fraude en las urnas de votación, sino con la deslegitimación de la institucionalidad que garantiza el resultado de la elección».
Y es precisamente la extrema derecha, cómplice de Bolsonaro, la que domina este ambiente de plataformas más subterráneas, donde se presentan como reveladores de verdades que los medios esconden y así es como conquistan la fidelidad de esos seguidores, a través de fakenews y shitnews.
Desaparecidos en la Amazonia
Con el posible fin de la búsqueda por Dom Phillips, colaborador del diario británico The Guardian, y el indigenista de la Fundación Nacional del Indígenas (Funai) Bruno Araújo Pereira, luego de que la Policía Federal brasileña localizara lo que podrían ser sus cuerpos, crece el sentimiento de inseguridad entre los líderes indígenas que luchan por la defensa de sus territorios, como es el caso de los pueblos indígenas de Vale do Javari, en el estado de Amazonas.
Fue en esta región donde el 5 de junio desaparecieron el indigenista y el periodista británico. «El impacto que tienen estas muertes en nuestros territorios es inmenso», señaló Telma Taurepang, representante del pueblo Taurepang de Roraima. «Nuestros compañeros están siendo muertos, asesinados y torturados por la codicia del hombre blanco contra la vida de los pueblos indígenas y el derecho a la tierra», agregó la coordinadora de la Unión de Mujeres Indígenas de la Amazonía Brasileña (Umiab).
Bolsonaro afirmó que el periodista británico Dom Phillips, desaparecido tras ser amenazado de muerte, «era mal visto» porque hacía artículos contra la minería ilegal y la cuestión ambiental y dijo que Pereira se había ganado enemigos en las mafias locales de la pesca ilegal por haber desbaratado invasiones a las tierras indígenas de la región.
«Ese inglés era mal visto en la región. Porque hacía muchas notas contra garimpeiros (buscadores de oro ilegales en tierras indígenas), de la cuestión ambiental. Entonces en esa zona muy inhóspita mucha gente no gustaba de él. Debería haber redoblado la atención y resolvió hacer una excursión», afirmó Bolsonaro. La semana anterior había dicho que ambos habían embarcado en una «aventura no recomendable» y que pudieron haber sido «ejecutados».
* Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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