Embargo al petróleo ruso: la unidad europea se tambalea y el hambre crece
Mirko C. Trudeau
Por primera vez desde el inicio de la guerra, la unidad europea se ha tambaleado, y los 27 líderes dieron luz verde al sexto paquete de sanciones contra Rusia, el más complicado por el impacto directo que tendrá sobre sus economías y la inseguridad alimentaria en la zona, imponiendo un embargo y boicot (parcial) al petróleo ruso
«Máxima presión sobre Rusia para que termine con esta guerra». Así ha anunciado en la redes sociales Charles Michel, presidente del Consejo Europeo. La Hungría del ultraderechista Víktor Orbán lo llevaba bloqueando desde hacía semanas alegando que haría saltar por los aires la seguridad energética de su país.
La Unión Europea acordó un embargo de «más de dos tercios» de sus compras de petróleo ruso, tras no lograr el acuerdo para una prohibición total de las importaciones de crudo. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, señaló que la medida “corta una enorme fuente de financiamiento para su maquinaria de guerra».
La salida encontrada por los negociadores fue adoptar un embargo que inicialmente afectará a las importaciones de petróleo ruso que llegan a la UE vía marítima, excluyendo por ahora las entregas por oleoductos.
En tanto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció que Alemania y Polonia acordaron que hasta finales de año renunciarán a seguir recibiendo petróleo ruso por oleoductos, y con ello el embargo acabaría por afectar «90 por ciento» de las importaciones de Rusia en la UE.
Este sexto plan de medidas de la UE contra Rusia incluye la retirada del principal banco ruso, Sberbank, del sistema financiero internacional Swift, la prohibición de otras tres emisoras estatales rusas y la inclusión de nuevos nombres en la lista de funcionarios sancionados. También acordaron enviar a Ucrania 9 mil millones de euros (9 mil 630 millones de dólares) para apoyar su economía.
Mientras, el gigante ruso de los hidrocarburos Gazprom suspenderá a partir de hoy las entregas al proveedor energético estatal holandés GasTerra por negarse a pagar en rublos. Países Bajos se une a Polonia, Bulgaria y Finlandia, que ya decidieron no abonar el precio del gas ruso en rublos y que les ha costado la suspensión del suministro. Dinamarca avanzó en la misma dirección, si bien no hubo una respuesta de Moscú.
Por otra parte, Polonia dejó de suministrar combustible a Ucrania de forma gratuita y ahora sólo le vende a Kiev ese producto, informó la ministra polaca de Clima y Medio Ambiente, Anna Moskwa.
De la reunión de los líderes europeos salió fortalecida la UE de la Seguridad y la Defensa, aupados por los lobbies de los fabricantes de armas. A pesar de la presión del primer ministro italiano Mario Draghi, las medidas no incluyen ninguna referencia a la vía diplomática, al proceso de paz o al alto al fuego.
De todas formas, las conclusiones son muy ambiguas y no detallan cuánto tiempo la excepción estará en vigor, aunque sí muestran el interés por revertirla «lo antes posible». El objetivo era reducir las importaciones de crudo procedente de Rusia en un 90% este mismo año.
Estas medidas punitivas amenazaron por primera vez la unidad europeoccidental. Orbán acusó al equipo de Von der Leyen de «comportamiento irresponsable» por proponer antes las sanciones que las soluciones. «Si cada país europeo piensa solo en sí mismo, nunca avanzaremos», se ha quejado el primer ministro letón Krisjanis Karins.
Casi un mes después de que Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, presentó la propuesta de sanciones, los 27 lograron desbloquear la posición húngara en la cumbre europea extraordinaria que celebran en Bruselas. El embargo al petróleo se producirá en dos fases. En el primer tramo hay una excepción clave: Hungría podrá seguir comprando el crudo ruso que llega a través de los gasoductos.
Inflación e inseguridad alimentaria
La inflación en los países de la eurozona se ubicó en mayo en un promedio de 8,1 por ciento, frente al 7,4 por ciento de abril, impulsado esencialmente por los precios de la energía y los alimentos, en especial como consecuencia del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. A medida que la UE avanza en un acuerdo sobre nuevas sanciones dirigidas a los suministros de petróleo rusos, los precios de la energía podrían dispararse aún más rápido en los próximos meses, advierten los especialistas.
Ante este contexto, los mercados bursátiles se vieron sacudidos este año debido a que el conflicto de Ucrania impulsó aumentos masivos en los precios de la energía y los alimentos, lo que se traduce en un incremento de la inflación que amenaza con descarrilar la recuperación económica posterior a la pandemia.
Casi 7,5 millones de adultos de la Unión Europea (un 17%) ya padecen «inseguridad alimentaria grave» —reducen cantidades, se saltan comidas, pasan hambre—, según el informe de la FAO, la agencia de la ONU para la alimentación y la agricultura. El gran problema nutricional afecta a uno de cada cuatro adultos de la UE (24,8% ). La anemia o falta de hierro, una de sus consecuencias, afecta a 14,6 millones de mujeres en edad reproductiva en la Unión Europea.
Ruptura
La medida, mucho menos ambiciosa de lo que querría Bruselas, se aplicará a los hidrocarburos que llegan vía marítima, que suponen dos tercios del total que compra la Unión Europea. Esta era una de las exigencias de países como Hungría o Chequia que no cuentan con acceso al mar y se sentían en desventaja con respecto a sus socios comunitarios.
El 85% del petróleo que Rusia suministra a Budapest arriba a través de gasoductos. Tras casi un mes bloqueando este movimiento, Orban aparece como uno de los grandes triunfantes y eso puede sentar un peligroso precedente. La UE se ha visto obligada a ceder a sus demandas para no caer en uno de sus grandes temores desde que comenzó la guerra: parecer desunida.
También el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que ha participado a través de videoconferencia se ha preguntado «¿Por qué Rusia puede ganar casi mil millones de euros al día vendiendo energía».
Más allá de la guerra y el negocio de las armas, este nuevo paquete certifica de facto la ruptura energética de los europeos con los rusos. La UE es el principal cliente de los recursos energéticos rusos. El 27% del crudo que llegó a suelo comunitario en 2021 procedía de Rusia. El desenganche energético es una de las grandes consecuencias que deja ya la guerra en Ucrania.
El paquete previo ya imponía un boicot al carbón. Incluir el petróleo es otro paso más en la maquinaria punitiva de la UE en el marco de la guerra en Ucrania, abriendo un escenario complicado, ya que entrando en el cuarto mes de guerra, las sanciones no han servido para alterar los planes rusos en la contienda. Sus efectos serán más agudos en el medio y largo plazo, sobre todo para los europeos, que están agotando sus opciones.
El próximo paso lógico sería decretar el embargo al gas. Pero la alta dependencia de países como Alemania, junto al difícil proceso para aprobar las nuevas medidas y a la fatiga sancionadora que comienza a asentarse en algunas capitales dejan una coyuntura complicada para el futuro.
El resto de conclusiones se centran en establecer una ayuda financiera de 9.000 millones de euros para apoyar la reconstrucción ucraniano y señalan que «las atrocidades cometidas por las fuerzas rusas y el sufrimiento y destrucción que están infringiendo no tienen nombre» y que «la UE es inquebrantable en su compromiso de ayudar a Ucrania a ejercer su derecho inherente a la autodefensa contra la agresión rusa y construir un futuro pacífico, democrático y próspero».
*Integrante del Observatorio de Estudios Macroeconómicos, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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