Crisis energética, alimentaria, climática, humanitaria… y la recesión mundial a la vuelta de la esquina
Isabella Arria
Cuatro crisis marcan las amenazas a la economía global: la inflación ha alcanzado su nivel más alto en una generación en las principales economías, como Estados Unidos, Reino Unido y Europa; subsiste una grave crisis energética, crece la pobreza alimentaria y existe el reto de una emergencia climática. Este es l diagnóstico del uno por ciento más acaudalado del mundo, en el Foro de Davos
Mientras, ACNUR, la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados registró más de cien mil desplazados en el mundo, una cifra récord, incluyendo a los refugiados, los solicitantes de asilo y los desplazados dentro de sus propios países. La nueva cifra llega días después que el organismo humanitario revelara que los desplazados dentro de sus territorios era de al menos 60 millones de personas en el último periodo del 2021.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, aseguró que “esta es una crisis política y solo puede ser resuelta con solidaridad y voluntad política».
No podemos resolver los problemas si nos concentramos en una sola de las perturbaciones, señaló en Davos el vicecanciller alemán, Robert Habeck. Si no se resuelve ninguno de los problemas, me temo realmente que vamos a entrar en una recesión mundial con un efecto tremendo (…) en la estabilidad global, apuntó durante una mesa redonda el Foro Económico Mundial (FEM).
Las advertencias vienen también del sistema de Naciones Unidas: Hay un aumento inminente de la inseguridad alimentaria, mientras los precios de la comida han llegado a su nivel más alto y la tasa de inflación crece sin cesar, sostuvo Peter Grohmann, quien hizo un llamado a actuar para reducir los riegos de una crisis alimentaria mundial.
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, advirtió que el crecimiento y la inflación van por caminos opuestos, ya que las crecientes presiones sobre los precios frenan la actividad económica y devastan el poder adquisitivo de los hogares. La guerra entre Rusia y Ucrania puede ser un punto de inflexión para la hiperglobalización, comentó. Eso podría hacer que las cadenas de suministro sean menos eficientes durante un tiempo y, durante la transición, crear presiones de costos más persistentes para la economía.
Más cauta, la primera subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath, consideró que si bien la economía mundial enfrenta complicaciones, las previsiones de crecimiento actuales de 3.6 por ciento ofrecen un amortiguador contra una posible recesión mundial. Señaló que el conflicto bélico en Ucrania podría escalar y que los otros desafíos incluyen la inflación, un endurecimiento de las tasas de interés por parte de los bancos centrales y una desaceleración del crecimiento chino.
«Cien millones es una cifra muy dura: aleccionadora y alarmante a partes iguales. Es un récord que nunca debería haberse alcanzado. Esto debe servir como una llamada de atención para resolver y prevenir los conflictos destructivos, poner fin a la persecución y abordar las causas subyacentes que obligan a personas inocentes a huir de sus hogares”, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.
La guerra en Ucrania (que catapultó a ocho millones de personas a otras zonas del país a 6,5 millones a países vecinos), los más recientes golpes de Estado en algunos países africanos y la persecución en algunos regímenes estatales también han ayudado a inflar los datos de refugiados. La pandemia del covid-19, las catástrofes, las condiciones meteorológicas extremas y los demás efectos de la alteración del clima habían creado retos adicionales para los desplazados.
Pero lo cierto es que a finales de 2021 la situación de desplazados en el mundo ya estaba en números rojos, cuando ACNUR registró que 90 millones de personas habían sido forzadas a dejar sus hogares debido al aumento de los conflictos y repetidas olas de violencia en países como Etiopía, Burkina Faso, Myanmar, Nigeria, Afganistán y República Democrática del Congo.
Más de la mitad de los que recibieron protección internacional procedían de República Centroafricana (71.800), Sudán del Sur (61.700), Siria (38.800), Afganistán (25.200) y Nigeria (20.300). ACNUR agregó que los sirios siguieron siendo la mayor población de refugiados del mundo, seguida de los venezolanos y los afganos. A su vez, los tres países que acogían a más personas desplazadas eran Turquía, Colombia y Uganda.
La cifra de 100 millones de desplazados representa más del 1% de la población mundial y solo 13 países en todo el mundo cuentan con una población mayor a este número. Grandi calificó la cifra de “cruda, aleccionadora y alarmante en igual medida. Es un récord que nunca debería haberse establecido y debe servir como una llamada de atención para resolver y prevenir conflictos destructivos, poner fin a la persecución y abordar las causas subyacentes que obligan a personas inocentes a huir de sus hogares”.
«Para invertir esta tendencia, la única respuesta es la paz y la estabilidad, para que la gente inocente no se vea obligada a apostar entre el peligro agudo en casa o la huida y el exilio precarios», dijo Grandi.
* Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
Los comentarios están cerrados.