Hunter Biden: trapitos sucios del cazador y sus turbios negocios
Ricardo Carnevali
Una computadora portátil Mac Book Pro de Hunter Biden, con datos que podrían incriminarlo por oscuras actividades comerciales promete dar dolores de cabeza al casi ocotogenario presidente de Estados Unidos, Joe Biden, su padre. Los republicanos, optimistas con su plan de regreso en noviembre al Congreso, dicen que tienen en su poder la laptop, la cual contiene, según el congresista Darrell Issa, un «tesoro oculto».
En un país donde los trapos sucios son utilizados como réditos políticos, la antigua trama se refresca para seguir “toda la pista hacia el tipo grande», señalo el diputado por Ohio a Fox News. Añadió que su partido se está preparando para lanzar una investigación si gana las elecciones de noviembre próximo.
Hunter se olvidó de recoger su Mac Book Pro que ahbía llevado a reparar a una tienda en Wilmington, en Delaware, el “hogar” de los Biden. El propietario de la tienda la hizo una copia del disco y se la entregó al entorno de Donald Trump, con 103.000 mensajes de texto, 154.000 correos electrónicos, donde se refería a su padre como “the big guy” (el tipo importante), cuya invocación le abría puertas, y más de dos mil fotografías, entre ellas, una cantidad indeterminada de contenido sexual.
The New York Post difundió el material que obtuvo de manos de Rudy Gulianni, exalcalde de Nueva York y abogado de Trump (uno de los que supuestamente presionaron a Ucrania) y The New York Times retomó la noticia:
“Personas familiarizadas con la investigación dijeron que los fiscales habían examinado correos electrónicos entre Biden, [uno de sus socios, Devon] Archer y algunos destinatarios más sobre Burisma y otras actividades comerciales extranjeras. Esos correos electrónicos fueron obtenidos por The New York Times de un caché de archivos que parece provenir de un portátil abandonado por Biden en un taller de Delaware”.
Biden padre atribuyó esas informaciones entonces “a una campaña de desinformación” orquestada por los rusos.
Y los negocios de Hunter se difundieron en todo el país. Fue The New York Times que reveló que el único hijo vivo de los tres del primer matrimonio del presidente, saldó a finales de 2020 las deudas fiscales de más de un millón de dólares por las que aún tiene una causa pendiente, como parte de una investigación de mayor calado sobre sus negocios en Asia y en Europa, pero sobre todo, en Ucrania, mientras su padre era vicepresidente de Barak Obama.
Haber limpiado su expediente con el fisco no implica que logre sortear la persecución por esas irregularidades, pero sí que ese gesto inclina la balanza de la simpatía de los jueces del lado de la absolución, según el rotativo neoyorquino.
Los impuestos son, con todo, el menor de los problemas de Hunter, abogado de 52 años formado en la exclusiva universidad de Yale, que sobrevivió los barrancos del alcoholismo y la drogadicción tras la muerte en 2015 de su hermano mayor, Beau, de un tumor cerebral.
Hunter protagonizó uno de los escándalos de la campaña que llevó a su padre a la Casa Blanca, por su vinculación laboral de 50 mil dólares mensuales con la energética ucrania Burisma. O sea, ejerció lobby en Washington para una firma extranjera de un modo ilícito.
Durante el primer intento de destitución parlamentaria de Donald Trump en 2019, se discutió si el presidente y varios altos cargos de su Gobierno presionaron a dirigentes ucranios (sobre todo al presidente Volodímir Zelenski) para que investigaran las actividades de Hunter Biden, tratando de desacreditar, obviamente, a su padre.
Un mes después de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020, Hunter confirmó la existencia de la investigación a través de un comunicado. Expresó su confianza de que “una revisión profesional y objetiva” demostraría que manejó sus asuntos “de manera legal y adecuada, incluso con el beneficio de asesores fiscales profesionales”.
Sin embargo, el fiscal federal en Wilmington, Delaware, David Weiss, intenta determinar si el hijo de Biden y sus socios violaron algunas leyes, como la del lavado de dinero, impuestos y cabildeo extranjero, así como regulaciones sobre armas de fuego.
Ahora, ante la prensa, Jen Psaki. la portavoz de Biden, apenas atinó a decir que “No es un miembro del Gobierno estadounidense”, aunque se abstuvo de comentar que sí lo es de la familia del presidente.
Hunter y los laboratorios biológicos
Tras el inicio de la operación militar de Rusia en Ucrania, las investigaciones tomaron fuerza. La conservadora Fox News reveló la existencia de una serie de documentos sobre el financiamiento de laboratorios biológicos en Ucrania, a tono con archivos fechados entre 2007 y 2008, mientras el Ministerio de Defensa de Rusia reveló que dispone de la correspondencia de Hunter Biden, que corrobora su vínculo financiero importante con los biolaboratorios para usos militares en Ucrania.
«Vamos a necesitar a un fiscal especial, pero, por el momento, lo estamos investigando», señaló Issa: «Tenemos el portátil, y el portátil es un tesoro oculto de lo obvio». La cadena CNN, señaló que la computadora, que fue abandonada en un taller de reparación en Delaware, contendría pruebas de la comunicación directa entre Hunter Biden y su padre, entonces vicepresidente de Estados Unidos.
El Departamento de Justicia comenzó a indagar sobre las actividades comerciales y transacciones financieras, en especial los tratos con Ucrania y otros países, lo que en este minuto se calienta, señaló CNN.
Pese a que Joe Biden niega cualquier nexo con este “culebrón” político, en los presuntos datos del dispositivo electrónico habría evidencias en sentido contrario. Asimismo, la laptop guardaría supuestas pruebas del consumo de drogas de Hunter que lo colocaron en una posición vulnerable al chantaje por parte de las agencias de inteligencia extranjeras, de acuerdo con reseñas de medios de prensa estadounidenses.
Al inicio de su presidencia, Biden aseguró que no interferiría en la independencia del Departamento de Justicia y decidió mantener en el cargo a Weiss, designado por el expresidente Donald Trump (2017-2021). Lo único que falta es que alguien diga que la guerra en Ucrania la promovió Joe Biden para satisfacer los negocios de su hijo Hunter y de sus “donantes” de las trasnacionales energéticas
*Doctorando en Comunicación Estratégica, Investigador del Observatorio en Comunicación y Democracia, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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