Expectativa por el cónclave progresista Lula da Silva-López Obrador
Gerardo Villagrán del Corral
El dos veces presidente brasileño Luis Inacio Lula da Silva, principal candidato para desalojar el ultraderechista Jair Bolsonaro en las próximas elecciones presidenciales, está en México para reunirse con el mandatario Andrés Manuel López Obrador, en un cónclave donde los dos dirigentes progresistas analizarán la situación latinoamericana y la necesidad de rearmar los organismos de integración de la región.
En un tuit, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, le dio la bienvenida al brasileño y lo llamó “gran amigo de México”. Lula se reunirá asimismo con legisladores y el dirigente de Morena, Mario Delgado; el secretario de Gobernación Adán Augusto López, el director General de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett y con los integrantes de la Junta de Coordinación Política del Senado.
Acompañan a Lula en la visita la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, los exministros Celso Amorim y Aloizio Mercadante, quien preside la Fundación Perseu Abramo, y el senador Humberto Costa.
Lula se propuso desde hace meses tener encuentros personales con mandatarios de América Latina que coinciden con el progresismo, en busca precisamente de respaldo a su candidatura. Las elecciones presidenciales de Brasil serán el 2 de octubre de 2022. Lula fue presidente por ocho años, del 1 de enero de 2003 al 1 de enero de 2011.
Tras este viaje, Lula volverá a su país para tomar la decisión final sobre su sexta candidatura a la presidencia de Brasil (las encuestas le dan amplia ventaja sobre Bolsonaro, lo colocan como ganador en cualquiera de los escenarios posibles de la segunda vuelta).
Un cuestionario
Con motivo de su visita a México, Lula respondió un cuestionario del diario mexicano La Jornada, donde señaló que México vive un momento importante con el gobierno progresista de Andrés Manuel López Obrador, y destacó que la relación entre Brasil y México es importante por muchas razones, empezando porque son los dos países más grandes de América Latina.
Lula añadió que López Obrador ha conseguido afirmar la autonomía de México sin crear antagonismos, contribuyendo a una relación más equilibrada en el continente, lo que es fundamental para el desarrollo latinoamericano. Sostuvo que es preciso ir más allá del intercambio comercial.
“Necesitamos trabajar en un mundo de cooperación, equilibrio y paz, con instituciones internacionales representativas y eficaces. Los problemas ambientales, en especial el calentamiento global, la pandemia y las brutales desigualdades en los países y entre ellos, requieren una profunda reforma de la gobernanza global. América Latina debe estar unida en este esfuerzo por un mundo que quiere la paz y ya no puede soportar la guerra”, añadió el exmandatario.
Lula también habló sobre su país y afirmó que “Brasil está siendo destruido. La gente está empobrecida… Tenemos 116 millones de personas viviendo en inseguridad alimentaria, Brasil ha vuelto al mapa del hambre. Tenemos un gobierno que realmente no gobierna, que se centra en mentiras y no respeta absolutamente nada. No respeta a los indígenas, negros, mujeres… y trata a los gobernadores y alcaldes como enemigos”
“Este desastroso gobierno, que es resultado directo del sentimiento antipolítica que las élites, con la ayuda de sectores mediáticos, plantaron en Brasil, será superado este año en las urnas. La antipolítica fue la respuesta de las élites que nunca aceptaron gobiernos que actuaran con independencia y para los más pobres. La idea de que los hijos de los pobres pudieran ingresar a las universidades, gracias a programas de acción afirmativa y apoyo financiero, nunca fue aceptada por las élites”. agregó.
Al no conseguir vencer democráticamente a los gobiernos progresistas, las élites crearon una especie de antipolítica y, con el apoyo de los grandes medios, promovieron la destitución de Rousseff y el proceso judicial contra el propio Lula. El esultado de ello fue la elección de Jair Bolsonaro.
“Bolsonaro, en tres años de gobierno ya ha tenido un impacto tan violento en el aumento de las muertes, que la esperanza de vida de los brasileños se redujo cuatro años. Brasil es el segundo país con más muertes por Covid, hay hambre y las armas están dispersas por toda la sociedad. Por tanto, el rechazo por el pueblo brasileño es inmenso, como muestran todas las encuestas”, dijo.
Cuando se le preguntó si ya se ve de nuevo en la presidencia, comentó que ya fue candidato muchas veces y ha sido presidente. “Nunca me vería como presidente antes de las elecciones, eso sería un gran error. Soy un ex presidente que está evaluando, hablando con mucha gente (para decidir) si seré candidato una vez más, una decisión que se supone que debo tomar al volver de México”.
“Tengo una ventaja y un desafío. Tuve mucho éxito como presidente, me fui con 87 por ciento de aprobación, con Brasil creciendo 7.5 por ciento anual y un gran papel en la escena internacional. Todo esto con democracia, libertad de prensa, libertad de expresión. La gente lo recuerda. Y mi desafío es volver, a hacerlo mejor de lo que nunca lo he hecho, con toda la experiencia y el aprendizaje que he tenido a lo largo de los años”, señaló.
Lula no descarta que las fuerzas conservadoras pretendan impedir su eventual victoria. “La batalla para restaurar la democracia plena en Brasil será difícil, pero soy optimista. El pueblo brasileño ya está harto de esta anomalía que estamos viviendo y un demócrata será elegido en 2022. El desafío de gobernar y reconstruir Brasil es mayor que el de ganar las elecciones”, concluyó.
* Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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