Aníbal Torres encabeza el cuarto gabinete en siete meses de gobierno de Pedro Castillo
Mariana Álvarez Orellana
Siete días después de haber juramentado al anterior gabinete y en poco más de seis meses, el presidente peruano Pedro Castillo designó su cuarto gabinete de ministros, encabezado por Aníbal Torres, abogado y exministro de Justicia desde el inicio del gobierno, quien fuera asesor de Perú Libre en la segunda vuelta presidencial.
En su última oportunidad de generar consenso entre todas las partes de los poderes del Estado, el presidente Castillo había emitido un comunicado que este nuevo gabinete sería más participativo y de “ancha base” para un mayor beneficio de todos.
Luego de anunciar el último 4 de febrero una “recomposición” en el gabinete de Héctor Valer Pinto, el presidente nombró al cuarto primer ministro, luego de Guido Bellido, Mirtha Vásquez y el denunciado por violencia familiar Héctor Valer, y ratificó a doce ministros y nombró a otros seis en Ambiente, Desarrollo Agrario y Riego, Energía y Minas, Justicia, Mujer y Salud.
Los ministros ratificados están en Relaciones Exteriores, Defensa, Comercio Exterior y Turismo, Educación, Transporte, Economía, Producción, Vivienda, Interior, Desarrollo e Inclusión Social, Cultura, Trabajo y Promoción del Empleo.
La aguda inestabilidad que padece el gobierno de Pedro Castillo: cuatro gabinetes en menos de siete meses de gestión, no hace sino evidenciar las debilidades del sistema político peruano, de las elites políticas y la institucionalidad, de la precaria democracia.
Castillo ha encontrado un gabinete. Se advierte, sin embargo, que no ha encontrado un plan. El giro hacia el centro derecha en lo político y el conservadurismo en lo social, es el inicio de un gobierno distinto. Como antes del cambio de gabinete, el gobierno sigue suspendido en el aire., señala Juan de la Puente, director de Pata Amarilla.
El giro ha devenido en un movimiento en falso. Podría ser el giro de un trompo. El presidente recuperó la iniciativa solo por unas horas y se ha quedado con sus nuevos símbolos en la mano. Castillo quiere seguir viviendo de eso, de los símbolos. Antes era la emergencia de los excluidos, ahora del pluralismo difuso y combi. Como antes, los símbolos no bastan y las imágenes se agotan, su duración es cada vez más corta, añade.
Causas del desbarajuste
Las cuestiones de fondo del presente desbarajuste están en el fracaso del actual modelo neoliberal sustentado en la fraudulenta y mafiosa constitución de 1993, construida sobre los escombros de la política que dejó el terrorismo senderista y la guerra sucia fujimorista entre los años 80 y 90 del siglo pasado.
Para muchos analistas, académicos y políticos, el cambio de la actual constitución es un compromiso ineludible. Así lo entienden los peruanos de a pie, señala Vicente Otta , quien aclara que no se trata de adecuar el actual estado fundado en 1821 a los requerimientos del sistema mundial neoliberal, sino de refundar el Estado Nación, de construir otro Estado.
La diversidad cultural, que en Perú debe entenderse como pluriculturalidad, no se resuelve mediante llamados a la tolerancia y aceptación de las diferencias o con campañas contra la exclusión. Es el estado actual que con su carácter criollo-colonial excluyó a las mayorías indígenas; es incapaz de recoger la pluralidad cultural, rasgo central de un estado nacional verdaderamente democrático. Por eso, es que su transformación es necesaria, imprescindible, añade.
Acompañado de varios cuestionamientos, Torres Vásquez asume la presidencia del Consejo de Ministros, luego de los apenas siete días que Héctor Valer Pinto (denunciado por agresión física y psicológica contra su esposa y una de sus hijas) permaneció en el cargo. Las crisis políticas del gobierno han generado que en este medio año se produjeran permanentes cambios en el gabinete.
La gestión de Mirtha Vásquez Chuquilín duró tres meses (octubre del 2021 a enero del 2022) y la del congresista de Perú Libre, Guido Bellido Ugarte un tiempo similar (julio a octubre del 2021).
Un día antes, el viceministro de Justicia, Gilmar Andía, renunció a su cargo y comunicó que su decisión respondía al “debilitamiento institucional y técnico” del Ministerio de Justicia, desde el liderazgo de Torres Vásquez. El exfuncionario también criticó la destitución de Susana Silva como jefa del Instituto Nacional Penitenciario del Perú y la salida del procurador General del Estado, Daniel Soria Luján, sin reemplazo aún.
Uno de los cambios más polémicos fue el de Salud, debido a la incertidumbre que generó la salida de Hernando Cevallos Flores. Su lugar fue tomado por Hernán Condori Machado, militante de Perú Libre, próximo a Vladimir Cerrón y exdirector regional de salud en Junín durante la gestión del gobernador Fernando Orihuela (Perú Libre).
* Antropóloga, docente e investigadora peruana, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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